El pueblo catalán que planea cultivar cannabis para reducir su deuda pública quiere hacerlo con consenso. Si el 75% de los vecinos no apoyan la medida, Rasquera tendrá que elegir nuevo alcalde
Los mil vecinos de Rasquera (Tarragona) están divididos. Hace menos de un mes el ayuntamiento catalán cedió terrenos ala Asociación BarcelonesaCannábica de Autoconsumo (ABCDA) para plantar marihuana. Bernat Pellisa, el alcalde, pretende con esta iniciativa reducir la deuda municipal de 1,3 millones de euros.
Pero la polémica ha sido tan dura, incluso dentro del pueblo, que la alcaldía anunciaba ayer una consulta popular sobre el tema. ¿Está de acuerdo con que el Ayuntamiento de Rasquero se financie gracias al cultivo de siete hectáreas de cannabis cuyo producto será vendido ala ABCDA?
Si el 75% de los vecinos dice que sí, el pueblo seguirá adelante con sus planes. En caso de que la consulta resulte negativa, el gobierno local dimitirá en bloque. “No tenemos suficiente con un 51% de apoyo”, ha explicado Pellisa.
Si todo va según lo previsto y el gobierno local recibe la bendición de sus vecinos, el pueblo abastecerá a los 5.000 miembros de la asociación barcelonesa de fumadores. Y es que el alcalde no contempla otras vías de financiación.
El proyecto es “solvente económicamente y jurídicamente”, ha afirmado en varias ocasiones Pellisa, que ha planteado una estrategia de negocio seria. Los créditos que ofrecen desde La Moncloa para pagar a los proveedores no convencen al dirigente, que ha abandonado las listas de ERC para evitar que el tema se politice.
A la hora de votar, el cuerpo de gobierno quiere que se tenga en cuenta que además de reducir la deuda, se crearían 40 puestos de trabajo en el pueblo. Según los expertos, si es llevada a cabo con cuidado y vigilancia, la propuesta no sería inconstitucional. Pero Rasquera quiere cultivar marihuana sin dividir a sus vecinos.
Fuente Lainformación