"El juez de las sentencias"

eltortas

Semilla
4 Enero 2005
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Aqui viene una entrevista a Emilio Calatayud el famoso juez de granada que mando a un chaval un centro de enfermos de Sida por trapichear con hachis.

Salio en al tele hace tiempo.Me ha parecido muy interesante la reflexion que hace este juez sobre el alcohol en España,Si tuviesemos mas jueces como este otro gallo nos cantaria...

http://www.jccm.es/revista/150/articulos150/con_personalidad_diciembre.html


La entrevista esta bastante bien.

Un Saludo
 

zarbel

Cogollito
25 Agosto 2004
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Près de la France
www.erowid.org
Hola, he leído la entrevista y ya conocía a este Juez desde la famosa sentencia en que obligó a un chaval a aprender a leer y a escribir. La cuestión para mí es tan simple como que existen diferentes tipos de personas. Hay personas que se limitan a sacar una oposición y a "cumplir con su trabajo", es decir, de forma rutinaria. Las hay que "viven su trabajo". Las hay que "vuelcan su personalidad en el trabajo", etc.
Por desgracia, muchas personas se limitan a "cumplir con su trabajo" y, cuando están físicamente en él, mentalmente están en su casa, con sus hijos, pensando en otra cosa, esperando que dé la hora de salida, imaginando sus vacaciones, etc.; es decir, igual que si estás delante de un libro y no estás en lo que pone en el libro, sino pensando en otra cosa.
Cuando este tipo de personas están en un trabajo rutinario, sin mayor responsabilidad, no pasa nada, pero ¿Y si son jueces? Estas personas pueden hundir miserablemente la vida a un menor o a quien sea, se limitarán a no complicarse la vida, a dictar sentencias "de conformidad con lo establecido", aunque sean objetiva y moralmente injustas (una sentencia puede ser legal, pero injusta).
De este tipo de personas abundan cada día más entre los jueces, personas que están pensando en que tienen al niño o a su madre enfermos, personas que, sentados en el estrado, miran descaradamente el reloj y te dicen: "señor letrado, le toca informar, sea brevísimo", y te cortan, ni te escuchan, se tienen que marchar, ya tienen la sentencia prejuiciada, tu cliente está condenado porque esa persona "tiene prisa".
Esta es la realidad cotidiana, siempre ha habido cantidades ingentes de este tipo de personas trabajando como funcionarios, es la imagen típica del funcionario.

Sobre el alcohol, el 4 de agosto de 1933 se promulgaba la Ley de vagos y maleantes, sustituida por la Ley de Peligrosidad Social, de 4 de agosto de 1970.

Esta ley de 1970 decía en su art. 2º que "serán declarados en estado peligroso y se aplicarán las correspondientes medidas de seguridad y rehabilitación a los ebrios habituales y los toxicómanos". Las medidas consistían en llevar a un centro médico al peligroso para su curación y prohibir visitar los bares y lugares de venta de alcohol hasta por un plazo de cinco años.

Esta ley estuvo vigente hasta su derogación, el 23 de noviembre de 1995, en que se publica el nuevo Código Penal.

El Código Penal, desde siempre, ha tenido la embriaguez como circunstancia atenuante, de modo tal que, si estabas bajo los efectos del alcohol, la pena era inferior. Esto, desde mi punto de vista, ha primado y prima el cometer los delitos borracho.

Para los ebrios delincuentes y criminales alcoholizados se estableció en algunos países un sistema de internamiento temporal decretado por los jueces, en asilos donde eran sometidos a tratamiento de cura y reforma, durante un tiempo limitado. Este régimen de internamiento surgió de los Congresos Penitenciarios Internacionales (París, 1895; Bruselas, 1900; Washington, 1910). En Inglaterra, una ley de 1898 (Inebriates Act 1898), dispuso este tratamiento como medida accesoria de la prisión, siendo los establecimiento de cura y reposo estatales (State Inebriate Reformatories) o privados bajo vigilancia estatal (Certified Inebriate Reformatories), siendo el máximo periodo de internamiento durante tres años. En Australia (Nueva Gales del Sur) y Nueva Zelanda se adoptaron idénticas medidas.
En Europa, Noruega (ley 26 febrero 1932), Suecia (ley 30 junio 1923), se dictan leyes sobre vagancia, mendicidad y embriaguez para el internamiento de los delincuentes alcoholizazos. Suiza (leyes de San Galo de 1925 y Ginebra de 1926) y Alemania (ley 24 noviembre 1933) internan en establecimientos templarios a los bebedores habituales.
En Italia, Dinamarca y Polonia, se utilizaba como medida accesoria a la pena principal cuando el delito estaba relacionado con el consumo de alcohol, igual que en Checoeslovaquia o en el proyecto de Código Penal de Argentina de 1926 sobre el estado peligroso (art. 4º). El Código Penal de Perú (art. 41) se inspiró en el proyecto suizo, pues, además del internamiento en una "casa de tratamiento y de trabajo" establecía la libertad condicional bajo la vigilancia de un patronato que impondría las "reglas de conducta".
Otras medidas eran el imponer al delincuente la obligación de abstenerse en el consumo de bebidas alcohólicas por cierto espacio de tiempo (Probation of offenders Act, 1907), bajo vigilancia. El Código Penal de Dinamarca (art. 72) permite al juez imponer esta abstinencia forzosa durante un plazo de hasta cinco años, en que no se puede comprar.
En Estados Unidos, en muchos Estados se practica este sistema (denominado Pollard system), medida también contemplada en el proyecto de Código Penal de Alemania de 1927.
La prohibición de visitar establecimientos de bebidas para los delincuentes condenados por delitos bajo la influencia del alcohol también venía regulada en el Código Penal italiano de 1930, en el suizo y en el alemán.

Se puede apreciar, tras la exhaustiva y hasta aburrida relación de países y fechas, que es a finales del siglo XIX y comienzos del veinte cuando los Estados comienzan a tomar en consideración los delitos cometidos bajo la influencia del alcohol y a los delincuentes alcoholizados.
La cuestión estriba en que, como consecuencia de esta mentalidad, se abrieron centros especializados, conocidos como manicomios, en los que se reservaba una sección para el cumplimiento de las penas en régimen pseudo carcelario-hospitalario. Las preclaras mentes de los años setenta decidieron cerrar estos establecimientos y alojar a los enfermos alcoholizados o drogodependientes en ningún sitio o, a lo sumo, en los centros de psiquiatría, mezclados con los enfermos mentales.

Claro, esta situación hay que vivirla y tener a un familiar de mi esposa con problemas mentales serios, de edad avanzada, conviviendo con heroinómanos y comprobando que le han robado hasta las zapatillas. Cuando acudes a hablar con el responsable médico del centro, dan ganas de abrazarle y llorar tú también compartiendo su amargura e impotencia.

España es un país de bonitas palabras y de zafios hechos, de mucho prometer y poco dar, de mucho decir y poco hacer. Los irresponsables que se dedican a medrar mediante la política, que son los que suelen ocupar los más altos cargos dentro de los partidos políticos, han ignorado un sistema de salud mental nacional adecuado y, al no existir éste, todas las palabras sobre los Planes Nacionales contra la Droga quedan en meros parcheos municipales (Ayuntamiento de Madrid) o en el suministro gratuito de metadona o sustancias paliativas.
Por decirlo de otro modo, no existen en España centros adecuados de cumplimiento de condenas para los delincuentes drogadictos. No existen en España centros adecuados, de carácter estatal, del tipo que vimos que ya existían en Inglaterra en 1898. El no existir estos centros, cumplen las condenas en la cárcel, ayudados por la larga duración de las condenas, derivadas de las sentencias de jueces que las dictan mirando al reloj y pensando en que el niño está enfermo o que hay que reservar las próximas vacaciones.
 

GarrapataGaria

Semilla
21 Mayo 2007
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Zarbel: ¿Y nadie te ha contestado a esto? Menos mal que ya estoy yo aquí.
Me ha parecido cojonudo todo lo que dices, ¡¡cuanta razón tienes, coño!!
Este artículo te lo tendrían que publicar en el periodico.

Yo me sé de uno que todas las semanas destroza un par de coches, quema motos, destroza lo que le sale de los huevos... Es un tío que esta mal de la cabeza, pero como no hay manicomios dicen que no se le puede internar en ningún sitio y ahí lo tienes, día tras día haciendo fregados. La semana pasada estaba molestando a una chica en un bar, llegó el novio y le dijo que dejara de molestar. Por la noche se fue a buscar la moto del novio y la tiró a un pozo. Así siempre.
 
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