El fenómeno de las plantaciones industriales de cannabis
Gerardus Antonius W., de 62 años, tenía 18.000 plantas de marihuana en un lugar de la Costa del Sol.
Su compatriota V. C., de 38 años, cultivaba 6.000 de estas plantas en una ladera de una colina en Sa Capelleta, en Ibiza. J. C. W. A. K, de 52 años, y R. V. R., de 41, cuidaban de 9.000 plantas de cáñamo en Benilloba, Alicante. Ismeth U. tenía la costa barcelonesa como base de sus tres plantaciones con 2.500 plantas y en Gerona un paisano suyo cultivaba en una granja 1.700 plantas. Todos estos hombres, detenidos en el último año por la policía en España, tienen en común que son holandeses.
Los narcotraficantes holandeses se instalan cada vez más en España, no solo para disfrutar de sol y playa, sino para reemprender aquí un negocio, el cultivo masivo de marihuana, que en Holanda está sufriendo desde el 2006 una persecución cada vez más severa por parte de la justicia. Cada año, la policía holandesa desmantela en aquel país unas 6.000 plantaciones de marihuana, grandes y pequeñas, instaladas en naves industriales, invernaderos y también buhardillas y sótanos de casas unifamiliares.
Pero no es la única manera con la que se persigue en aquel país a uno de los negocios más prósperos, aunque a la vez ilegal: en Holanda se puede vender libremente marihuana o hachís en mínimas cantidades en los famosos coffeeshops, pero el cultivo de marihuana, que en Holanda es casi siempre la variedad autóctona de Nederwiet
Fuente El PeridodicoDeAragon