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COLUMNA-Obama, las drogas y el sentido común: Bernd Debusmann

24 December, 2009, 10:08 AM
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obama“La guerra contra las drogas ha sido un completo fracaso. Tenemos que repensar y descriminalizar nuestras leyes sobre marihuana (…) necesitamos repensar cómo estamos operando en la guerra contra las drogas. Actualmente no estamos haciendo un buen trabajo”.

“la marihuana es más segura que muchos alimentos que comúnmente consumimos. Por ejemplo, comer 10 papas crudas puede terminar en una respuesta tóxica. En comparación, es físicamente imposible consumir suficiente marihuana para inducir la muerte”.

Barack Obama, 21 de enero de 2004: “La guerra contra las drogas ha sido un completo fracaso. Tenemos que repensar y descriminalizar nuestras leyes sobre marihuana (…) necesitamos repensar cómo estamos operando en la guerra contra las drogas. Actualmente no estamos haciendo un buen trabajo”.

Oba,ma¡Amén a eso!

Desde que el presidente Richard Nixon declaró por primera vez la guerra contra las drogas en 1969, siete gobiernos sucesivos han gastado miles de millones de dólares para terminar con los campos de cultivo de drogas en el extranjero, bloqueando los cargamentos dentro del país e imponiendo duras leyes antidrogas en casa.

Pero no lograron frenar la demanda o acabar con los suministros.

Obama realizó su evaluación de la lucha contra las drogas durante un debate en la Universidad de Northwestern, cerca de Chicago, cuando se estaba postulando para un puesto en el Senado estadounidense, que fue una etapa clave en su meteórica carrera política.

Ahora que Obama se está acercando al fin de su primer año como presidente de Estados Unidos, ¿cuánta reflexión ha habido y qué tan buen trabajo está realizando su Gobierno en la lucha contra las drogas?

Las acciones están mezcladas, pero tras décadas durante las cuales las palabras sentido común y política antidrogas jamás estuvieron en la misma oración, las actitudes estadounidenses hacia la prohibición de drogas -y, sobre todo, leyes de castigo sobre la marihuana- están cambiando demasiado rápido para que los legisladores las ignoren.

obamasssSondeos de opinión pública reflejan un cambio sostenido. Entre el 2000 y el 2009, el porcentaje de estadounidenses a favor de una completa legislación de la marihuana aumentó de un 31 a un 44 por ciento, de acuerdo al grupo de sondeos Gallup.

Si el aumento del apoyo continúa al mismo ritmo, para el 2013 más de la mitad de la población adulta respaldará medidas para tratar a la marihuana como el tabaco y el alcohol.

Tres hitos durante los últimos tres meses son una razón para creer que el sentido común está comenzando a prevalecer por sobre la ideología cerrada que llevó a los gobiernos estadounidenses a actuar como si estuvieran intentando demostrar la definición de demencia de Albert Einstein: hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados distintos.

HITOS EN EL 2009

Hito 1: El primero fue establecido el 19 de octubre por el fiscal general de Obama, Eric Holder, cuando envió nuevas directrices a fiscales federales diciéndoles que “no será una prioridad utilizar recursos federales para procesar a pacientes con enfermedades graves o a sus cuidadores que están cumpliendo con leyes estatales sobre marihuana médica”.

En lenguaje simple: agentes federales no arrestarán a personas que utilicen marihuana para fines médicos en estados en donde eso es legal: Alaska, California, Colorado, Hawái, Maine, Michigan, Montana, Nevada, Nuevo México, Oregon, Rhode Island, Vermont y Washington.

Hito 2: La Asociación Médica Estadounidense (AMA, por su sigla en inglés), con cerca de 250.000 miembros y una de las mayores organizaciones médicas en el país, cambió el 1 de diciembre su largamente mantenida actitud hacia la clasificación de la marihuana como una droga peligrosa y adictiva como la heroína.

AMA instó al Gobierno federal a “revisar el estatus de la marihuana como substancia de Categoría I” (en la clasificación del Gobierno Categoría I incluye a un cóctel de drogas incluida la heroína y el LSD).

Hito 3: El 17 de diciembre, Obama convirtió en ley un paquete de gasto para fin de año, el así llamado proyecto Omnibus, que incluyó una disposición para quitar una prohibición para implementar una ley sobre marihuana médica, que había sido aprobada por una arrasadora mayoría de votantes en Washington DC en 1988.

washingtonLa capital estadounidense ahora está libre para establecer sus propias políticas sobre marihuana médica para sus 600.000 habitantes.

Cambiar las leyes sobre marihuana para propósitos médicos es una cosa, la legalización general es otra. Pero defensores reformistas como Bruce Mirken, del Marijuana Policy Project, ven los avances sobre marihuana médica como ladrillos que son removidos de un “Muro de Berlín de Prohibición” cada vez más débil.

Mientras el sentido común está empezando a introducirse en políticas internas antidrogas, hasta ahora las cosas siguen igual para la participación estadounidense en la aparentemente inacabable y probablemente imposible de ganar guerra antidroga en el exterior, en Latinoamérica y Asia.

La misma ley Omnibus que liberó a Washington DC para administrar la marihuana médica tuvo disposiciones para continuar financiando y equipando a los ejércitos mexicanos y colombianos y a las fuerzas policiales que luchan contra productores de drogas y traficantes.

Pero sería poco sabio subestimar el impacto global de los cambios en política nacional en Estados Unidos, a pesar de que no llegan a la legalización de la marihuana y a regular sus ventas al igual que el alcohol y el tabaco.

defensoresDespués de todo, Estados Unidos ha sido por largo tiempo el hogar espiritual de la prohibición y su más importante defensor internacional.

El pensamiento rígidamente ortodoxo de Estados Unidos sobre drogas se refleja en los tratados de Naciones Unidas, incluyendo la única Convención sobre Drogas Narcóticas, que han sido obstáculos para las reformas internas sobre drogas en algunas naciones miembro.

La convención sitúa a la marihuana en la categoría más restrictiva, junto con la heroína, al igual que el Gobierno federal estadounidense.

Es una clasificación mal orientada que que enfrenta una montaña de evidencia en contrario, pero ha sobrevivido a varios cuestionamientos legales durante las últimas cuatro décadas.

Una y otra vez, los hechos que no se adecuaron a las preconceptos de los guerreros antidrogas fueron simplemente ignorados

Ejemplo: Un descubrimiento realizado en 1988 por el entonces juez federal Francis Young.

“En términos médicos estrictos”, escribió después de escuchar el tema, la “marihuana es más segura que muchos alimentos que comúnmente consumimos. Por ejemplo, comer 10 papas crudas puede terminar en una respuesta tóxica. En comparación, es físicamente imposible consumir suficiente marihuana para inducir la muerte”.

Lo que explica la posición perdurable de la marihuana como la droga ilícita más ampliamente utilizada no sólo en Estados Unidos sino que en el mundo.

El Informe Mundial sobre Drogas de Naciones Unidas del 2008 estimó que existían 162 millones de consumidores de marihuana en el mundo. El Informe 2009 entregó un rango de hasta 190 millones. Cifras como esas representan una burla para las leyes prohibitivas. Es hora de derogarlas.

Fuente ReutersAmericaLatina

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