Si vives en la zona levantina, lo mejor que puedes hacer es dejar reposar el agua, que las partículas más grandes se depositen en el fondo de la garrafa y pasar este agua a otro recipiente reservando el último medio litro de agua (que contendrá mucha porquería) Con esto consigues que el cloro se evapore, ¡que nos interesa conservar las bacterias del suelo!, reducir la EC del agua, lo que te permitirá, en caso de necesidad aumentar el abonado de la planta, y después de todo esto que no es más complicado que tener dos garrafas (la del agua reposando y la de agua ya reposada) Añade limón, vinagre, acido nítrico, o cualquier sustancia ácida que contrarreste el pH básico y mídelo para comprobar que consigues el pH adecuado (los abonos tienen que aplicarse al agua antes de la medición)
El vinagre va bien, aunque al pasar el tiempo, tiende a variar el pH unas décimas. El limón dicen que no tiene ese efecto. El ácido nítrico es el componente principal de los reductores de pH comerciales, por si lo encuentras en alguna tienda de suministros.