Desde el 2012, ocho estados norteamericanos han legalizado la marihuana. En cada caso, los votantes fueron los que tomaron la decisión, no la legislatura, como ocurrió en el pasado noviembre cuando pasaron cuatro iniciativas de estados en las votaciones.
El año pasado, Vermont estuvo cerca de revertir esta tendencia con la legislación modelada sobre la Enmienda 64 de Colorado. Mientras que el entonces gobernador Pete Shumlin aprobó el proyecto de ley y el Senado del estado votó a favor de ella, The House abrumadoramente lo rechazó en una votación de 121-28 .
En la sesión legislativa actual, la H.170 legalizaría la posesión de hasta una onza (28 gramos) de cannabis y permitiría que los adultos mayores de 21 años pudiesen cultivar hasta cuatro plantas en casa, aunque no permite un mercado comercial similar al de la ley de cannabis de Washington DC. En primer lugar, fue aprobada por el Senado y el 10 de mayo la Cámara de Vermont votó a favor, 77-66. Ahora se espera la firma del gobernador Phil Scott.
Sin embargo, a diferencia de su predecesor, el gobernador Scott, que es republicano, ha dicho que no apoyará cualquier medida de legalización que no incluya alguna forma de test o prueba de deterioro por cannabis para las fuerzas del orden. Una prueba o test fiable para control del deterioro por marihuana que simplemente no existe.
A pesar de esa oposición, el director político de Marijuana Policy Project para Nueva Inglaterra Matt Simon sigue confiando. “La mayoría de los habitantes de Vermont están de acuerdo en que no tiene sentido continuar castigando a los adultos por el consumo de una sustancia menos dañina que el alcohol, y especialmente ahora que es legal para adultos en Massachusetts y Maine ,” señala. En “Vermont están dispuestos a cerrar el libro de la prohibición de la marihuana.”
