Las nuevas normas limitan la venta de cannabis a los holandeses o a los ciudadanos con permiso de residencia, que deberán anotarse en un registro para conseguir la sustancia en alguno de los 640 coffee shops del país, que solo podrán tener como máximo 2000 clientes inscritos.
Por su parte, los estudiantes ya no tendrán permitido fumar en los patios de los colegios.
as nuevas normativas, que ya habían entrado en vigencia en el mes de mayo en algunas ciudades del sur, limitan la venta de cannabis a los holandeses o a los ciudadanos con permiso de residencia, que deberán anotarse en un registro para conseguir la sustancia en alguno de los 640 coffee shops del país, que solo podrán tener como máximo 2000 clientes inscritos.
A su vez, la legislación también prohíbe la venta de marihuana en los locales ubicados a menos de 350 metros de los colegios, que deberán denunciar a aquellos estudiantes que fumen marihuana dentro del establecimiento, lo que estaba permitido mientras solo tuvieran en su posesión hasta 30 gramos de cannabis.
Además de buscar la disminución del delito que trajo aparejado en algunas zonas de Holanda el turismo vinculado al consumo de la droga, especialmente de países vecinos como Bélgica y Alemania, el gobierno anunció que con la medida busca luchar contra las molestias -embotellamientos, ruidos nocturnos, venta de droga callejera- provocadas por la afluencia de millones de extranjeros.
Debido a estas restricciones, fue anunciado que a partir del primer día de 2013 dejarán de abrir sus puertas un tercio de los 220 coffee shops que se encuentran en Amsterdam, ciudad que recibe anualmente unos siete millones de turistas, de los que se estima que aproximadamente medio millón acude a esos comercios.
El alcalde de la capital holandesa, Eberhard Van Der Laan, criticó la medida argumentando que los turistas que visiten Amsterdam buscando droga no desistirán de conseguirla por las nuevas restricciones y acudirían al mercado negro, donde no hay control en la calidad de las sustancias.
En un mismo sentido, otros alcaldes holandeses, principalmente aquellos de la región norte, se oponen a la nueva ley, argumentando que se incrementará el caos en la calle para conseguir la droga. Algunos incluso ya anunciaron que no acataran las medidas y permitirán que los locales sigan vendiendo marihuana a extranjeros.
Fuente 26Noticias
