Absuelto de traficar con marihuana que cultivaba en la carretera Brenes-Alcosa
El juez argumenta que las 62 plantas eran para el autoconsumo del acusado
Un juez de Sevilla ha absuelto a un hombre que se enfrentaba a una petición de año y medio de cárcel por cultivar 62 plantas de marihuana en la vía pública porque, a pesar de la extensión de la plantación, la sustancia cultivada era para su propio consumo.
La sentencia del juzgado de lo Penal número 2 de Sevilla recoge que el acusado, F. J. A. G., de 48 años, llevó a cabo en abril de 2010 el cultivo, atención y cuidado de 62 plantas de marihuana en una zona ubicada junto a la SE-20, entre la carretera de Brenes y Parque Alcosa. Del total de plantas intervenidas, sólo 14 eran adultas, y arrojaron un peso neto de sustancia plenamente apta para su consumo de 158,3 gramos -con un índice de THC de 0,72% y un valor en el mercado negro de 568 euros-.
El juez considera, en contra del criterio de la Fiscalía, que la marihuana cultivada iba a ser destinada a su propio consumo, ya que en aquella época era consumidor de estupefacientes, y descarta que fuese a traficar con las mismas. La sentencia valora que en el registro realizado en el domicilio del acusado no se encontraron elementos para "el corte o pesado de las mismas".
El abogado Manuel David Andana Serrano, que defendió al acusado en el juicio, explicó ayer a este periódico que la jurisprudencia viene estableciendo que la siembra de la droga "no es punible si no va asociada al tráfico, es decir, que para sancionar penalmente la siembra debe acreditarse que la misma va destinada al tráfico. Para ello, no hay más remedio que acudir en la gran mayoría de casos a pruebas indiciarias como la cantidad de droga aprehendida, el lugar donde se encuentra o la existencia de material adecuado para el tráfico, como pueden ser los elementos para su pesaje".
En este caso, el juez ha valorado que el peso neto y valor en THC es "muy exiguo, a lo cual se suma que el acusado es consumidor de estupefacientes y que los agentes intervinientes refieren que él mismo consumía junto a su hermano, por lo que no cabe entender este cultivo como preordenado al tráfico", explica el fallo
El magistrado Álvaro Martín añade que la cantidad de droga intervenida "no supera notoriamente lo que puede considerarse adecuado para el autoconsumo" y precisa en cualquier caso que "el primer elemento determinante para considerar la posibilidad de entender atípica la conducta -por considerarse que las plantas se cultivan para el autoconsumo- es que conste acreditada la condición de consumidor de la sustancia del presunto responsable, que en este caso concurre".
El letrado de la defensa indicó que durante el juicio quedó acreditado que el acusado era consumidor habitual de marihuana, llegando incluso a manifestar que "le había sido aconsejado el consumo en dosis moderada por los médicos que le atendían en su rehabilitación", subrayó Manuel David Andana.
El juez concluye que los hechos no pueden ser considerados como un delito contra la salud pública que le imputaba la Fiscalía y, en consecuencia, acuerda la absolución del procesado.
El hallazgo de las 62 plantas de marihuana se produjo de forma fortuita, cuando un patrullero de la Policía Local se detuvo en la ronda Súper Norte como consecuencia del denso tráfico y en ese momento los agentes observaron unas garrafas de plástico perfectamente alienadas en la vía pública y que brillaban de forma ostensible. Los policías se apearon del coche y comprobaron que bajo las garrafas había sembradas plantas de marihuana, por lo que se montó un dispositivo especial para tratar de localizar al responsable.
El acusado fue detectado sobre las 19:30 del 17 de abril de 2010 cuando se dirigía a la zona de plantación, montado en una bicicleta y portando en el manillar una bolsa con plantas y herramientas para trabajar la tierra. Tenía tres zonas de cultivo perfectamente diferenciadas y en la última fue sorprendido arando el terreno donde había varias de las plantas de marihuana.
El juez argumenta que las 62 plantas eran para el autoconsumo del acusado
Un juez de Sevilla ha absuelto a un hombre que se enfrentaba a una petición de año y medio de cárcel por cultivar 62 plantas de marihuana en la vía pública porque, a pesar de la extensión de la plantación, la sustancia cultivada era para su propio consumo.
La sentencia del juzgado de lo Penal número 2 de Sevilla recoge que el acusado, F. J. A. G., de 48 años, llevó a cabo en abril de 2010 el cultivo, atención y cuidado de 62 plantas de marihuana en una zona ubicada junto a la SE-20, entre la carretera de Brenes y Parque Alcosa. Del total de plantas intervenidas, sólo 14 eran adultas, y arrojaron un peso neto de sustancia plenamente apta para su consumo de 158,3 gramos -con un índice de THC de 0,72% y un valor en el mercado negro de 568 euros-.
El juez considera, en contra del criterio de la Fiscalía, que la marihuana cultivada iba a ser destinada a su propio consumo, ya que en aquella época era consumidor de estupefacientes, y descarta que fuese a traficar con las mismas. La sentencia valora que en el registro realizado en el domicilio del acusado no se encontraron elementos para "el corte o pesado de las mismas".
El abogado Manuel David Andana Serrano, que defendió al acusado en el juicio, explicó ayer a este periódico que la jurisprudencia viene estableciendo que la siembra de la droga "no es punible si no va asociada al tráfico, es decir, que para sancionar penalmente la siembra debe acreditarse que la misma va destinada al tráfico. Para ello, no hay más remedio que acudir en la gran mayoría de casos a pruebas indiciarias como la cantidad de droga aprehendida, el lugar donde se encuentra o la existencia de material adecuado para el tráfico, como pueden ser los elementos para su pesaje".
En este caso, el juez ha valorado que el peso neto y valor en THC es "muy exiguo, a lo cual se suma que el acusado es consumidor de estupefacientes y que los agentes intervinientes refieren que él mismo consumía junto a su hermano, por lo que no cabe entender este cultivo como preordenado al tráfico", explica el fallo
El magistrado Álvaro Martín añade que la cantidad de droga intervenida "no supera notoriamente lo que puede considerarse adecuado para el autoconsumo" y precisa en cualquier caso que "el primer elemento determinante para considerar la posibilidad de entender atípica la conducta -por considerarse que las plantas se cultivan para el autoconsumo- es que conste acreditada la condición de consumidor de la sustancia del presunto responsable, que en este caso concurre".
El letrado de la defensa indicó que durante el juicio quedó acreditado que el acusado era consumidor habitual de marihuana, llegando incluso a manifestar que "le había sido aconsejado el consumo en dosis moderada por los médicos que le atendían en su rehabilitación", subrayó Manuel David Andana.
El juez concluye que los hechos no pueden ser considerados como un delito contra la salud pública que le imputaba la Fiscalía y, en consecuencia, acuerda la absolución del procesado.
El hallazgo de las 62 plantas de marihuana se produjo de forma fortuita, cuando un patrullero de la Policía Local se detuvo en la ronda Súper Norte como consecuencia del denso tráfico y en ese momento los agentes observaron unas garrafas de plástico perfectamente alienadas en la vía pública y que brillaban de forma ostensible. Los policías se apearon del coche y comprobaron que bajo las garrafas había sembradas plantas de marihuana, por lo que se montó un dispositivo especial para tratar de localizar al responsable.
El acusado fue detectado sobre las 19:30 del 17 de abril de 2010 cuando se dirigía a la zona de plantación, montado en una bicicleta y portando en el manillar una bolsa con plantas y herramientas para trabajar la tierra. Tenía tres zonas de cultivo perfectamente diferenciadas y en la última fue sorprendido arando el terreno donde había varias de las plantas de marihuana.