El proceso de la poda
La poda es una operación traumática que altera el desarrollo y morfología natural de las plantas. En una selva, la propia naturaleza se encarga de practicar la poda, con lo que allí sólo saldrán adelante las plantas más fuertes, las más altas... Pero como jardines y terrazas no están llamados a convertirse en selvas sino en un conjunto armonioso, ha de admitirse la necesidad de la poda. No obstante, decidir qué ramas podar, cómo hacerlo y por dónde suscita muchas dudas. Se corre el riesgo de devastar las plantas, de tratar a todas por igual y hasta de mutilarlas, lo que se conoce como "carnicería del jardín". Para evitar daños hay que recordar que la poda debe obedecer a las características morfológicas y fisiológicas de la especie. Para ello hay que conocer la técnica y adaptarla a las etapas de desarrollo de la planta.
Tipos de poda
Poda de formación: contribuye a lograr la estructura deseada en la planta, para que alcance rápidamente la forma natural por la cual ha sido elegida y plantada. Por ejemplo, un ciprés macrocarpa puede ser plantado para formar un seto o para que crezca en forma espontánea en todo su esplendor.
Poda de producción: su objetivo es estimular la producción de órganos naturales, como flores, hojas, y frutos. La Lavandula spicolta (Lavanda), por ejemplo, puede plantarse para lograr follaje y flores vistosas y aromáticas, para destacar de forma individual o como macizo, o para formar una bordura compacta y delimitar espacios en el jardín. En el primer caso la poda es parcial, se limpia la planta de flores maduras y se controla su crecimiento. En el segundo, es intensa y frecuente con el fin de mantener la planta compacta y baja; no interesan las flores, sólo el follaje. La poda de producción se utiliza con las especies frutales.
Poda de renovación: se aplica a las plantas que han envejecido o que se han agotado prematuramente debido al intenso crecimiento y a su productividad. Se debe practicar solamente en plantas vigorosas, de raíces y tallos gruesos, que han almacenado gran cantidad de sustancias de reserva que utilizarán los nuevos brotes. Esta poda se realiza normalmente durante el invierno, sobre las ramas estructurales o basales, a partir de las cuales se renovará la planta.
Poda de limpieza: esta es la poda más cotidiana y se realiza como primer paso en la poda invernal para suprimir flores maduras y elementos dañado o secos. Como la expresión revela, se practica para mantener las plantas limpias.
Poda de despunte: consiste en cortar el ápice (punta) del tallo para suprimir su crecimiento o estiramiento, induciendo a la planta o tallo a ramificarse. Así se logran plantas de más volumen, frondosas y compactas.
Poda de raleo: tiene como objetivo disminuir la densidad de follaje (ramas) en las plantas, para facilitar la ventilación y evitar la competencia entre los elementos de la planta. Se inicia con la eliminación de las ramas débiles mal orientadas y ubicadas, cortándolas en su base.