Su concepto es de máxima sencillez: un cubo de una sola planta que se puede “abrir, cerrar, encender, apagar, calentar y enfriar de manera eficiente y rápida”, según los responsables de su diseño, el estudio James&Mau. Para su construcción ha contado con su propia empresa de edificación sostenible, Infiniski, con presencia en España, Chile y Colombia.
Se trata de una vivienda de vacaciones de 100 m2 levantada en una sola planta en Tarragona, cuya estética está marcada por el contraste entre la luminosidad ocre de su fachada de acero corten y el verde del entorno natural. Las contraventanas perforadas, completamente integradas en la fachada, personalizan el diseño mediante hojas de cannabis sativa y proyectan forma luminosas en el interior de día y en el exterior de noche. Estando las ventanas abiertas, las perforaciones alientan una ligera circulación de aire mientras protegen el interior de los rayos solares directos. La forma cúbica de la casa se distorsiona ligeramente gracias a un retranqueo en la parte norte, creando rincones que dan, durante los diferentes momentos del día, zonas de sombra en el exterior.
