Hola amigos,
Supongo que todos en mayor o menor medida, hemos sufrido el rechazo de otros por nuestros verdes hábitos.
Algunos nos hemos tenido que esconder por ejemplo de nuestros padres, de familia, de amigos, y en algunos casos de nuestra pareja.
Yo me tuve que esconder durante mucho tiempo prácticamente de todos ellos.
Pero aquello que me pasó factura fue precisamente el ocultárselo a mi pareja. Durante cerca de un año, y pese a que le negaba cualquier consumo, lo cierto es que fumaba.
Lejos de sentir la emoción de lo prohibido, la sensación de riesgo ni nada por el estilo... empecé a sentirme mal conmigo mismo, sin parar de repetirme "¿Por qué tengo que vivir mi vida como si fuese un delincuente?"
Al principio de nuestra relación le hablé de mi consumo, cosa que le sentó como una patada en la boca.
Me respetó y toleró al principio, luego comenzaron los reproches, "otro?", "tu no puedes pasar sin fumar?"....
Tomé incluso la decisión de dejarlo, por el bien de la propia relación. Estuve cerca de un año sin probar un solo canuto porque llegó a echarle la culpa de nuestros problemas a mi consumo.
Así que llegó un momento, de hecho tras una bronca que decidí fumar, y a partir de ahí lo cogí como hábito (esconderme).
Pero eso me estaba matando. Nunca he sido de mentir, ni de engañar, y eso me estaba comiendo por dentro.
Finalmente desistí, y le confesé lo que hacía, al mismo tiempo que le dije que no volvería a dejarlo, y que si eso era un problema, prefería estar sólo.
Y si, estoy sólo, pero ya no me escondo, y ahora no contemplo salir con nadie que no consuma.
Quería saber que opináis, si os ha pasado algo así, si tomásteis otras decisiones....
Buenos humos familia
Supongo que todos en mayor o menor medida, hemos sufrido el rechazo de otros por nuestros verdes hábitos.
Algunos nos hemos tenido que esconder por ejemplo de nuestros padres, de familia, de amigos, y en algunos casos de nuestra pareja.
Yo me tuve que esconder durante mucho tiempo prácticamente de todos ellos.
Pero aquello que me pasó factura fue precisamente el ocultárselo a mi pareja. Durante cerca de un año, y pese a que le negaba cualquier consumo, lo cierto es que fumaba.
Lejos de sentir la emoción de lo prohibido, la sensación de riesgo ni nada por el estilo... empecé a sentirme mal conmigo mismo, sin parar de repetirme "¿Por qué tengo que vivir mi vida como si fuese un delincuente?"
Al principio de nuestra relación le hablé de mi consumo, cosa que le sentó como una patada en la boca.
Me respetó y toleró al principio, luego comenzaron los reproches, "otro?", "tu no puedes pasar sin fumar?"....
Tomé incluso la decisión de dejarlo, por el bien de la propia relación. Estuve cerca de un año sin probar un solo canuto porque llegó a echarle la culpa de nuestros problemas a mi consumo.
Así que llegó un momento, de hecho tras una bronca que decidí fumar, y a partir de ahí lo cogí como hábito (esconderme).
Pero eso me estaba matando. Nunca he sido de mentir, ni de engañar, y eso me estaba comiendo por dentro.
Finalmente desistí, y le confesé lo que hacía, al mismo tiempo que le dije que no volvería a dejarlo, y que si eso era un problema, prefería estar sólo.
Y si, estoy sólo, pero ya no me escondo, y ahora no contemplo salir con nadie que no consuma.
Quería saber que opináis, si os ha pasado algo así, si tomásteis otras decisiones....
Buenos humos familia
