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Auge de los “clubes cannábicos” en España

20 May, 2011, 17:48 PM
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“El consumo de cualquier droga ilícita está despenalizado en España desde 1974 y cultivar para el propio consumo no es un delito”

En el caso de Latinoamérica hay algunos países en los que se atisban políticas que podrían conducir a la creación de locales cannábicos”

En España cada vez es más común la existencia de asociaciones que dicen producir marihuana de forma colectiva para distribuirla exclusivamente entre sus socios.

 

Barcelona, Madrid y Bilbao son algunas de las ciudades donde durante la última década han proliferado este tipo de clubes, lo que aparentemente se debe a una ambigüedad legal que mantiene a autoridades y consumidores de cannabis en un tira y afloja constante.

Las primeras agrupaciones de este tipo surgieron hacia 2001 y, a pesar de puntuales intervenciones policiales, su número se ha incrementado hasta el punto de que actualmente se desconoce cuántas funcionan en España.

Tan sólo la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC) reúne a un total de 30 clubes legalizados en el país. Los promotores de estos grupos afirman que son una alternativa al mercado negro de la marihuana. Sin embargo, las autoridades objetan que el fomento del consumo de drogas está tipificado como delito y alegan que estas iniciativas corren el riesgo de alentarlo.

Cómo funcionan

solo una cerveza

 

“Vente y tómate unas cañitas mientras disfrutas del buen humo en la comodidad de un bar/restaurante privado al que solo nuestros socios pueden acceder”. Esta frase se puede leer en uno de los panfletos promocionales del recientemente abierto Private Cannabis Club de Madrid.

Se trata de asociaciones privadas sin ánimo de lucro cuyos miembros contribuyen monetariamente en la producción colectiva de la marihuana que consumen, así como en el mantenimiento y gestión del local y personal.

Se puede pertenecer al club ya sea por motivos lúdicos como terapéuticos. En el primer caso el candidato debe venir recomendado por un socio, en el segundo se debe demostrar el tipo de enfermedad padecida, usualmente pacientes con SIDA, esclerosis múltiple o cáncer.

“Se trata de un círculo cerrado”, explica Javier Ballestín, trabajador de la Asociación cannábica La Maca en Barcelona. “Cada uno se responsabiliza de traer a alguien de confianza”.

Una vez se pasa a formar parte del club, el socio puede obtener marihuana por un precio que oscila entre los US$6 y US$8 el gramo.

“Inseguridad jurídica”

Risa

 

El presidente de la FAC, Martin Barriuso, se queja de la existente inseguridad jurídica, lo que provoca roces puntuales con las autoridades locales.

“El consumo de cualquier droga ilícita está despenalizado en España desde 1974 y cultivar para el propio consumo no es un delito”, aclaró. Según la ley, se considera delito obtener o poseer la droga con ánimo de traficar, algo que deja abierta la puerta a una interpretación amplia.

Barriuso defiende que gracias a estos clubes los consumidores de marihuana se libran del mercado negro, conocen la calidad de lo que consumen, eligen las variedades de cultivo y protegen colectivamente sus derechos.

A modo de ejemplo explicó lo que hacen si la policía multa a uno de sus miembros por posesión de marihuana: “Nosotros se la reponemos y le tramitamos el recurso”.

“Cerca de la ilegalidad”

 

Pero las autoridades españolas todavía tratan de asimilar el modo de tratar el tema en un marco legal que consideran confuso.

Es el caso de la policía regional en Cataluña, los Mossos de Esquadra, que en lo que va de año ya ha realizado dos operaciones sobre “clubes cannábicos” al considerar que estaban fomentado el consumo de narcóticos.

Miembros de este cuerpo policial expresaron a BBC Mundo la necesidad de crear una legislación mucho más precisa, sobre todo en lo que respecta al límite de producción y consumo.

Admiten que el número de locales cannábicos está aumentando y que al realizarse en recintos privados es muy difícil probar que se trata de un consumo privado y que no hay fomento del consumo.

Pero Martin Canavé, del bufete DMT Advocats, asegura que la ley está muy clara. “No hay un vacío legal. Se trata de una asociación cuyo fin es crear un espacio privado de distribución y el Estado no tiene derecho a intervenir en un espacio privado”.

Según Canavé, todos los abiertos contra asociaciones de este tipo en Cataluña han sido archivados, y los imputados que llegaron a juicio fueron absueltos.

“En algunos casos tras archivarse el caso se ha seguido un proceso contra la policía por detención ilegal”, apuntó el abogado, cuyo bufete dice haber gestionado la creación de más de 30 locales, en su mayoría en Cataluña.

Y añadió: “Estas asociaciones pagan impuestos. Un local de la Barceloneta ha pagado 11.000 euros de IVA en solo un trimestre. Lo que se agradece en tiempos de crisis”.

 

Foto de risaEn otros países

 

En Bélgica existen clubes similares y también se está planteando su apertura algunos en países como Austria e Italia.

Sin embargo, la proliferación de estos clubes en el viejo continente es lento debido a que en gran parte de Europa el consumo de marihuana sigue penalizado.

En el caso de Latinoamérica, explica Barriuso, hay algunos países en los que se atisban políticas que podrían conducir a la creación de locales cannábicos.

“En Uruguay, el Partido Socialista y el Frente Amplio plantearon que se puedan cultivar ocho plantas de marihuana por persona y llevar encima 25 gramos de marihuana sin ningún tipo de sanción”.

En el caso de Argentina, añadió, la despenalización del consumo privado de marihuana en 2009 estaría dando lugar aun aumento considerable de plantaciones privadas.

 

Fuente BBCMundo

 

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