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Los Niños de las Montañas del Rif de Marruecos

7 October, 2015, 16:00 PM
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A las personas que visitan por primera vez las hermosas montañas del Rif en el norte de Marruecos, la vida les parece idílica, tranquila y relajada. Pero los signos de una pobreza arraigada, e insuperable, se van haciendo más evidentes cuanto más tiempo se pasa en estas tierras agrestes y silvestres, y la lucha de su pueblo resulta cada vez más evidente. Y como es inevitable en el caso de las regiones de gran pobreza, los niños del Rif tienen que saber adaptarse, además de ser duros y perspicaces, para sobrevivir.

Los Niños de las Montañas del Rif de Marruecos - Sensi Seeds blogEstos niños no reciben ningún tipo de educación. Aunque sí existe una educación pública del estado, es limitada y muchas veces inaccesible para los niños del Rif, ya sea debido a la distancia física y a la falta de transporte, o debido a que, simplemente, se les necesita en otros lugares. Aunque muchas familias reconocen el potencial de la educación para mejorar las condiciones socioeconómicas de los individuos y sus familias, tampoco es un hecho, ya que se pueden conseguir los ingresos tan necesarios mucho más fácilmente al poner a un niño a trabajar en los campos de cannabis, o a cocinar tajín para los turistas, o a lavar coches al lado de las sinuosas carreteras de montaña con agua canalizada directamente desde las mismísimas Cataratas de Akchour.

De hecho, en Akchour, en las hermosas y populares cascadas situadas no lejos de Chauen (una de las principales ciudades del Rif), puede verse a niños participando en todo tipo de labores. A medida que subimos por la carretera de tierra privada hecha por la gente del lugar para dar servicio a los grandes campos de cannabis que se encuentran justo sobre la colina de la principal ruta turística (y que florecen tranquilamente, mientras que la gran mayoría de estos turistas desconocen su existencia), un niño pequeño, de no más de nueve años, nos ofrece hachís mientras que otro, sentado en cuclillas a unos metros, friega una enorme sopera casi tan grande como él mismo, en una zona poco profunda y tranquila de las cataratas. Dos más, un poco más mayores, de unos 14 o 15 años, se dedican afanosamente a preparar tajín para una familia del sur de Marruecos, que está sentada en una mesa cercana. Todos parecen espabilados, seguros y totalmente a gusto en sus papeles de adultos prematuros.

Los Niños de las Montañas del Rif de Marruecos - Sensi Seeds blogDe este modo, los niños aprenden rápido aquí, y soportan una forma de vida que supone un extraño limbo entre la inevitabilidad de la miseria absoluta, y permanente, y la pequeña posibilidad de descubrir oro – siendo el oro, en este caso, obviamente, los productos a base de hierbas aromáticas del Rif – en forma de una gran venta, y escapar de la pobreza de una vez por todas. Para muchos, la vida será un ciclo constante de pequeños ingresos caídos del cielo seguidos por meses sin apenas beneficios, a la espera del próximo pequeño golpe de suerte. Por lo tanto, para la mayoría de estos chicos conseguir los ingresos suficientes se convierte en un sueño lejano, que seguirá siendo un sueño para muchos, incluso en la edad adulta.

Sin embargo, una cosa que estos chicos sí tienen, de la que los descendientes privilegiados y protegidos de las sociedades occidentales cada vez carecen más, es libertad para existir, y existir sencillamente. Libertad para ganarse la vida y vivir de la tierra o de los turistas de la forma que a uno le parezca bien, siempre y cuando no se invada el territorio de quien no se debe, y uno se asegure de que las personas adecuadas reciben la cantidad correcta en sobornos.

Para las chicas, es otra historia. Aunque Marruecos es un país muy relajado en lo relativo a las normas islámicas, las niñas, sin embargo, están mucho más limitadas en sus actividades diarias, y sin duda son menos libres. Esto no es cierto en todos los ámbitos, y a muchas chicas jóvenes de esta zona se les da una obvia libertad para jugar y correr con los chicos, pero sigue habiendo una doble moral indiscutible, que presumiblemente pretende proteger la seguridad y la virtud de las chicas, aunque en algunos casos ocurre, de hecho, todo lo contrario.

Los Niños de las Montañas del Rif de Marruecos - Sensi Seeds blogMe cuentan que existe una animada actividad comercial mediante la que las menores de edad (y ocasionalmente los varones) son prostituidas por sus propias familias a cualquier cliente por tan sólo 50 dírhams (equivalente a poco más de 5 $) por noche. Me han dicho además que la única condición es que las niñas sean devueltos sin daños – pero en el caso de que se produzcan daños, por lo general puede resolverse mediante el pago de una cuota equivalente a la posible pérdida de ingresos para la familia.

Esta cara oscura de la vida del Rif es inquietante y profundamente preocupante, pero no resulta inesperada en una región tan azotada por la pobreza y tan visitada por los turistas, comerciantes y traficantes de hachís. Sin embargo, hay algunos indicios de que la situación está mejorando, y a medida que Marruecos sigue su torpe marcha hacia la modernidad, la vida para los chicos y chicas del Rif, sin duda, puede experimentar algunas mejoras.

Más tarde, nos detenemos para que nos lave el coche uno de los muchos grupos de niños pequeños, de pie a un lado de la carretera, de vuelta a Tetuán. Saludamos a los chicos y empiezo a hablar con uno de ellos chapurreando en francés. Su nombre es Mohammed y es uno de los afortunados: a pesar de que tiene que trabajar duro durante las vacaciones, la escuela empieza de nuevo la semana que viene y él va a asistir. Mientras hablamos, su padre se acerca a nosotros y pone su brazo alrededor de los hombros de su hijo con orgullo. Nos dicen adiós con la mano cuando nos marchamos.

Por Seshata

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