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Investigadora especializada “El cannabis no es peligroso ni adictivo”

24 April, 2018, 16:00 PM
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El única investigadora que tiene un permiso especial de la DEA norteamericana para estudiar con el cannabis medicinal es la científica Sue Sisley.

En una entrevista con el medio colombiano Semana, la investigadora habló de los beneficios de la planta para el sueño y como amortiguadora de los efectos del estrés postraumático.

Sue Sisley es médica y una especialista de más de ocho años de experiencia con el cannabis medicinal y los veteranos de guerra estadounidenses. Además,  es la única autorizada por la DEA para adquirir cannabis del gobierno federal y con aprobación de la FDA para desarrollar fármacos que puedan acceder al mercado estadounidense. Dice que el potencial del cannabis va desde ayudar a dormir hasta aliviar el dolor crónico.

“El mayor beneficio inicial es su impacto en el sueño. El cannabis parece ayudar a estos veteranos a dormir toda la noche suprimiendo todas las pesadillas y los recuerdos que los acosan generalmente. Muchos de los que la prueban informan que es la primera vez que duermen bien en años” dice a Semana.

Gracias a poder dormir en buenas condiciones y a tener un sueño reparador estas personas se despiertan descansadas, sin sentimientos de ansiedad y obviamente encarando el día de muy distinta forma. Al sentirse mejor sustituyen sus medicamentos adictivos por el cannabis con la ventaja de alejar cada vez más la adicción. También el dolor es otro síntoma que gracias al cannabis pueden manejar mejor estos veteranos. Muchos de ellos abandonan los productos farmacéuticos por la marihuana medicinal, este dato impresionó a la Dra. Sisley.

Sue dice también que lo más gratificante que ha presenciado es ver a esa comunidad de veteranos de guerra volver a retomar el control de sus vidas gracias al cannabis, y sin tener que depender de esos productos farmacéuticos.

El cannabis, aunque con efectos muy beneficiosos, también tiene efectos secundarios según la dosis, la concentración, la potencia o la variedad. Cuando alguien se da cuenta que ha tomado demasiado ya es tarde. Según Sue Sisley, el consumo de su flor natural, fumada o vaporizada, sería la forma más segura de consumo y la que tendría menos efectos adversos.

El gobierno federal de Estados Unidos, ha confirmado que el cannabis es un medicamento muy efectivo para el tratamiento del dolor crónico, las náuseas, los vómitos y la esclerosis múltiple.

El tabú hacia el cannabis un freno para su investigación

Según la investigadora, el estigma contra el cannabis creado durante décadas es su mayor freno para la integración. Los grupos poderosos, la policía, prisiones privadas y las grandes farmacéuticas han invertido miles de millones durante décadas para que el cannabis sea visto como algo negativo.

“Han persuadido al público, e incluso a nuestro gobierno, de que el cannabis es peligroso y adictivo, ¡y lo han logrado!” dice Sue Sisley

Esta larga campaña en contra de la planta ha derivado en que la población esté engañada con ella, se podría haber investigado durante años y comprender en la actualidad más sobre su potencial medicinal. Este tabú se está rectificando en la actualidad.

“Las grandes compañías farmacéuticas, con sus pastillas con altos precios tienen que competir con la planta natural, saben que su única esperanza es mantenerla ilegal y por eso han perpetuado una campaña de relaciones públicas. Tanto pública como subliminal para reforzar constantemente la idea de que esta planta es dañina” continua Sisley.

Aunque la investigadora no se considera pro-cannabis,  reconoce la existencia de ciencia legítima en su uso medicinal, ya que existen miles de ensayos controlados que se han publicado y que confirman los diversos beneficios médicos de la planta. Hay que escuchar a la ciencia y no a la “histeria y los rumores”, la evidencia científica debe ser el único respaldo de la información.

Sue Sisley ha pedido autorización para lo que llama “ciencia de la cepa”. Se quiere saber qué cepa y para qué enfermedad es mejor, ya que eso no se sabe científicamente todavía. Hasta ahora, solo se sabe o se intuye por las experiencias de los pacientes. Se necesitan pruebas de calidad controladas en esta dirección con las distintas variedades o cepas y así brindar a los pacientes las mejores opciones.

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