Bienvenida, Vallekana, eso que comentas es normal. Por ahí vas a leer experiencias, entre ellas la mía, ya que yo comencé a fumar hachís y a tomar de todo con dieciséis años. Si lees experiencias de este tipo en los foros del mundo entero, vas a encontrar miles de almas gemelas, que han sentido buenas sensaciones al principio, pero que luego han servido para deprimirse, pasar miedo y ratos desagradables.
No lo puedo asegurar con certeza, pero me da la impresión, por mi experiencia propia y la de otros veteranos, que tiene que ver con la edad, con la formación interior, para que la hierba siente bien.
Cuando se es muy joven, se está sin formar la personalidad, se está buscando uno a sí mismo, normalmente viviendo de prestado y sin saber qué deparará el futuro. Los desengaños o los objetivos malogrados se sienten y aumentan más en la juventud, pues aún ahí queda residiendo el niño que no tolera ni soporta los contratiempos y desea satisfacción inmediata.
Hombre, eso de los bajones que te cagas, me ha hecho mucha gracia, pues todo el mundo se abaja, se agacha, para cagar, jajaja; pero sé muy bien de qué me hablas, pues me ha tocado pasar mucho miedo, terror, pánico, en situaciones en Londres, en París, fumado ciego, rodeado de moros, de negros, de chulos, en Pigalle; sé lo qué es pasar miedo y tener en la mente que todo el mundo sabe que has fumado, que estás drogado, que no te puedes defender y ha llegado tu momento final.
Estas paranoias son frecuentes, así como escuchar conversaciones a medias, que hablan de nosotros, de personas que están urdiendo un plan.
En una ocasión en que fui a Madrid a por hachís, me metí en unas callejuelas en la zona de Descalzas, detrás de Preciados, y urdieron contra mí, estaban hablando de rajarme allí mismo y quitarme el dinero que pudiera llevar; me entró la paranoia y salí del bar en que me encontraba, estrecho y sucio, apartando a cuanta gente encontraba por delante, hasta salir a la calle y marcharme, al doblar la esquina, a todo correr, hasta la calle Preciados.
Es decir, para fumar tienes que estar a gusto contigo misma, te tienes que sentir merecedora de ese momento, y utilizar la marihuana o el hachís para hacer lo que te gusta y estar con quien te apetece, como reina y señora que eres de tu vida. No esperes nada de nadie, tienes que estar llena de ti por dentro, seas o no agraciada físicamente, pues la belleza interior resplandece en los ojos y éstos iluminan el rostro y lo hacen de singular belleza. Evita el hachís, si puedes, a mí casi nunca me sentó bien, salvo que fuera de gran pureza, es mejor la marihuana, hablando en términos generales, es menos susceptible de manipulación.
Si has decidido dejar de fumar porque te sienta mal, excelente, no puede una persona tomar algo que no le sienta bien simplemente por moda o por vicio, hay que dominar y vencer esos hábitos, si se puede.
En cuanto a los problemas psicológicos, cierto, hay personas que pueden ver perjudicada su tendencia de personalidad paranoide, esquizofrénica o psicótica, influyendo sustancialmente en la memoria y en la voluntad.
Yo viví una pérdida severa de memoria, una atonía y un desinterés por el entorno, acompañado de una falta de autoestima, que me llevó a dejar de fumar marihuana y estar veinticinco años sin probarla. El hachís me llevó al debilitamiento físico y a la depresión, y he estado quince años sin probarlo. No ha pasado nada, simplemente fumaba, pero no era el momento de hacerlo, por problemas personales, incertidumbre profesional, falta de amigos adecuados para compartir esos momentos de echar unos canutos, etc.
Es decir, déjalo una temporada y olvídate incluso de que existe el cannabis; cuando resuelvas tus problemas interiores, encuentres tu norte y tu rumbo, estés encauzada y te sientas feliz o, al menos, conforme contigo misma, vuelve a fumar para brindar contigo y por ti de esas nuevas sensaciones interiores, tan agradables. El amor con porro es más amor y el odio mucho más odio, tenlo presente, pues el cannabis aumenta lo que sentimos y lo que pensamos, haciéndolo más claro, más grande, más presente en nosotros.
Bueno, tendría muchas cosas que contarte, pero no sé si te interesan, simplemente, actúa con lógica y llegarás a donde quieres.
Otro beso para ti, ya sabes, aquí estamos.