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La compasión de un rabino con un dispensario de cannabis en Washington DC

12 April, 2014, 22:00 PM
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El día que murió su suegro de esclerosis múltiple en 2005, tras un calvario de varios años, el rabino Jeffrey Kahn tuvo una “revelación”. “Lo había probado todo. Y el dolor era insoportable. Hasta que consiguió marihuana. Eso marcó la diferencia. Desde entonces supe que tenía que hacer algo por la gente que estaba sufriendo. La marihuana con fines medicinales era algo por lo que valía la pena luchar”.

Con más de 60 años, el rabino Khan es un hombre culto y sofisticado; con una personalidad puntiaguda y una espiritualidad que irradia compasión. Su imagen, una extraña fusión de hippie-trasnochado, empresario-visionario y religioso-milenario, se desenvuelve con soltura entre su comunidad, en la ciudad de Takoma, en los suburbios de Washington.

Desde agosto pasado, este hombre de fe, que se ha desgarrado entre el sufrimiento y la desesperanza de amigos y familiares que murieron víctimas de cáncer, de sida o de esclerosis múltiple, maneja un dispensario de marihuana con fines medicinales.

“Hasta ahora no hemos tenido ningún problema. Nada que ver con los malos augurios de unos, que hablaban de violencia. O de jóvenes enganchados desde temprana edad con la marihuana. Ya es hora de dejar atrás los prejuicios. Hay mucha gente que está enferma y que la necesita”, asegura mientras habla desde su dispensario, en un barrio de clase trabajadora.

“Se nos dijo que si se despenalizaba la marihuana sería una catástrofe. De hecho, ha ocurrido lo contrario. Gracias a la despenalización nos hemos alejado de la catástrofe que ha traído consigo una guerra inútil contra las drogas en general y la marihuana en particular en las últimas décadas”.

El dispensario del rabino Khan —Takoma Wellness Center— es un lugar limpio y luminoso, cerca de un restaurante de comida china. En sus muros, el rabino y su familia han colocado “hamsas”, el milenario amuleto judío que resguarda contra el mal.

Una foto de sus suegros —que murieron víctimas de la esclerosis múltiple y de cáncer— cuelga de la pared en homenaje al movimiento por la despenalización de la marihuana con fines medicinales, que hoy es una realidad.

Una pequeña recepción, un consultorio médico para valorar al paciente y un almacén vigilado con cámaras y a donde sólo se accede con tarjetas magnetizadas, le confieren al dispensario un aire de confianza y respetabilidad que rompe con el estigma de lo clandestino y disipa la leyenda negra de la violencia y peligrosidad asociada durante décadas con la marihuana.

“Cada mes, la policía e inspectores del Departamento de Salud realizan una inspección por el dispensario. Revisan los videos de seguridad, el registro de los pacientes, las transacciones realizadas y el stock de la marihuana que es cultivada en viveros controlados por las autoridades de Washington, D.C. —donde la marihuana ya es legal con fines medicinales—”, asegura el rabino Khan mientras describe unas normas que él sigue a rajatabla.

“La cuota permitida por persona es de dos onzas (56.7 gramos) al mes. El precio por onza es de 400 dólares. Y el Departamento de Salud, que supervisa la emisión de tarjetas que son autorizadas por los doctores a sus pacientes, se encarga de que esta cuota se cumpla”, añade mientras reconoce que, en algunos casos extremos, algunos pacientes consideran que la dosis autorizada de marihuana al mes no es suficiente para mitigar sus dolencias.

“Hay niños, por ejemplo, que padecen ataques y que necesitan de mayores dosis al año. Pero, por el momento, tenemos que ajustarnos a las cuotas fijadas por el Departamento de Salud”.

descargaLa conversión de Jeffrey Khan (foto) en un defensor de la marihuana con fines medicinales data de hace mucho tiempo. “Desde la década de los 90, a mi hijo, que también es rabino, y a mí, nos conmovió el sufrimiento de los enfermos de sida. Desde ese entonces viene este movimiento en el que nos hemos embarcado para ayudar a las víctimas, pero también para tratar de agitar conciencias contra una guerra contra las drogas que no ha traído nada bueno consigo, sólo víctimas, muchos muertos, en México quizá más que en ningún otro lugar”.

Después de enseñar durante más de 30 años la sabiduría a través de los escritos de la Torá, entre las comunidades de Illinois o Nueva Jersey, el cambio de vida no fue nada fácil.

“La verdad nunca me imaginé que terminaría administrando un dispensario de mariguana a mi edad. Pero así son las cosas. Para nosotros, como religiosos, como seres humanos, la misión de ayudar a la gente es irrenunciable”, asegura para, acto seguido, recordar la forma en que él y su familia prepararon el terreno antes de abrir las puertas del dispensario.

“Durante más de tres años tuvimos conversaciones con las autoridades, con los vecinos y con los comerciantes. Fue un largo proceso de educación”, aseguró este religioso que se ha convertido en un heraldo del fin de la era prohibicionista que hoy avanza por 20 estados de la Unión Americana, donde la marihuana con fines medicinales ha sido descriminalizada.

Para el rabino Khan la decisión de abrir un dispensario no fue fácil. De hecho, este “apóstol de la mariguana” sabe muy bien que, a pesar de que la despenalización de la marihuana cuenta con un creciente número de simpatizantes en todo el país, también hay quien le considera como una amenaza.

“Hay que tener en cuenta que la lucha contra las drogas generó una burocracia impresionante (desde la presidencia de Richard Nixon). Desde el cargo de zar antidrogas en la Casa Blanca, que hoy francamente ya es un absurdo, hasta elementos policiales, corporaciones privadas de cárceles y un ejército de burócratas. Toda esta gente evidentemente no está muy contenta con el avance de la despenalización de la marihuana”.

Tendencia irreversible

A pesar de estas resistencias, la tendencia es irreversible. Tan sólo en 2014, Nueva York y Minnesota pasarán a convertirse en los estados 21 y 22 en despenalizar la mariguana con fines medicinales. Para los responsables del Marijuana Project, una suerte de grupo de cabildeo que opera desde esta capital, el movimiento a favor de su despenalización (primero con fines medicinales y posteriormente recreacionales) ha llegado para quedarse. “Estados Unidos ha comenzado a ver el valor en el tratamiento del consumo de drogas como un problema de salud pública y no un problema de justicia penal”, aseguró Morgan Fox, de Marijuana Project.

“A pesar de ello, la política federal no ha cambiado. El gobierno de Estados Unidos sigue manteniendo que la mariguana es una droga peligrosa sin usos médicos aceptados”, añadió Fox al asegurar que el gobierno federal actúa de forma contradictoria, ya que a veces permite que empresas de marihuana que son legales bajo distintas leyes estatales sigan operando mientras que en otros casos recurre a la fuerza policial para cerrarlas.

En medio de esta confusión, personajes como el rabino Khan le dan sentido y dirección a un movimiento de despenalización que avanza poco a poco, derrumbando muros, desafiando intereses creados y abriendo brecha a países como México, en donde hoy mismo se debaten las propuestas de despenalizar o seguir apostando por la criminalización.

“Es un absurdo seguir apostando por la criminalización. Y México, que ha sufrido mucho con esta guerra contra las drogas, debería apostar por la despenalización para alejarse de una vez por todas de la catástrofe”, concluyó Khan

Fuente ElUniversal

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