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Legalización de las drogas

22 March, 2012, 19:00 PM
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Canadá.- Por: Jorge Tadeo Lozano. La humanidad ha padecido el flagelo de las substancias  “psicotrópicas” desde tiempos inmemoriales y desde esas remotas épocas el Estado y la sociedad  han venido pensando y repensando los diferentes métodos para eliminarlo; se han implementado y aplicando técnicas que han ido desde la prohibición  total de la producción, industrialización, comercialización y uso de todos ellos y su “combate a muerte” mediante acciones militares, hasta la propuesta radical de legalización incondicional de todos aquellos procesos, pasando por la fórmula intermedia promovida hace algunas décadas por Holanda de una legalización parcial mediante una regulación racional del uso medicinal e industrial de algunos de ellos.

El tema de la legalización parcial del consumo de determinadas drogas  es controversial más no imposible de realizar como lo han demostrado con la marihuana Holanda, Bélgica, Suiza, Checoeslovaquia y más recientemente algunos Estados de los Estados Unidos de América (contrariando la posición del Gobierno Federal en cabeza del Presidente Barack Obama).

La idea de la “legalización parcial” se va fortaleciendo cada día más por el crecimiento acelerado del narcotráfico, no obstante el dineral que se ha gastado y se tiene proyectado gastar en la “guerra prohibicionista”, principalmente  por países consumidores. Hay que tener en cuenta que el negocio ilegal de la droga mueve en este momento algo más de 500.000 millones de dólares al año, es decir, casi el 10% del comercio mundial.

En 1961la ONUaprobó el plan impulsado por USA en contra, básicamente, del cultivo de aquellas plantas, principales precursoras de la marihuana, la cocaína y la heroína, comprometiendo a los países miembros a combatir la producción de estos narcóticos y penalizando específicamente el cultivo de cannabis, coca, y amapola, que obtuvo pocos éxitos, ya que lo único que consiguió fue que  los vendedores de droga pasaran a la ilegalidad, aumentaran sus ganancias y se apostrofara el trabajo de los agricultores tradicionales del tercer mundo que fueron desplazados y sufrieron el gran golpe económico de la substitución de sus cultivos, que eran su sustento.

La Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 fue insuficiente para prohibir muchas de los psicotrópicos de reciente descubrimiento, ya que su ámbito estaba limitado a las drogas que producían efectos parecidos al cannabis-, la coca y el opio, más reconocidos en la época de su suscripción, por lo que 1971 decidela Organizaciónde las Naciones Unidas promover otro tratado internacional  al cual denominó Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas, que se firmó el 21 de febrero de 1971 en una conferencia de plenipotenciarios en Viena, en la que se incluyeron casi todas las sustancias que alteran la mente.

Esta última  Convención, que entró en vigencia el 16 de agosto de 1976,  contiene restricciones a las importaciones y exportaciones junto con otras reglas que apuntan a limitar el uso de drogas, excepto para propósitos científicos y médicos.

En la actualidad hay aproximadamente 175 naciones que forman parte del tratado de 1971, incluida la casi totalidad de las latinoamericanas, con exclusión de Bolivia que recientemente se retiró de la misma por atentar contra la cultura ancestral de gran parte de su población indígena que practica milenariamente el “mambeo” o masticación de la hoja de coca para reducir el hambre, las tensiones y el sueño, además de aplicarla como medicación en algunas enfermedades.

Como lo dijimos arriba, Holanda dio un paso importantísimo en 1976 en la batalla contra el narcotráfico, al legalizar la venta de drogas blandas, encabezada por la marihuana. Esta política difirió totalmente de la postura de más del 90% de los restantes países del mundo y fue duramente criticada, a pesar de lo cual continúa y ha contado con la adhesión de otras naciones que se le han unido con regulaciones diversas que han solucionado algunos problemas pero han creado otros como el “narco-turismo” y la “narco-prostitución” legalizadas.

Las previsiones internacionales, supuestamente para terminar con el tráfico de drogas está recogida en las Convenciones de Naciones Unidas de 1961, 1971 y 1988, esta última denominada Contra el Tráfico de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, que regula los químicos precursores de las drogas definidas porla ConvenciónÚnica yla Convenciónsobre Sustancias Psicotrópicas y fortalece las previsiones en contra del lavado de dinero y otros crímenes relacionados con los estupefacientes.

De modo, que hay argumentos normativos globales suficientes, estadísticas precisas de producción, tráfico y consumo y, sobre todo, experiencias nacionales suficientes para abrir un gran debate en la próxima Cumbre de las Américas en Cartagena sobre la legalización de la droga como medio para minimizar su consumo y tráfico, que a más de económico es de naturaleza sanitaria porque afecta en forma grave la salud pública, y lo es también de orden social y político porque el uso y tráfico de psicotrópicos está destruyendo el tejido social de las naciones y contaminando de corrupción a la clase política de casi todos los países del mundo.

La polémica sobre la “legalización” seguramente llegará a la agenda dela VI Cumbre de las Américas con todas sus aristas: el gobierno de los Estados Unidos negándose a admitirla con argumentos economicistas, una parte mínima de América Latina sosteniendo una posición de radical “legalización” argumentando urgencias sociales y políticas y otra, la gran mayoría de estos países, proponiendo fórmulas intermedias como las del modelo Holandés, considerado exitoso para algunos y complejo e inviable para otros.

Yo pienso que Holanda, Bélgica, Suiza, Checoeslovaquia, algunos Estados de Norteamérica y probablemente otros Estados signatarios de la principal Convención de 1971, no han sido demandados por violar este tratado ni ninguno de los demás complementarios, porque precisamente aquel Tratado, eje central de las prohibiciones, previó en su contexto algunas licencias para el uso medicinal e industrial de ciertas sustancias psicotrópicas clasificadas en la propia Convención, entre ellas las denominadas “blandas”.

Por algo, entonces, podría comenzarse, adoptando, por ejemplo, las experiencias de los países citados en el párrafo anterior.

Comentarios:

jotalos@diarioelpopular.com  (al periódico)

jotalos@gmail.com (al columnista)

 

Fuente DiarioelPopular

 

 

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3 Responses

  1. felicitaciones por tan excelente articulo. legalizacion de las plantas,, No son drogas son plantas 

  2. Cada quien es dueño de su vida y puede hacer lo que le plazca. Es muy ignorante verlo desde el punto de vista contrario sin antes haber experimentado. Los estupefacientes siempre existirán, más daño causa el alcohol y el tabaco que la marihuana, el problema es la prohibición, incitas a que más personas se interesen y después van por otras cosas.  Es como el alcohol, además es cosa de cada quien hacer lo que desea con su vida, esto es prohibicionismo, peores cochinadas hay en el gobierno como para que se pongan en este plan por favor…

  3. Gracias por la recomendación de la página miriam poblet, es muy interesante la opinión del doctor Xavier Ferrer http://solucionadiccion.com/drogas-2/se-deberian-legalizar-las-drogas/

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