Demasiado abono. Síntomas: La planta adquiere un color verde oscuro, al principio crece muy bien. Conforme el fertilizante se va acumulando, las hojas comienzan a quemarse las puntas, que se van curvando hacia abajo. La hierba demasiado abonada pica al fumarla e incluso chisporrotea por los restos de fertilizante.
Remedio: Lava abundantemente la tierra para arrastrar todo el exceso de fertilizante. Usa al menos dos litros de agua por litro de tierra aunque, si el exceso de fertilizante es muy notable, puede ser necesario lavar la tierra dos o más veces. Cuando la tierra esté bien limpia, abona moderadamente con un fertilizante completo con micro elementos.
Poco abono. Síntomas: Las plantas adquieren un color verde claro y las hojas más viejas amarillean. El crecimiento se hace más lento o se detiene. Los síntomas son parecidos a los de una deficiencia de nitrógeno. Si está floreciendo, los cogollos son pequeños y no crecen.
Remedio: fertiliza la tierra con un abono completo con micro elementos. La maría necesita abonados frecuentes pero suaves. En macetas, se puede regar con abono cada una o dos semanas, Si utilizas el fertilizante muy diluido, se puede abonar con mayor frecuencia.
Carencia de potasio (K)
Síntomas: amarillean las hojas más viejas, primero las puntas, luego toda la hoja adquiere un amarillo intenso. Las hojas se curvan hacia abajo. Las jojas más jóvenes se arrugan y se retuercen. Se mueren los brotes de crecimiento. Necrosis (tejidos muertos). Tallos blandos que no se sostienen o duros y quebradizos.
Remedio: el potasio no siempre falta sino que, a menudo, está bloqueado en la tierra a causa de la acumulación de sales. Para tratar esta deficiencia hay que lavar la tierra y luego fertilizar con un abono alto en potasio. Los abonos para cactus suelen tener mucho potasio, aunque vale cualquier fertilizante completo.
También puede ser por la razón que expresa Cript666, por rociar las hojas bajo la lámpara y el efecto lupa.