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Endocannabinoides y desarrollo: embriones, recién nacidos, lactancia materna y más

27 August, 2016, 9:00 AM
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Endocannabinoides. El cuerpo humano se beneficia de su propia red de cannabinoides, llamada sistema     endocannabinoide. Sobre todo si tenemos en cuenta el increíblemente gran tabú en torno a la planta de cannabis y su consumo, se ha profundizado de forma diversa en el tema general de los cannabinoides producidos de forma natural por el cuerpo humano.

El tema de los endocannabinoides y el desarrollo también se ha alimentado, a pesar de mantener ampliamente un perfil bajo. Y tal vez con “razón”; ¿qué tendrían que decir los legisladores sobre que los cannabinoides son en gran parte responsables de algunos de los primeros intentos de supervivencia de los embriones humanos?

 

Endocannabinoides: breve resumen de los conceptos básicos

Los receptores cannabinoides (CB) están presentes en numerosos lugares de todo el cuerpo humano. Por un lado, los receptores CB1 se encuentran en muchos tejidos neuronales y no neurales, en particular en el cerebro, en el sistema nervioso, sistema digestivo, sistema reproductivo, tejidos conectivos, y en las glándulas. Por otra parte, los receptores CB2 se pueden encontrar en el tejido no neuronal, por ejemplo en el sistema inmunológico. Los beneficios aportados por estos receptores cannabinoides y sus cannabinoides asignados son variados, pero se centran en un único objetivo: la homeostasis, es decir, la capacidad de un organismo para regular su medio interno con el fin de adaptarse a los parámetros externos.

Por ejemplo …
Se sabe que los receptores CB1 son el objetivo del famoso cannabinoide THC, pero otros cannabinoides y endocannabinoides también colaboran con los receptores CB1, como la anandamida.
El CBD, otro cannabinoide muy popular famoso por sus múltiples propiedades terapéuticas, interactúa con los receptores CB1 y CB2.

Endocannabinoides y desarrollo: la implantación embrionaria

Los endocannabinoides se detectan en el cuerpo humano muy pronto, antes de que dicho cuerpo humano esté completamente formado en el útero. De hecho, ambos receptores CB1 y CB2 están presentes a partir de las primeras etapas de la gestación, sobre todo durante el proceso de implantación del embrión – es decir, cuando el propio embrión “se adhiere” con éxito a la pared uterina de la madre/madre sustituta.

La implantación del embrión tiene lugar de 6 a 12 días después de la ovulación. La madre empieza a proporcionar oxígeno y nutrientes al embrión con el fin de permitir que crezca. Durante ese tiempo, el útero suele registrar altos niveles de anandamida, y requiere una reducción muy específica y muy localizada de los niveles de anandamida para que el proceso de implantación tenga éxito, es decir, exclusivamente en la ubicación en la que el embrión se adhiera. [1]

Debido a su relación con la anandamida, los receptores CB1 se encuentran en el centro de este proceso. En caso de que el proceso de implantación sea deficiente, es decir, que el sistema endocannabinoide no esté cumpliendo con su función, el embrión no lograría sobrevivir, por lo que el endocannabinoide anandamida no sólo es importante para el crecimiento en las primeras etapas de la gestación, sino que también es de vital importancia para la supervivencia final del embrión.

¿Qué significa?
El proceso de implantación del embrión se entiende de una manera muy limitada. En concreto, las numerosas razones por las que la implantación del embrión puede fallar no siempre se pueden explicar.
Estudiar más a fondo la anandamida y sus efectos cuando se le administra al cuerpo humano a partir de fuentes externas podría resultar de utilidad en el tema general de la infertilidad.
Además, utilizar de forma más democrática estos conocimientos también podría mejorar las probabilidades con respecto a la fertilización in vitro; uno de los principales obstáculos de este tipo de procedimientos es cuando el óvulo no se implanta en el útero de la madre.

Embryo-in-utero

Endocannabinoides y desarrollo: la primera conexión neuronal post-natal

Desarrollo neuronal

Otros estudios sobre las funcionalidades gestionadas por los receptores CB1 en el cerebro han demostrado que estos receptores están presentes en las áreas que están desiertas una vez que el cuerpo alcanza un estado adulto.
De hecho, los receptores CB1 no sólo se encuentran en el córtex cerebral y elhipocampo, que son áreas en las que se sabe estos receptores están activos en los seres humanos adultos, sino que en el caso de los cerebros en desarrollo, también en la sustancia blanca, sobre todo en la cápsula interna y en la pirámide bulbar, así como en la zona subventricular.
En otras palabras, se cree que los receptores CB1 juegan un papel más importante en las primeras fases de desarrollo del cerebro humano. Posteriormente, el cuerpo humano adulto hace caso omiso de los receptores una vez que se ha completado esta parte específica del proceso de desarrollo neuronal.
En un intento por detectar el mismo proceso en otras especies, se han realizado estudios sobre el desarrollo del cerebro en animales que también han demostrado la presencia de receptores CB1 hasta el día postnatal 5 en las áreas de la sustancia blanca tales como el cuerpo calloso, y, en la comisura anterior, que a su vez conecta los dos hemisferios del cerebro. [2] [3]

Ambos resultados demuestran una presencia transitoria de receptores cannabinoides en varias regiones del cerebro en desarrollo, coincidiendo con la teoría de que los endocannabinoides desempeñan una función en el desarrollo del cerebro.

¿Qué significa?
Por desgracia, los estudios realizados sobre el tema de los endocannabinoides y el desarrollo, sobre todo relacionados directamente con el cerebro humano, están demasiado centrados en los conceptos básicos de este descubrimiento como para poner en marcha cualquier tipo de aplicación concreta. Se podría teorizar que tal vez, algún día, podrían detectarse ciertas enfermedades congénitas que afectan al sistema nervioso (como la parálisis cerebral), y posiblemente tratarse antes de su aparición.

Propiedades neuroprotectoras

Los endocannabinoides también parecen influir en la pérdida neuronal inducida por un traumatismo durante un corto periodo de tiempo después de nacer.
Los experimentos llevados a cabo tras el nacimiento en animales han demostrado que el traumatismo de orígenes externos responsable de provocar una pérdida neuronal podría verse afectado por las acciones protectoras de un compuesto sintético que imita al THC. En estos casos, la ingesta de THC evitó la neurotoxicidad tanto de efecto inmediato como retardado como resultado del trauma.
El estudio más profundo de este proceso ha demostrado que dependiendo de la edad exacta del sujeto, los resultados podrían variar; parece ser que las propiedades neuroprotectoras proporcionadas por los receptores CB1 están activas sólo durante un período corto y crítico después de nacer. [2] [4]

Las observaciones basadas en este experimento, y otros similares, han demostrado que se produce un importante aumento de los niveles del endocannabinoide anandamida tras un traumatismo craneal. La hipótesis es que la anandamida, que interactúa con los receptores CB1, podría estar actuando como un neuroprotector endógeno.

¿Qué significa?
Es evidente que el cuerpo de los mamíferos ya tiene una forma de defenderse de ciertos peligros que pueden ocurrir después de nacer. Sin ningún tipo de desencadenante que no sea un traumatismo en sí, la anandamida protege el cerebro joven de la pérdida neuronal. Sin embargo, el componente THC, administrado externamente, podría llegar a ser un importante elemento clave para el tratamiento del traumatismo temprano en recién nacidos. La mayoría de estas fuentes de traumatismo temprano son el resultado de complicaciones en el proceso del parto, por ejemplo, asfixia o paro cardíaco. Sin embargo, debido a la naturaleza psicoactiva del THC, es probable que hiciera falta realizar ciertos ajustes. Digamos, ¿una mezcla de CBD-THC?

human-brain

Endocannabinoides y desarrollo: la respuesta a la lactancia y la lactancia materna

Respuesta a la lactancia y retraso en el desarrollo

La respuesta a la lactancia de un recién nacido, es decir, “la [succión instintiva] de todo lo que toca el paladar, y simula la forma en que un niño come de forma natural“, es un hito crucial en el ciclo de la vida humana. En los casos en que el recién nacido sobrevive a la ausencia de respuesta a la alimentación, puede condicionar desarrollos físicos futuros que pueden llegar hasta la edad adulta, tales como el crecimiento, la relación general con el proceso de alimentación, y sus respectivos subproductos (aumento de peso en relación a la edad, dificultades gastrointestinales, etc.) también puede influir en la relación madre/cuidador y el niño, o proceder de ella.

Los estudios han intentado demostrar que los receptores CB1 son un parámetro importante en la iniciación de la respuesta a la lactancia en los recién nacidos. Por ejemplo, las pruebas que implican la inyección de un antagonista de los receptores CB1 resultaron en un fracaso en la ingestión de leche, con las muertes eventuales de los sujetos sometidos a prueba unos días más tarde. Tales resultados sólo pudieron observarse cuando el antagonista se administraba durante las 24 horas siguientes al nacimiento, y administrarlo más tarde resultaba en un porcentaje de menor a inexistente de muertes resultantes. El antagonista de los receptores CB1 también provocó hipotermia y la falta de capacidades motoras para alimentarse. Una vez más, parece que el sistema endocannabinoide pone en marcha los mecanismos de supervivencia temporal, sólo para desactivarlos cuando el cuerpo no los necesita. [2]

¿Qué significa?
El retraso en el desarrollo de origen no orgánico, que es un retraso en el desarrollo sin una fuente orgánica conocida, podría estar relacionado con un sistema endocannabinoide deficiente. A pesar de los estudios relacionados que se han realizado hace más de una década, la hipótesis aún no se ha estudiado en más profundidad.

Lactancia materna

El papel de ciertos endocannabinoides en el proceso de alimentación de los lactantes fue reconocido hace más de dos décadas por diversos estudios. Tanto la anandamida como su compañero endocannabinoide 2-araquidonoilglicerol (2-AG) se encuentran en la leche humana y en la leche de vaca, con un nivel de 2-AG diez veces superior al de la anandamida.

Los resultados de las pruebas sugieren que el objetivo de 2-AG en el cerebro es estimular la respuesta a la lactancia, y que la ingesta de leche resultante aumente su niveles, creando en un período de 2 días un patrón de comportamiento de lactancia de leche. En los casos en que se administra un antagonista, la falta de 2-AG derivado de la leche resulta en una falta de desarrollo de este patrón, poniendo en peligro la supervivencia del sujeto lactante. [2]

Por otro lado, se ha demostrado que la anandamida aumenta la ingesta de alimentos. Según los científicos, “los circuitos subyacentes responsables de la eficacia terapéutica de los cannabinoides para estimular el apetito no se conocen todavía, a pesar de que están probablemente relacionados con el hecho de que el receptor CB1, la anandamida y 2-AG están presentes en el hipotálamo, del que se sabe que está relacionado con la alimentación”. [5]

¿Qué significa?
¿Alguna vez has consumido cannabis con fines recreativos, o con fines medicinales? ¿Te ha dado algunas vez unas ganas locas de comer o picar algo? Si es así, has experimentado de primera mano el mecanismo que estimula la lactancia y el apetito, y en general promueve el crecimiento y el desarrollo a lo largo del ciclo de la vida humana.
Por razones que van de la ética a la actual guerra contra las drogas, el tema, muy sensible, de los endocannabinoides y el desarrollo aún no ha alcanzado su punto máximo en lo que se refiere a la proliferación de estudios, por no hablar de ensayos clínicos.
Con suerte, los cambios legislativos recientes se traducirán en una financiación más consecuente de la investigación de los cannabinoides.

¿Te has topado con algún nuevo estudio sobre el tema? ¿Quieres compartir tu experiencia personal con nosotros?
Háblanos de los endocannabinoides y el desarrollo, en la sección de comentarios.

 by Sylent Jay

[1] Dysregulated cannabinoid signalling disrupts uterine receptivity for embryo implantation, 2001, USA, Germany

[2] The endocannabinoid-CB receptor system: Importance for development and in paediatric disease, 2004, Israel

[3] The endogenous cannabinoid system and brain development, 2000, Spain

[4] Cannabinoids: Well-suited candidates for the treatment of perinatal brain Injury, 2013, Spain

[5] Cannabis and endocannabinoid modulators: Therapeutic promises and challenges, 2008, USA

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