Una de la cuestiones más debatida actualmente en torno a los efectos del cannabis es el riesgo derivado de su uso en el embarazo.
El THC atraviesa la barrera placentaria y también se halla presente en la leche materna. La duda estriba en si esta exposición perinatal puede dañar al feto o alterar el posterior desarrollo normal del niño.
La respuesta no está clara.Las investigaciones no ofrecen datos concluyentes. Es sabido que el tabaco y la cocaína son responsables de un menor peso al nacer. Su uso conjunto con el alcohol aumenta el riesgo de abortos y malformaciones. En cuanto a la marihuana, se supone que tiene una acción similar a la del tabaco en reducción de peso y talla al nacer, pero sin consecuencias en el posterior desarrollo, aunque hay estudios que desmienten este efecto nocivo.
En su libro Marijuana Mytus, Marijuana Facts: A Review of the Scientific Evidence, J Morgan y L. Zimmer afirman: "Los estudios con recién nacidos, bebes y niños no muestran defectos en el desarrollo físico o cognitivo relacionados con la exposición prenatal a la marihuana". Un reciente estudio con un seguimiento de más de 12.000 mujeres embarazadas realizado en Dinamarca (Balle, Olofsson, Hilden 1999) concluye que el uso del cannabis no es un factor de riesgo en el embarazo, pero sí un predictor de un status socioeconómico bajo y de consumo de otras sustancias. La conclusión de Morgan y Zimmer es: "Del mismo modo que es necesario aconsejar a las mujeres que se abstengan de utilizar cualquier droga durante el embarazo, el peso de la actual evidencia científica sugiere que la marihuana no es directamente dañina para el feto humano". Aunque ha de entenderse con la siguiente prevención.
Pero quizá la investigación más interesante y reveladora es la que bajo el título Prenatal Marijuana Exposure and Neonatal Outcomes in Jamaica: An Ethnographic Study (M.C.Dreher et al.) identifica los efectos neuroconductuales en neonatos de la exposición prenatal a la marihuana en la Jamaica rural.
Jamaica ofrece unas condiciones excepcionales para la investigación de los efectos reales en el embarazo y el posterior desarrollo del niño según los autores: " En Jamaica el uso de la marihuana está culturalmente integrado y regulado por normas sociales que rigen la distribución y el consumo e impiden el abuso... En las comunidades rurales donde se realizó este estudio la marihuana no se contempla sólo desde un punto de vista recreacional, sino que se le añade un valor medicinal y ritual. Los rastafaris, miembros de un grupo político-religioso, le asignan un valor sagrado... Es consumida en forma de té por toda la familia, para una gran variedad de enfermedades y para mantener y fomentar la salud... Fumar marihuana era tradicionalmente una actividad reservada a los hombres adultos, y la mujer fumadora era una rareza, aunque la preparaban en forma de tés y tónicos para ellas y sus familias.
Recientemente, está aumentando el número de mujeres que fuman regularmente. Roots daughters es como se autodenominan las mujeres rastafaris que reivindican y practican el derecho de fumar como los hombres.
Apoyadas en la creencia popular acerca de las virtudes medicinales de la ganja y en la experiencia de parientes y vecinos, las mujeres jamaicanas la utilizan como medio de superar las dificultades inherentes al embarazo y el parto. Por ejemplo, 19 de las fumadoras de marihuana de la muestra de este estudio, manifestaron que les aumentaba el apetito durante el periodo prenatal y/o mejoraban en cuanto a las náuseas del embarazo; 15 contaron que la usaban para aliviar la fatiga y descansar mejor. Todas las madres estaban de acuerdo en que los efectos de la ganja sobre las náuseas y la fatiga eran buenos para ellas y para sus hijos".
En este marco cultural los investigadores compararon un grupo de 24 mujeres consumidoras con uno de 20 que no usaban el cannabis. Como en la mayoría de estudios, no se hallaron diferencias en los datos relativos a talla, peso y madurez neurológica de los recién nacidos atribuibles al cannabis. Pero, sorprendentemente, los hijos de las madres fumadoras obtenían mejores resultados en variables como calidad de alerta, irritabilidad, autorregulación. Eran menos irritables, más espabilados y más estables. La Doctora Dreher lo explicó así: "La creencia habitual es que una madre consumidora habitual de marihuana será menos capaz de desarrollar un ambiente óptimo para ofrecer los cuidados necesarios a un recién nacido, pero en esta área rural de Jamaica donde un elevado consumo de ganja en una mujer es indicativo de un mayor nivel de educación y una independencia económica, parece que estas roots daughters son capaces de crear un entorno postnatal positivo para el desarrollo neonatal."
El que en nuestro ámbito cultural hayan estudios con resultados contrarios no hace sino reforzar la hipótesis de que la marihuana no interfiere el normal desarrollo del recién nacido. El factor determinante para un buen desarrollo postnatal es proporcionar un entorno protector y afectivo al bebé, y esto no depende de que sustancias haya consumido la madre durante el embarazo, sino de variables como el nivel económico y grado educación. Por desgracia, en nuestras sociedades el consumo de marihuana frecuentemente va ligado al abuso de otras sustancias y en Norteamérica y Europa es indicador de nivel socioeconómico bajo.
La decisión queda en manos de cada madre. Por lo menos, que sepan que si usan cannabis de una forma moderada no dañarán al feto, no entorpecerán el normal desarrollo de su hijo y no serán por ello peores madres.
Fuentes citadas:
J. Morgan and L. Zimmer. Marijuana Myths, Marijuana Facts: A Review of the Scientific Evidence. New York: The Lidesmith Center. (
http://www.marijuanafactas.org/)
M Dreher et al. Prenatal Marijuana Exposure and Neonatal Outcomes in Jamaica: an Ethnographic Study. Paediatrics 93 (1994).(
http://www.druglibrary.org/schaffer/...can-babies.htm