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Apestando a humo: el estigma del cannabis

16 September, 2016, 9:00 AM
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Estigma. A ningún fumador, vapeador o consumidor en cualesquiera de las formas conocidas de cannabis se le escapará que la afición por la planta no despierta, precisamente, buenas reacciones, especialmente entre aquellos que desconocen el mundillo en profundidad. Y es que la ignorancia, refugio de los intolerantes, no aporta sino una imagen sesgada e interesada de una realidad que de bien poco suele aproximarse a la realidad. Pues ya sea por medio de la burla, el desprecio o la asunción de que consumir cannabis es el gran rasgo que define la personalidad de alguien, el abanico de ataques que los usuarios de cannabis hemos de soportar impide, a cualquiera que no quiera exponerse a ser un apestado social, salir del armario.

¿Estamos condenados a practicar nuestro hobby en privado y entre leprosos para siempre?

Si bien me resigno a pensar que es lejano el día en el que podamos mostrar por la vía pública nuestra relación con la satánica sustancia sin temor a las represalias, como lo hacen alegremente fumadores de tabaco y bebedores de alcohol en terrazas, la lucha por conseguir un entorno de respetabilidad legal que acompañe, al menos en parte, a la tolerancia creciente que la sociedad civil tiene con la planta, sí la veo alcanzable. Sin embargo, dicha tarea no es un porvenir seguro e inequívoco, dependerá en gran parte del esfuerzo que hagamos los activistas por mostrar de una manera sencilla y simpática la realidad del cáñamo, por ejemplo aprovechando las redes sociales, un buen material audiovisual y mostrándonos como personas respetables.

La discriminación es un tema de actualidad. Reivindiquemos lo que para nosotros es algo perfectamente normal y respetable, generemos conciencia social y habremos ganado la mitad de la guerra. La libertad nunca se ha ganado cruzándose de brazos y esperando a que otro luche por ella, por consiguiente, la triste realidad es que la política o la haces, o te la hacen. No obstante, la buena noticia es que todos tenemos la capacidad de aportar un granito de arena en la normalización social previa a la legalización política.

Desde aquí, quiero animar a todos los que crean en la causa a quitarse el complejo de culpa que tengan y hablar con normalidad a los suyos de un hábito que, responsablemente, puede ser aceptado por cualquiera que diga defender una sociedad abierta y tolerante.

Libertad y buenos humos

Por Jose María Escorihuela Sanz.   @JmEscorihuela

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One Response

  1. Sabes lo que pasa, que a veces uno se pone a leer articulos sensacionalistas aqui y parece que la planta ya este medio legalizada o legalizada total y esto no es asi.Aqui en España, es verdad que en las grandes ciudades hay una cierta tolerancia, eso si, dependiendo de con quien te topes y segun en que zonas.Pero en los pueblecitos, amigo mio, es muy diferente por desgracia, los bebedores de alcohol tienen todo el respeto y la tolerancia asi se beban todo el wisky del pueblo y los fumadores de cannabis tolerancia cero.Seguramente la culpa la tengan los/las politicos/as pseudofascistas que asolan el pais desde hace tanto tiempo.Pero es que hasta los gays ya tienen la proteccion de la ley (Son personas, se merecen todo el respeto y eso esta bien) los extrangeros africanos y procedentes de paises pobres tambien al menos en teoria (Son personas, se merecen todo el respeto y eso esta bien)…Pero y que pasa con los fumadores de porros, es que somos peores que los dos grupos anteriormente citados, no nos merecemos respeto solo porque nos fumemos un puto cigarro aliñado?…

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