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The Wall Street Journal: El negocio legal de la marihuana en Estados Unidos

29 April, 2013, 22:00 PM
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EEUU.- Al igual que cualquier agricultor, Elliott Klug comprende los altibajos de vivir de la tierra. Pero su cultivo requiere de un esfuerzo riguroso.

Para mantener la producción, se cosecha todas las semanas. Además, se cultiva sólo bajo techo. Y aunque este consejo no puede encontrarse en el Almanaque de Agricultores, sus trabajadores creen que escuchar canciones de la banda de rock Grateful Dead a todo volumen aumenta la productividad.

“Somos los chicos malos”, dice Klug, presidente ejecutivo de Pink House Blooms, una empresa de 70 personas que produce y vende marihuana a personas que tienen una receta médica para consumirla. “Ahora seguimos siendo los chicos malos, pero pagamos impuestos”.

En todo Estados Unidos, el negocio de cultivar marihuana se está volviendo rápidamente popular. Dieciocho estados y el Distrito de Columbia aprobaron el consumo y producción de marihuana para uso medicinal, incluidos dos, Colorado y Washington, que también permiten su uso recreativo. Eso ha dado impulso a una industria informal de cultivadores profesionales, con entre 2.000 y 4.000 negocios que producen la planta para fines legales. Las ventas totales ascendieron a entre US$1.200 millones y US$1.300 millones el año pasado, según Medical Marijuana Business Dail, una publicación de la industria.

Sin embargo, obtener ganancias en este rubro es más difícil de lo previsto. Cuando se produce y se vende legalmente, la marihuana puede ser un negocio costoso, con altos costos iniciales, dolores de cabeza operativos y regulaciones estatales que un agricultor de remolachas jamás podría imaginar. En el estado de Colorado, por ejemplo, los administradores deben someterse a averiguaciones de antecedentes que incluyen revelar sus tatuajes. El gobierno también exige que haya cámaras en cada ambiente con plantas; Klug tiene 48.

En tanto, los precios de la marihuana se han derrumbado, en gran parte debido a la creciente competencia. Y la financiación bancaria ni siquiera es una opción: la ley federal de EE.UU. no permite estas empresas y los agentes a veces hacen redadas a los agricultores aún en estados donde la actividad es legal.

De todos modos, un grupo entusiasta de productores de marihuana está saliendo del anonimato —o de sus sótanos, donde solían cultivar marihuana— para probar suerte. En Colorado, se promulgó una ley que en enero próximo permitirá a los mayores de 21 años comprar marihuana de vendedores minoristas, lo que se prevé que abra un mercado actualmente limitado a unos 110.000 pacientes con recetas médicas. De hecho, Medical Marijuana Business Daily pronostica que se tripliquen las ventas anuales en ese estado en 2014, hasta al menos US$700 millones.

Ese potencial crecimiento ya cambió la situación para Klug, de 36 años, quien luce un largo bigote y un tatuaje de un dragón en un brazo. Hace cuatro años, cultivaba unas 40 plantas en su sótano, como un negocio secundario mientras trabajaba en private equity. Las cosechas eran para quien tuviera una receta médica para el uso de marihuana, incluido Klug, quien afirma que la usa para dolores por una intolerancia al gluten.

Hoy, Pink House Blooms es un negocio de US$3 millones al año, con 2.000 plantas en un depósito remodelado en una zona industrial de Denver. Durante una visita reciente, habló sobre la operación en términos de negocios, mientras el aroma característico de su producto se percibía en el ambiente. Plantas de marihuana ocupan casi cada centímetro cuadrado del piso, incluidos los pasillos, mientras trabajadores que escuchan música hip-hop quitan tallos y hojas. La cosecha se almacena en una bóveda hecha a medida, con paredes reforzadas con acero de dos centímetros.

Para trabajar a esta escala, Klug dice que invirtió más de US$3 millones —parte del dinero lo tomó prestado de familiares— en la compañía. Señala que Pink House Blooms es rentable y que la demanda sube 30% algunos meses. Pero los costos de la empresa, incluida una factura eléctrica de US$14.000 al mes, y la necesidad de invertir para aumentar la producción, le han impedido recuperar el dinero que pidió prestado. Producir marihuana a escala industrial, asevera, es “emocionante y estimulante” y “de cierto modo es aterrador”.

Otra empresa, La Conte’s Clone Bar & Dispensary, formó una sociedad con otra firma de marihuana para compartir algunos costos. No obstante, produjo un margen de ganancias de sólo 6% sobre ingresos de US$4,2 millones el año pasado, según el director financiero, Jeremy Heidl, quien cree que es un retorno inaceptable teniendo en cuenta los riesgos financieros y legales. Para expandir el negocio, la firma se diversificó a otros artículos, desde cigarrillos electrónicos a brownies con marihuana. De todos modos, dice, “la economía del cannabis es muy difícil”.

Una gran carga para quienes cultivan marihuana es el trabajo intensivo que requiere. Los sueldos pueden constituir más de un tercio de los costos de producción, afirma Jason Katz, director de operaciones de Local Product of Colorado. Coordinar a los empleados también es desafiante, agrega, en una industria donde muchos aprendieron su oficio cultivando de forma clandestina. Su compañía empleó a seis cultivadores en tres años antes de que uno funcionara. “No están acostumbrados a ser parte de la sociedad regular”, sostiene.

Más allá de los temas de costos y mantenimiento, el mayor shock para la mayoría de los productores de marihuana ha sido el precio del cultivo. Conforme la industria se vuelve más competitiva y hay más marihuana disponible, el precio de una libra de hierba de alta calidad en Denver bajó de US$2.900 a comienzos de abril de 2011 a US$2.400 en el mismo período de 2012 y a US$2.000 este año, según Roberto’s MMJ List, un servicio que conecta a vendedores mayoristas y compradores. En el punto de mayor demanda a mediados de 2011, una libra se vendía por hasta US$3.900.

Algunos expertos afirman que es posible obtener buenos resultados. Roberto Lopesino Seidita, quien se encarga de la lista de precios y realiza trabajos de consultoría para la industria, afirma que algunos agricultores están consiguiendo márgenes de dos dígitos al concentrarse en el precio, no sólo la calidad. Desarrollaron formas de producir grandes cantidades de marihuana a bajo costo y la ofrecen a precios imbatibles, lo que atrae a cientos de clientes a diario. “Lo manejan como Wal-Mart WMT +0.50% “, dice.

Sin dudas, los cultivadores ilegales han estado produciendo y vendiendo grandes cantidades de marihuana —a menudo con una ganancia considerable— desde hace décadas. La mayoría de la marihuana consumida en EE.UU. es cultivada al aire libre en México por trabajadores con salarios bajos, sin necesidad de luces o aire acondicionado, señala Jonathan Caulkins, profesor de la Universidad Carnegie Mellon que estudia la legalización de la marihuana. Los precios corrientes de la marihuana en lugares donde no hay comercio legal suelen ser más altos que en mercados regulados, agrega.

cannabis-funny-weed-pictures-hemp-humor-marijuana-weed-Favim.com-431296-1 (1)Aunque es poco habitual en Colorado, agentes federales aún hacen redadas a cultivadores, sin tener en cuenta las leyes estatales, cuando estos negocios están demasiado cerca de escuelas o son negligentes en otros sentidos. En diciembre pasado, el presidente Barack Obama afirmó que su gobierno tenía “peces más grandes que pescar” que perseguir usuarios recreativos. Una vocera del Departamento de Justicia de EE.UU. indicó que la agencia aún analiza las nuevas leyes en los estados de Colorado y Washington.

Mientras tanto, Klug sigue buscando formas de mejorar su negocio y tiene un consejo para los que quieran hacerse ricos vendiendo marihuana de forma legal: “Empiece con mucho dinero”.

Fuente The Wall Street Journal

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