Raspa la cáscara de un limón, solo la parte amarilla hasta que llegues a lo blanco. Hierve lo que has rallado con agua hirviendo y déjalo reposar 24 horas. Después filtra el líquido obtenido y lo pasas a un pulverizador. Úsalo solo al atardecer para que no se te quemen las hojas. Si no corre...