CARACTEROLOGIA (IX) EL APATICO

zarbel

Cogollito
25 Agosto 2004
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Près de la France
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EL APATICO

Rasgos generales:

No Emotivo, No Activo, Secundario.

Hermético, poco comunicativo. Es ecuánime, sincero y honesto, leal y digno de confianza, Disciplinado.
Rasgos difíciles:
Es poco flexible, le cuesta trabajo adaptarse a las circunstancias y se deja invadir por el pesimismo y la tristeza.
Para cambiar:
Necesita vencer la inercia, actividad, amistad, salir de sí, sociabilidad

Más información:

Características del Apático:

Imita bastante bien una riqueza interior; de la que carece totalmente.
De pequeño suele ser enclenque, sin resistencia. Infancia sin vigor. Pubertad expuesta a reacciones de semioposición (fugas, pequeños hurtos, mentiras).
Pereza. Carece de tensión y fuerza psicológica. Enfadizo. Irreconciliable, testarudo, niño de principios, ahorrador.
Se divierte poco, responde parcamente, mantiene largos silencios. En el descanso se aísla o marcha entre los grupos sin quedarse en ninguno.
Es muy rutinario. Es esclavo de su pasado. Piensa, habla y obra como ha pensado, hablado y ha obrado siempre. Esto da la impresión de fuerza y tenacidad, pero es simple inercia.
Es quizá el carácter más desolador de todos. Le faltan los recursos de la energía. No se interesa por sí mismo ni por sus compañeros. Vive blanda y pasivamente. Es el menos charlatán de los niños. Permanece
encerrado en sí mismo. Humor variable. Gusto por la soledad. Docilidad aparente (interiormente no acepta).
El menos compasivo. Hostilidades frías y solapadas.
Siente horror por la “novedad”. Crueldad paciente y fría.
Ejemplo de apático famoso: Luis XVI.

Tratamiento del Apático:

Utilizar con él los métodos activos (solo manifiesta cierta curiosidad por los de tipo experimental).
Integrarlo en un medio social comprensivo y vivificante.
Forzarle a salir de sí mismo para volcarse hacia los otros; cultivar desde el principio las virtudes altruistas; hacer llamadas frecuentes a su interés.
Para hacer surgir la actividad: revelarle las satisfacciones del esfuerzo personal; poner este esfuerzo al alcance de sus posibilidades.
Sacarle de la rutina y del automatismo buscando un comportamiento autónomo y deliberado.
Elevar sus aspiraciones.

La inteligencia del Apático:

Es, junto a la del amorfo, la que posee menos aptitudes. Carece del estímulo de la emotividad y de la ayuda de la actividad. Par esta razón permanece casi en estado potencial sin movilizar; prácticamente sin
tensión. Se trata de una inteligencia muy mal dotada para extraer lo esencial, para la abstracción y para el establecimiento de relaciones lógicas. El pensamiento es incoherente y pobre de ideas.
No le suele interesar ninguna actividad escolar, lo que unido a la falta de capacidad y de esfuerzo en todas las materias, origina malos resultados.

Cómo orientarle en el estudio:

Es importante combinar la motivación con la exigencia. Por una parte, convendrá rodearle de un ambiente familiar estimulante para su trabajo, interesarnos por lo que hace y proponerle metas de dificultad progresiva. Por otra parte, hay que controlar estrecharnente sus deberes escolares y fomentar hábitos de trabajo y actitudes de apertura y colaboración con sus compañeros de estudios.
Los métodos de enseñanza y de estudio deben ser activos y prácticos.
 
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