El Consejo municipal de la ciudad californiana de Berkeley votó unánimemente esta semana para aprobar una resolución que convierte a la población en una ciudad santuario para la marihuana.
La propuesta, presentada por el alcalde Jesse Arreguin junto con dos concejales, prohíbe a todos los funcionarios locales y empleados de la ciudad ayudar a los funcionarios federales a aplicar las leyes federales sobre el cannabis
“Creo que podemos equilibrar la seguridad pública y resistir a la administración Trump”, dice el alcalde Arreguin. En un tweet publicado después de la votación del consejo, Arreguin dijo que la medida fue en respuesta a la “campaña desatinada y equivocada del fiscal general Jeff Sessions sobre nuestra decisión democrática de legalizar el cannabis recreativo”.
Según Arreguin, la resolución aprobada no impide que la ciudad ayude a los federales en otros delitos relacionados con las drogas.
Una medida estatal (Assembly Bill 1578) que convertiría a California en un estado santuario para la marihuana fue aprobada en junio pasado por la Asamblea estatal en una votación de 41 a 33, pero aún no se ha sido aprobada por el Senado.