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La industria del cannabis ya contamina tanto como el carbón

12 May, 2021, 9:00 AM
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El crecimiento de la industria en torno a la hierba es imparable y auspicioso, pero el agujero medioambiental del cannabis ya contamina tanto como la minería del carbón.

La otra mirada que hay que darle al mercado mundial del cannabis es la misma que merecen otros commodities: su riesgo ambiental y cuanto nos contamina.

Pasaron ya dos décadas, como bien recuerda el blog Magnet, de Xataka, que asistimos a un aumento de la legalización mundial del cannabis y la industria que crece en consecuencia.

En ese derrotero, Uruguay, Canadá y 16 estados de Estados Unidos ya han legalizado el uso recreativo y medicinal del cannabis, al igual que su cultivo.

Asimismo, el uso medicinal del cannabis es legal en 36 países.

Los valores económicos combinados de los mercados mundiales de cannabis legal e ilícito crecen y ya se estiman en 284.000 millones de euros.

Pero, claro, se espera que el mercado crezca significativamente para 2025.

Sin embargo, a medida que los gobiernos regulan este cultivo, el mismo contamina y su impacto medioambiental cada vez es más notorio, al tiempo que contribuye en gran medida al cambio climático.

Hoy en día, la mayoría de los cultivos ocupan lugares al aire libre, sin embargo, eso no siempre es posible debido al clima o las regulaciones. 

Por eso existen indicios de aumentos recientes en el cultivo de interior.

Una investigación de la Universidad de Colorado publicada hace unos meses en Nature Sustainability sugería que cultivar cannabis en interiores requiere mucha energía. 

Desde la electricidad hasta el bombeo de dióxido de carbono a los cuartos de cultivo para acelerar el crecimiento de las plantas. Y eso tiene un impacto nefasto para el medioambiente.

Industria cannabis contamina carbón

Estudio indica que industria de cannabis contamina como el carbón

La investigación de la Universidad de Colorado analizaba la energía y los materiales necesarios para cultivar cannabis en interiores.

Además, se cuantificó el ciclo de vida resultante de las emisiones de gases de efecto invernadero. 

Según la ubicación, el resultado es que el cultivo emite de 2.283 a 5.184 kg de equivalente de CO2 por kg de flor seca. 

De hecho, una onza (28,35 gramos) de hierba puede tener una huella de carbono de hasta 148 kilos. 

Esto perjudica a muchos países como Estados Unidos, por ejemplo, que todavía depende en gran medida de la industria de los combustibles fósiles para obtener energía.

Se denominan así a aquellos materiales orgánicos combustibles que se encuentran en la corteza terrestre y se han formado hace mucho tiempo.

El más conocido de ellos es el carbón, también uno de los que más contamina.

El carbón es un mineral que se ha formado a partir de restos vegetales, de distinto origen según la época geológica en la que crecieron. 

Esos restos, sepultados por sedimentos y sometidos sucesivamente a condiciones de anoxia, y a la presión y temperatura crecientes, se transformaron en los diversos minerales que forman los carbones.

La importancia del carbón radica en su capacidad calorífica, que permite su uso como combustible.

También en la posibilidad de obtener de él materias primas para la industria carboquímica, que posteriormente pueden utilizarse en la elaboración de otros de artículos. 

Las primeras máquinas de vapor usadas en barcos, trenes y maquinaria industrial se movieron gracias a la energía que suministraba el carbón. 

Luego fue desplazado por el petróleo, pero continúa siendo materia prima para obtener de él productos para la elaboración de plástico, colorantes, perfumes y aceites.

El carbón es el combustible fósil que más contribuye al cambio climático y las centrales térmicas de carbón son la mayor fuente de emisiones de CO2 producidas por el ser humano, según Greenpeace.

La contaminación atmosférica procedente de la combustión del carbón está destruyendo los medios de vida y matando gente.

De esa energía se nutre tu cultivo, pero también aquellos más grandes, que hoy forman una verdadera industria del cannabis.

Industria cannabis contamina carbón

El cannabis y su industria crece sin control y contamina

Otro estudio concluyó que la producción de cannabis en interiores consume 20.000 millones de kilovatios-hora, produce hasta 15 millones de toneladas métricas de CO2 y tiene un gasto monetario de 5.000 millones de euros anuales. 

También, que representa el 9 por ciento del consumo de energía de los hogares de California, el 3 por ciento del uso de energía en todo el estado y el 1 por ciento de toda la electricidad utilizada en Estados Unidos. 

Eso es básicamente el equivalente a lo que se necesita para alimentar a más de 2,5 millones de hogares durante un año. 

En Colorado, la industria de la marihuana representa el 1,3 por ciento de las emisiones anuales totales. 

La cifra es similar a las emisiones de la minería del carbón y la recolección de basura del estado.

Te preguntarás cuál es la razón. Bien, te la explicamos. Las luces que se utilizan para cultivar cannabis en interiores consumen mucha electricidad.

En suma, las instalaciones requieren mucha energía para mantener un ambiente adecuado para las plantas. 

Eso significa acondicionadores de aire o calentadores para mantener las temperaturas adecuadas.

Pero eso no es todo. Los productores también bombean dióxido de carbono al interior para aumentar el crecimiento de las plantas de cannabis. 

Eso sólo ya representa del 11 al 25 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de las instalaciones. 

Pero el mayor uso de energía proviene de la necesidad de llevar constantemente aire fresco a los interiores, que necesita ser tratado para que tenga una humedad correcta.

Industria cannabis contamina carbón

Industria de cannabis sabe que contamina y se distancia del carbón

El cultivo de cannabis en interiores tiene varias ventajas. La principal es la protección que reciben las plantas del clima impredecible y otros peligros para los cultivos. 

Además, puede maximizar las ganancias al requerir menos empleados y poder operar durante todo el año en cualquier clima y múltiples cosechas por año. 

Pero quizás la razón más importante de que hayan tantos cultivos indoor es la forma en que se ha regulado el cannabis.

Es que la ilegalidad del cannabis obligó a los cultivadores a ocultar sus operaciones en interiores, con ventanas oscurecidas, luces potentes y filtros de alta potencia.

Pero también unidades de aire acondicionado para mantener las cosas frescas y evitar que los olores escapen y levanten sospechas. 

Si bien la legalización del cannabis en algunas áreas ha generado mejoras, todavía existen desafíos regulatorios que mantienen el cultivo en interiores.

Pero, a diferencia del carbón, la industria legal del cannabis ya está discutiendo y tomando acciones para modificar aquello que contamina.

En el Valle de Coachella en California, donde las condiciones son óptimas para el cultivo al aire libre, han establecido requisitos de metros cuadrados para las instalaciones interiores. 

Otras ciudades han aplicado recargos a la electricidad para desincentivar el cultivo de cannabis en interiores, especialmente para el mercado no regulado.

Sin embargo, esto simplemente lleva a los productores a prácticas más intensivas en energía, como el uso de generadores diésel. 

Algunos estados como Massachusetts e Illinois exigen a los cultivadores que utilicen tecnología más eficiente en energía.

California, además, está considerando exigir que los cultivadores de interior usen LED en lugar de luces HPS que acaparan la energía.

Para muchos la cuestión pasa por si la prohibición del cannabis está dañando el planeta, al permitir que los agricultores no regulados utilicen estas técnicas de cultivo dañinas.

Ese es un asunto que los países deberán considerar a medida que avanza el debate sobre la legalización. 

El tema ya se discute en países como Reino Unido. 

“Estos impactos son el resultado del cannabis no regulado, pero ninguno de estos impactos estaría aquí si no tuviéramos una prohibición”, decía el Dr. Anthony Silvaggio, sociólogo ambiental de la facultad del Instituto Humboldt, en un reportaje de EuroNews.

Otros expertos son más radicales: “No se puede decir que la legalización tiene un impacto u otro”. 

“Pero, en última instancia, una prohibición total del cultivo de cannabis a gran escala es la única forma de abordar la crisis ambiental”. 

“Los métodos dañinos que se utilizan en masa están destruyendo nuestra Tierra”.

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