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‘La marihuana es como el vino’

15 October, 2012, 9:52 AM
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news 203Denver, Colorado, EEUU.-  Aquí intentamos educar a la gente y tratamos a la yerba como una medicina, dice el dueño de uno de los dispensarios de canabbis que existen en Colorado.

Kayvan Khalatbari recorre con la mirada una repisa de madera donde descansan frascos de vidrio conflores de marihuana. Uno a uno, apunta con el dedo a las distintas variedades, identificadas con etiquetas donde se leen nombres como “Durban Poison”, “Gumbo” o “Lemon Diesel”.
Luego de unos minutos, resume: “La marihuana es similar al vino. Hay distintas paletas y sabores, y cada persona tiene su preferencia”.

Khalatbari es uno de los dueños del Denver Relief Center, el dispensario de marihuana medicinal de más larga trayectoria de Colorado y un ejemplo del nivel desarrollo que ha alcanzado una de lasindustrias más reguladas y polémicas de Estados Unidos. Junto a sus socios, Khalatbari cultiva unas mil plantas de más de una docena de variedades distintas bajo un estricto método que han perfeccionado durante años.

En su establecimiento, además de las flores, venden caramelos, chocolate, jugos, cereal, manteca, miel y aceite de oliva, y un concentrado purificado de marihuana al que llaman “cera”, el producto de mayor calidad, que parece azúcar caramelizada y contiene hasta un 90 por ciento de tetrahidrocannabinol, también conocido como THC, el principalcomponente psicoactivo del cannabis.

“Aquí intentamos educar a la gente y tratamos a la marihuana como una medicina“, afirma Khalatbari.

En Colorado hay unos 450 dispensarios. En la avenida Broadway, cerca de la esquina con Evans, hay tantos que a esas cuadras se las ha bautizado “Broadsterdam”, la “Milla Verde” o el “Carril de Retardado”. El local de Khalatbari queda lejos de allí, en una zona comercial, cerca del centro. Desde afuera, parece una clínica. Una gran cruz verde identifica al lugar, al igual que a la mayoría.

Antes de llegar al cuarto donde están todos los productos, en repisas detrás de dos mostradores, los clientes tienen que mostrar, en la entrada del dispensario, una tarjeta emitida por el estado de Colorado que los autoriza a comprar marihuana. Luego, atraviesan dos cuartos de espera, acompañados siempre por un empleado del establecimiento.

Todos lo cuartos están monitoreados por una cámara en el techo, similar a las que se utilizan en los casinos, las ventas quedan registradas en una base para garantizar que ningún cliente supere el límite permitido por la ley, y cada producto debe poder rastrearse desde el paquete hasta la semilla de la que nació la planta.

El cultivo es el corazón del negocio. El proceso dura poco más de tres meses y comienza en un galpón en las afueras de Denver, donde, al igual que en el dispensario, todos los ambientes están monitoreados las 24 horas por cámaras de seguridad.

Allí, las plantas crecen en un compuesto de tierra preparado a mano, en dos cuartos diferentes, bajo lámparas que imitan la luz solar con distinta intensidad, alimentadas por agua purificada en unos tanques sellados, que se mezcla con un “coctel” de media docena de nutrientes antes de llegar a las plantas. La temperatura y la humedad de ambos ambientes se controla con ventiladores y equipos de aclimatación, y se monitorea todo el tiempo con medidores electrónicos.

Luego de la cosecha, las plantas se cuelgan en un tercer cuarto, donde descansan en la oscuridad por una semana. De allí, la flor tiene dos destinos: bolsas de plástico para ser vendidas, o una máquina donde se quema con gas para obtener el concentrado o la “cera” que luego se quema en un horno para obtener un líquido aceitoso, de color marrón oscuro, que se utiliza para los productos comestibles.

Un olor intenso a marihuana acompaña cada etapa, vestida con dos atributos que pocos asociarían con la droga más aceptada del mundo. “La clave de todo el proceso es la consistencia y la disciplina. Hay que ser paciente para obtener el producto de mejor calidad”, explica Khalatbari.

Aplican restricciones

Para poder comprar marihuana medicinal en Colorado se necesita de un certificado médico.

– Existe una de lista de precondiciones, como dolor crónico, cáncer o el VIH. Luego, con ese certificado, la persona debe solicitar al Departamento de Salud Pública estatal una tarjeta en la cual debe estar identificado el dispensario de dónde adquirirá la droga.

– Cada dispensario tiene miembros, por cada uno, el local puede cultivar hasta seis plantas, tres maduras y tres en crecimiento.

– El máximo permitido de posesión es 2 onzas, y la compra típica es de “un octavo” de onza. El precio suele variar entre 25 y 45 dólares.

12496091 ilustracion de un hombre sentado con una bolsa de marihuanaPopular entre hombres

94% de los consumidores justifican el uso de la droga por “dolor severo”.

68% de los usuarios de marihuana medicinal de Colorado son hombres.

101 mil 220 personas están autorizadas para consumir la droga en el estado.

Fuente Sipse

 

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