Cuatro décadas después de que el presidente Richard Nixon declarara la “guerra a las drogas”, la Casa Blanca anunció el martes un cambio en la política nacional sobre las drogas que trataría el uso ilegal de drogas más bien como un problema de salud pública y dedicaría más recursos a la prevención y el tratamiento.
La nueva estrategia de control de la droga refuerza los programas comunitarios contra las drogas, anima a los proveedores de servicios de salud a que traten de detectar problemas de uso de drogas antes de que lleguen al punto de la adicción y expande el tratamiento más allá de centros especializados a los establecimientos normales de servicios de salud.
El presidente Barack Obama calificó el plan de “un método balanceado para enfrentar el complejo reto del uso de drogas y sus consecuencias”.
El encargado de su política sobre la droga, Gil Kerlikowske, fue más directo.
“Llamarlo guerra limita realmente los recursos de uno”, dijo Kerlikowske a la prensa. “Considerar esto tanto un problema de seguridad pública como un problema de salud pública parece tener mucho más sentido”.
El plan –la primera estrategia sobre las drogas presentada por la Casa Blanca de Obama– llama a reducir el índice de uso juvenil de drogas en 15 por ciento durante los próximos cinco años, y a una reducción similar en el uso crónico de drogas, las muertes por abuso de drogas y la conducción bajo la influencia de las drogas.
Kerlikowske criticó las estrategias anteriores sobre la droga por haber medido su éxito contando el número de niños y adolescentes que no habían probado la marihuana.
“Muy a menudo el tema de la marihuana era el principal en casi todas las discusiones, y sin embargo hemos visto un aumento significativo en las muertes por sobredosis de drogas principalmente por uso de fármacos por receta”, dijo Kerlikowske.
El nuevo plan anima a los profesionales de la salud a hacer preguntas a sus pacientes sobre uso de drogas incluso durante tratamientos rutinarios, de modo que la intervención temprana sea posible. Ayuda además a que más estados establezcan bases de datos electrónicas para identificar a los médicos que están recetando en exceso analgésicos adictivos.
Fuente ElnuevoHerald
