http://www.editoraperu.com.pe/Turismo/maca.htm
La aparición de empresas estadounidenses y europeas, que buscan patentar la elaboración de productos sobre la base de la maca, ha puesto en alerta a los defensores de este cultivo, que por ahora sólo crece en nuestro país.
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La maca ya era conocida en el Tahuantinsuyo y estaba considerada un alimento de la nobleza; es decir, fuera del alcance de las grandes mayorías: las castas menores.
Siglos después esto cambió, pues no sólo se ha difundido este cultivo, sino que también el descubrimiento de sus propiedades generó una lucha comercial para hacerse de éste. Desde comienzos de 1990 hasta finales de 1995 se empiezan a conocer las propiedades de esta hortaliza (Lepidium meyenii), gracias a un grupo de investigadores agrícolas, uno de los cuales provenía de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
En 1996 se da el boom de la maca, como un cultivo que podía resolver algunos problemas de la vida actual, como la disfunción sexual generada por el estrés. Hace poco, dos empresas estadounidenses realizaban trámites para patentar la maca, advierte el director de la consultora Señal Verde, Augusto Urrutia Truguer.
Tanto Pure World Botanicals Incorporation como Bioths Research Corporation elaboraron trabajos de investigación sobre las bondades de esta planta peruana y pretenden tener la exclusividad de este cultivo.
La primera solicita la patente del extracto de las raíces, para darle aplicaciones farmacéuticas, mientras la segunda busca otra patente por algunos componentes que aumentan los niveles de testosterona.
Para que no ocurra lo mismo que el pisco y el cultivo del yacón, una de las salidas es la encontrar la denominación de origen, proceso que se halla en estos momentos en Indecopi. “Eso significaría que ellos son dueños de todo el proceso. Son cultivos de la gente domesticados por años y no es justo que vengan y nos digan que ya no nos pertenece”, refiere Rolando Aliaga, investigador de la maca desde principios de la década de 1990.
Sostiene, asimismo, que la cultura de maca está en el Perú y se cumplen todos los requisitos para obtener la denominación de origen.
La maca es una hortaliza como el rábano, pariente de la coliflor, la mostaza y la betarraga.
Al tener un sabor picante y amargo, los campesinos se dieron cuenta de que al secarla, ésta tomaba un gusto más dulce.
Es en el estado seco que las industrias la utilizan como materia prima para la preparación de mermeladas, harinas, jugos y néctares, entre otros productos.
Decreto
En la actualidad, la maca en estado natural puede salir libremente del país, producto de la derogatoria del Decreto Supremo N° 025-99-AG, emitido el 17 de julio de 1999. La norma establecía la prohibición de la exportación de especímenes, productos y subproductos de la maca en estado natural o con proceso de transformación mecánica primaria, a grandes rasgos, evitar la salida del material genético.
Sin embargo, 14 de junio de 2001 este decreto se deroga cuando era ministro de Agricultura Carlos Amat y León, por un pedido expreso de los propios agricultores de maca, con el pretexto de una sobreproducción.
Sin embargo, el problema proviene de muy atrás. Al conocerse los grandes beneficios que podría producir la maca como producto médico, se utilizó políticamente. Durante el régimen de Alberto Fujimori se prometió a muchos agricultores que éste sería el cultivo que los sacaría de la pobreza, con la intención de incentivar su propagación.
Así se tiene que, mientras que en 1994 únicamente se cultivaba en la meseta de Bombón (Junín), para finales del año 2000 ya se sembraba en todos los departamentos de la Sierra del Perú, con alturas superiores a los tres mil 800 metros sobre el nivel del mar.
Aliaga recuerda que existían épocas en que se producían entre siete mil y ocho mil toneladas. Sin embargo, las exportaciones no pasaban de 200, para agregar que por esto no encajaba la idea de una elevada producción de maca, si la gente no sabía cómo consumirla.
Asimismo, agrega, el precio por kilogramo fue bajando dramáticamente: durante los primeros años la industria de maca seca pagaba 14 soles. En estos momentos se puede conseguir a un sol. Es decir, un importador extranjero llega al Perú y compra una tonelada de maca seca por mil soles. Después la lleva a un centro de procesamiento y le concede un valor agregado, para convertirla en cinco o seis mil dólares la tonelada.
Cuando esta maca se lleva a una fábrica para preparar los productos, aumenta el valor: puede exportarse por un precio cercano a los 80 mil dólares por tonelada. Esta producción, adquirida como maca seca por tan solamente mil soles por tonelada, llega a los mercados de consumo como el japonés, que paga un millón 600 mil dólares por el mismo volumen.
Una medida importante sería conseguir la denominación de origen, porque de lograrse se ponormaría mejor el cultivo de maca y su posterior conversión en productos medicinales. Esta posibilidad no es remota, debido a que existen varios lugares en nuestro país que llevan por nombre Maca; además de los procesos de cultivo elaborados a través de los siglos por los agricultores de nuestra serranía.
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LA MADRE DEL CORDERO
La aparición de varios estudios acerca del potencial medicinal de la maca ha sido, qué duda cabe, una de las razones por la que diversos laboratorios estadounidenses y europeos intentan adueñarse de los productos que se elaboran de este cultivo.
En el Perú se han realizado hasta el momento dos estudios referentes a los beneficios que produce la maca en el ser humano. Si bien éstos se iniciaron en animales (en 1999 y 2000), el estudio más importante en seres humanos se hizo recién en 2001.
La Facultad de Ciencias y Filosofía y el Instituto de Investigaciones de Altura, ambas pertenecientes a la Universidad Peruana Cayetano Heredia, realizaron las pruebas. Gustavo González Rengifo, vicedecano de la facultad y director del instituto, explica que los estudios realizados demostraron un aumento significativo de los espermatozoides y una mejora sustantiva en el deseo sexual, sin producir el aumento de la testosterona.
Esto último es muy importante, explica, debido a que algunos productos químicos medicados para la disfunción sexual aumentan las probabilidades de padecer cáncer de próstata.
VENTAJA COMPARATIVA
Por el momento, el Perú tiene una ventaja comparativa con respecto a los demás países que quieren hacerse del cultivo de la codiciada hortaliza y de la elaboración de productos sobre la base de ésta.
De acuerdo con Rolando Aliaga, de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), en estos momentos sólo se produce en nuestro país.
Sin embargo –y a pesar de ser la maca un producto netamente peruano–, la ingeniería genética podría adelantar el proceso de adecuación de este cultivo en otro país con una altitud parecida a donde usualmente crece en nuestra Sierra.
La salida de semillas sexuales de maca también conspira en contra nuestra, pues debido a su pequeño tamaño cabe en un pequeño frasco que puede llevarse en el bolsillo de un pantalón. Estratégicamente, el Perú es el único país que produce maca en el mundo, ya que no existen registros de siembras grandes como han divulgado autoridades de Ecuador y de Bolivia.
Además –explica Aliaga–, éstas son consideradas especies silvestres afines con la maca que se cultiva en el Perú y que, en todo caso, no presentan las mismas características y, por lo tanto, las propiedades.
“En diversas partes del mundo hay la altura necesaria para el cultivo de la maca, por eso se cree que se puede llevar muy fácilmente a la China o al Tíbet, aunque el problema es latitudinal.”
Es cierto que esta latitud se puede encontrar en Chile, Ecuador o Bolivia, agrega Aliaga, mas en esas zonas no prospera el cultivo de la maca.
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La aparición de empresas estadounidenses y europeas, que buscan patentar la elaboración de productos sobre la base de la maca, ha puesto en alerta a los defensores de este cultivo, que por ahora sólo crece en nuestro país.
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La maca ya era conocida en el Tahuantinsuyo y estaba considerada un alimento de la nobleza; es decir, fuera del alcance de las grandes mayorías: las castas menores.
Siglos después esto cambió, pues no sólo se ha difundido este cultivo, sino que también el descubrimiento de sus propiedades generó una lucha comercial para hacerse de éste. Desde comienzos de 1990 hasta finales de 1995 se empiezan a conocer las propiedades de esta hortaliza (Lepidium meyenii), gracias a un grupo de investigadores agrícolas, uno de los cuales provenía de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
En 1996 se da el boom de la maca, como un cultivo que podía resolver algunos problemas de la vida actual, como la disfunción sexual generada por el estrés. Hace poco, dos empresas estadounidenses realizaban trámites para patentar la maca, advierte el director de la consultora Señal Verde, Augusto Urrutia Truguer.
Tanto Pure World Botanicals Incorporation como Bioths Research Corporation elaboraron trabajos de investigación sobre las bondades de esta planta peruana y pretenden tener la exclusividad de este cultivo.
La primera solicita la patente del extracto de las raíces, para darle aplicaciones farmacéuticas, mientras la segunda busca otra patente por algunos componentes que aumentan los niveles de testosterona.
Para que no ocurra lo mismo que el pisco y el cultivo del yacón, una de las salidas es la encontrar la denominación de origen, proceso que se halla en estos momentos en Indecopi. “Eso significaría que ellos son dueños de todo el proceso. Son cultivos de la gente domesticados por años y no es justo que vengan y nos digan que ya no nos pertenece”, refiere Rolando Aliaga, investigador de la maca desde principios de la década de 1990.
Sostiene, asimismo, que la cultura de maca está en el Perú y se cumplen todos los requisitos para obtener la denominación de origen.
La maca es una hortaliza como el rábano, pariente de la coliflor, la mostaza y la betarraga.
Al tener un sabor picante y amargo, los campesinos se dieron cuenta de que al secarla, ésta tomaba un gusto más dulce.
Es en el estado seco que las industrias la utilizan como materia prima para la preparación de mermeladas, harinas, jugos y néctares, entre otros productos.
Decreto
En la actualidad, la maca en estado natural puede salir libremente del país, producto de la derogatoria del Decreto Supremo N° 025-99-AG, emitido el 17 de julio de 1999. La norma establecía la prohibición de la exportación de especímenes, productos y subproductos de la maca en estado natural o con proceso de transformación mecánica primaria, a grandes rasgos, evitar la salida del material genético.
Sin embargo, 14 de junio de 2001 este decreto se deroga cuando era ministro de Agricultura Carlos Amat y León, por un pedido expreso de los propios agricultores de maca, con el pretexto de una sobreproducción.
Sin embargo, el problema proviene de muy atrás. Al conocerse los grandes beneficios que podría producir la maca como producto médico, se utilizó políticamente. Durante el régimen de Alberto Fujimori se prometió a muchos agricultores que éste sería el cultivo que los sacaría de la pobreza, con la intención de incentivar su propagación.
Así se tiene que, mientras que en 1994 únicamente se cultivaba en la meseta de Bombón (Junín), para finales del año 2000 ya se sembraba en todos los departamentos de la Sierra del Perú, con alturas superiores a los tres mil 800 metros sobre el nivel del mar.
Aliaga recuerda que existían épocas en que se producían entre siete mil y ocho mil toneladas. Sin embargo, las exportaciones no pasaban de 200, para agregar que por esto no encajaba la idea de una elevada producción de maca, si la gente no sabía cómo consumirla.
Asimismo, agrega, el precio por kilogramo fue bajando dramáticamente: durante los primeros años la industria de maca seca pagaba 14 soles. En estos momentos se puede conseguir a un sol. Es decir, un importador extranjero llega al Perú y compra una tonelada de maca seca por mil soles. Después la lleva a un centro de procesamiento y le concede un valor agregado, para convertirla en cinco o seis mil dólares la tonelada.
Cuando esta maca se lleva a una fábrica para preparar los productos, aumenta el valor: puede exportarse por un precio cercano a los 80 mil dólares por tonelada. Esta producción, adquirida como maca seca por tan solamente mil soles por tonelada, llega a los mercados de consumo como el japonés, que paga un millón 600 mil dólares por el mismo volumen.
Una medida importante sería conseguir la denominación de origen, porque de lograrse se ponormaría mejor el cultivo de maca y su posterior conversión en productos medicinales. Esta posibilidad no es remota, debido a que existen varios lugares en nuestro país que llevan por nombre Maca; además de los procesos de cultivo elaborados a través de los siglos por los agricultores de nuestra serranía.
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LA MADRE DEL CORDERO
La aparición de varios estudios acerca del potencial medicinal de la maca ha sido, qué duda cabe, una de las razones por la que diversos laboratorios estadounidenses y europeos intentan adueñarse de los productos que se elaboran de este cultivo.
En el Perú se han realizado hasta el momento dos estudios referentes a los beneficios que produce la maca en el ser humano. Si bien éstos se iniciaron en animales (en 1999 y 2000), el estudio más importante en seres humanos se hizo recién en 2001.
La Facultad de Ciencias y Filosofía y el Instituto de Investigaciones de Altura, ambas pertenecientes a la Universidad Peruana Cayetano Heredia, realizaron las pruebas. Gustavo González Rengifo, vicedecano de la facultad y director del instituto, explica que los estudios realizados demostraron un aumento significativo de los espermatozoides y una mejora sustantiva en el deseo sexual, sin producir el aumento de la testosterona.
Esto último es muy importante, explica, debido a que algunos productos químicos medicados para la disfunción sexual aumentan las probabilidades de padecer cáncer de próstata.
VENTAJA COMPARATIVA
Por el momento, el Perú tiene una ventaja comparativa con respecto a los demás países que quieren hacerse del cultivo de la codiciada hortaliza y de la elaboración de productos sobre la base de ésta.
De acuerdo con Rolando Aliaga, de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), en estos momentos sólo se produce en nuestro país.
Sin embargo –y a pesar de ser la maca un producto netamente peruano–, la ingeniería genética podría adelantar el proceso de adecuación de este cultivo en otro país con una altitud parecida a donde usualmente crece en nuestra Sierra.
La salida de semillas sexuales de maca también conspira en contra nuestra, pues debido a su pequeño tamaño cabe en un pequeño frasco que puede llevarse en el bolsillo de un pantalón. Estratégicamente, el Perú es el único país que produce maca en el mundo, ya que no existen registros de siembras grandes como han divulgado autoridades de Ecuador y de Bolivia.
Además –explica Aliaga–, éstas son consideradas especies silvestres afines con la maca que se cultiva en el Perú y que, en todo caso, no presentan las mismas características y, por lo tanto, las propiedades.
“En diversas partes del mundo hay la altura necesaria para el cultivo de la maca, por eso se cree que se puede llevar muy fácilmente a la China o al Tíbet, aunque el problema es latitudinal.”
Es cierto que esta latitud se puede encontrar en Chile, Ecuador o Bolivia, agrega Aliaga, mas en esas zonas no prospera el cultivo de la maca.
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