Las plantas dan lugar a unas pequeñas flores que aparecen pegadas al tallo principal en los nudos, justo al lado de donde brotan las nuevas ramas y donde están adheridas las grandes hojas. Las primeras flores (preflores) suelen aparecer alrededor del octavo o noveno nudo desde la base, cuando la planta ya ha formado doce o más nudos (esto puede variar ligeramente según la especie). Estas flores prematuras pueden aparecer incluso en el periodo de crecimiento antes de forzar la floración. Dado que no están bien formadas aún, son difíciles de sexar. Cuando se desarrollen, si nos será más facil y las podremos sexar.
Las flores de la marihuana son apétalas y diódicas (dos sexos). Las hembras, como se ha dicho, forman una flor compuesta por un cáliz de color verde, de la que nace un filamento blanco que al formarse se abre en dos pistilos que forman una "v", que apunta hacia arriba. Las flores nacen adheridas al tallo. Algunas especies presentan los pistilos de color violeta, rosado, anaranjado... Cada cáliz está cubierto de glándulas de resina, al igual que los pequeños brotes. Las flores crecen tan juntas que forman cogollos cubiertos de pelos blancos llamados pistilos.
Los machos, presentan unas flores, que prematuramente tienen el aspecto de dos bolitas verdes adheridas al nudo. Al formarse acaban colgando de un pequeño tallo y adquieren un tono más amarillento los cuales parecen diminutos melones, pues se advierten franjas más verdosas. Dichas bolas se abren en cuatro sépalos de los que cuelgan cuatro estambres amarillos como minúsculos plátanos. Estos están cargados de polen. El polen no tardará mucho en liberarse una vez la flor se haya abierto. Los machos forman racimos de bolitas que cuelgan hacia abajo.
La densidad de la plantación favorece el desarrollo de las plantas masculinas, mientras que el espacio libre facilita el desarrollo de las femeninas.
Todas las plantas producen tanto el encima masculino como el femenino, y son las condiciones ambientales el determinante de uno u otro sexo. Si se planta en abril (cultivo en exterior), hacia primeros de junio ya se pueden distinguir su sexo.
La densidad de la plantación favorece el desarrollo de las plantas masculinas, mientras que el espacio libre facilita el desarrollo de las femeninas.
Aunque no siempre puede haber diferencias en cuanto al fenotipo, la forma de la planta. La necesaria y suficiente son las preflores, lo demás puede pero no hay que fiarse de las pintas.
Hay hembras espigadas con mucha distancia entre nudos y hay machos que salen pequeños y ramificados. Lo que no hay son hembras con preflores macho, ni machos con preflores hembra a no ser que sea hermafrodita la planta.
Otras matizaciones
Las hembras suelen ser más bajas y espesas (más ramificadas) que los machos. A veces presentan un abultamiento en la base de las ramas, por donde estas se adhieren al tallo principal, antes de presentar flores. De todas formas solo la aparición de dichas flores nos asegurará la sexación.
Normalmente los machos muestran su sexo antes que las hembras y desprenden más olor. Acostumbran a ser más grandes y la distancia entre nudos es mayor que en las hembras (más ramificadas)
Tras unas tres semanas de crecimiento normal, las plantas masculinas tienen menos color, más altura, son más delgadas y tienen menos hojas. Las plantas femeninas por el contrario son más achaparradas y redondeadas, de un verde más oscuro, tienen muchas hojas y las ramas salen del tallo mucho más próximas entre si.
¿Qué hacer?
Se deben apartar los machos de las hembras en cuanto se identifiquen las flores y antes de que estas se abran. Los machos suelen ser sacrificados aunque se pueden dejar madurar junto a una ventana o en un jardín, siempre que se encuentren alejados de nuestro sistema.
Si las hembras son fecundadas producirán semillas pero perderán potencia aunque se parecerán bastante. También puede ocurrir que la planta sea hermafrodita, teniendo los dos sexos.
Enlaces
Fotos de machos y hembras
Más fotos
Colaboradores
Información facilitada por: 45RPM, Roger, R31, 7b
Las flores de la marihuana son apétalas y diódicas (dos sexos). Las hembras, como se ha dicho, forman una flor compuesta por un cáliz de color verde, de la que nace un filamento blanco que al formarse se abre en dos pistilos que forman una "v", que apunta hacia arriba. Las flores nacen adheridas al tallo. Algunas especies presentan los pistilos de color violeta, rosado, anaranjado... Cada cáliz está cubierto de glándulas de resina, al igual que los pequeños brotes. Las flores crecen tan juntas que forman cogollos cubiertos de pelos blancos llamados pistilos.
Los machos, presentan unas flores, que prematuramente tienen el aspecto de dos bolitas verdes adheridas al nudo. Al formarse acaban colgando de un pequeño tallo y adquieren un tono más amarillento los cuales parecen diminutos melones, pues se advierten franjas más verdosas. Dichas bolas se abren en cuatro sépalos de los que cuelgan cuatro estambres amarillos como minúsculos plátanos. Estos están cargados de polen. El polen no tardará mucho en liberarse una vez la flor se haya abierto. Los machos forman racimos de bolitas que cuelgan hacia abajo.
La densidad de la plantación favorece el desarrollo de las plantas masculinas, mientras que el espacio libre facilita el desarrollo de las femeninas.
Todas las plantas producen tanto el encima masculino como el femenino, y son las condiciones ambientales el determinante de uno u otro sexo. Si se planta en abril (cultivo en exterior), hacia primeros de junio ya se pueden distinguir su sexo.
La densidad de la plantación favorece el desarrollo de las plantas masculinas, mientras que el espacio libre facilita el desarrollo de las femeninas.
Aunque no siempre puede haber diferencias en cuanto al fenotipo, la forma de la planta. La necesaria y suficiente son las preflores, lo demás puede pero no hay que fiarse de las pintas.
Hay hembras espigadas con mucha distancia entre nudos y hay machos que salen pequeños y ramificados. Lo que no hay son hembras con preflores macho, ni machos con preflores hembra a no ser que sea hermafrodita la planta.
Otras matizaciones
Las hembras suelen ser más bajas y espesas (más ramificadas) que los machos. A veces presentan un abultamiento en la base de las ramas, por donde estas se adhieren al tallo principal, antes de presentar flores. De todas formas solo la aparición de dichas flores nos asegurará la sexación.
Normalmente los machos muestran su sexo antes que las hembras y desprenden más olor. Acostumbran a ser más grandes y la distancia entre nudos es mayor que en las hembras (más ramificadas)
Tras unas tres semanas de crecimiento normal, las plantas masculinas tienen menos color, más altura, son más delgadas y tienen menos hojas. Las plantas femeninas por el contrario son más achaparradas y redondeadas, de un verde más oscuro, tienen muchas hojas y las ramas salen del tallo mucho más próximas entre si.
¿Qué hacer?
Se deben apartar los machos de las hembras en cuanto se identifiquen las flores y antes de que estas se abran. Los machos suelen ser sacrificados aunque se pueden dejar madurar junto a una ventana o en un jardín, siempre que se encuentren alejados de nuestro sistema.
Si las hembras son fecundadas producirán semillas pero perderán potencia aunque se parecerán bastante. También puede ocurrir que la planta sea hermafrodita, teniendo los dos sexos.
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