Washington, EEUU.- Posible alternativa al fracaso de lucha antidroga
Un grupo de congresistas estadounidenses anunció ayer una propuesta para legalizar el consumo de marihuana y permitir que los estados legislen acerca de su uso. Se trata de la primera iniciativa de este tipo en la historia del país.
“La legislación limitaría el papel del gobierno federal a la hora de controlar la marihuana y permitiría a los ciudadanos plantar, usar o vender marihuana legalmente en los estados donde sea legal”, explicó el comunicado de los representantes demócrata Barney Frank y republicano Ron Paul, principales patrocinadores.
La legislación “acabaría con el conflicto entre estados y gobierno federal sobre la política a seguir respecto a la marihuana”, aseguraron.
Dieciséis de los 50 estados norteamericanos, así como el Distrito de Columbia (Washington), legalizaron en los últimos años el uso de marihuana con fines médicos.
Pero el cultivo de la planta está estrictamente regulado para ese uso. Plantar, vender o distribuir comercialmente cannabis es ilegal, según la legislación federal.
California rechazó el año pasado en referéndum la legalización total, que hubiera creado un conflicto con las autoridades federales. Pero en al menos media docena de estados el debate continúa.
Hace tres semanas un grupo de prestigiosos ex mandatarios, entre ellos el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, y varios ex presidentes latinoamericanos, denunciaron el “fracaso” de la lucha mundial antidrogas y pidieron cambios “urgentes”, entre ellos “despenalizar” el consumo del cannabis.
El consumo de opiáceos aumentó 35,5%, el de cocaína 27% y el de cannabis 8,5% entre 1998 y 2008 en el mundo, según la ONU.
Mandatarios como el de México, Felipe Calderón, criticaron sin embargo hace meses la propuesta de legalización en
California.
Este mes se cumple el cuarenta aniversario de la “guerra contra las drogas” del presidente Richard Nixon, la primera gran iniciativa antinarcóticos del Gobierno estadounidense.
En paralelo, siete gobernantes de Centroamérica con sus homólogos de México y Colombia, y la secretaria de Estado Hillary Clinton, lanzaron ayer una ofensiva para impedir que el istmo se consolide como el nuevo bastión del narcotráfico.
América Central gasta cada año 6.500 millones de dólares en seguridad, equivalentes a 8% del PIB, lo que le impide destinar mayores recursos al combate de la pobreza en la que vive parte considerable de sus 40 millones de habitantes.
Fuente ABCpy