RESPONSABLE DEL INSTITUTO NACIONAL DE CONSUMO DE DROGAS (NIDA) DE ESTADOS UNIDOS
Ana Anders:«Está demostrado que el consumo aumenta
Lleva años investigando sobre los efectos de las drogas en el cerebro para conseguir tratamientos más efectivos. Anders, considerada una de las mayores expertas del mundo en drogas, ha participado en Valencia en unas jornadas organizadas dentro de la Semana de la Ciencia y la Tecnología, donde calificó la adicción como «una enfermedad crónica, recurrente y tratable»
-¿Hay información sobre el efecto de la droga en el cerebro?
- La comunidad científica debe abrirse a la sociedad y hacer comprensibles sus investigaciones sobre los efectos de las drogas, porque cuando la percepción del daño baja, el consumo sube. Por eso es muy importante que enviemos constantemente mensajes del daño que provocan las drogas, ya que existe la percepción de que algunas no son dañinas. La ciencia ha demostrado que los daños que provocan en el cerebro son muy importantes, incluso algunos son irreversibles.
-¿Existen drogas menos malas?
-No, todas son dañinas, porque todas son adictivas. Existe la creencia en los jóvenes de que la marihuana no es mala, pero lo cierto es que es extremadamente dañina: es muy adictiva, provoca daños en la memoria y en el juicio para tomar decisiones.
-¿Cuáles son las líneas actuales de investigación sobre las drogas?
-Se han identificado las partes del cerebro a las que afecta cada una de las drogas, de forma que se puedan diseñar tratamientos que rompan con la adicción. Ahora estamos investigando por qué existe gente que prueba una vez una droga y se hace adicto, mientras que otros las pueden tomar sólo como diversión sin tener nunca una adicción. Queremos saber por qué ocurre esto, queremos conocer más sobre por qué el cerebro responde en unos individuos de una manera y en otros de otra. Nosotros decimos que la adicción es una enfermedad del cerebro, que es crónica, recurrente y tratable.
-¿Cómo se comporta el cerebro de un adicto?
-Todavía no sabemos exactamente qué influye en la adicción y por qué unos pueden dejarlas de tomar para siempre y otros recaen constantemente; no es que no quieran dejar las drogas, es que no pueden. Dicen que el cerebro es la última frontera, y es cierto.
-¿Existe suficiente apoyo público para la investigación sobre drogas?
-En EE.UU. la investigación que se lleva a cabo en el Instituto no está politizada, igual que ocurre con otros que investigan sobre el alcohol o el cáncer, pero, por supuesto, cuando hay otros problemas que tienen prioridad para la sociedad, como es el caso del terrorismo o el bioterrorismo, éstos son los que salen en la prensa.
-¿Es sensible el Gobierno de EE.UU. a la investigación sobre droga?
-El presupuesto que tenemos se ha mantenido, y es que los políticos, que son los que te dan el dinero, son personas que tienen familia. Dime una sola familia que no esté afectada por un problema con las drogas de un hijo, un sobrino o la mujer o el marido... Cuando te toca de cerca tiendes a dar más.
-¿Existe diferencia entre la política de EE.UU. y la que se aplica en Europa respecto a la investigación y prevención de las drogas?
-Lo que existe es mucha colaboración. Por ejemplo, nuestro instituto colabora con Rusia, Holanda, Alemania y ahora con España. Esta es la riqueza que nos ofrece la ciencia. Aquí tienen científicos fantásticos, pero lo tienen como un secreto, son bastante humildes, no se dan propaganda y no salen en la prensa, pero se hacen trabajos maravillosos en España.
-¿Se ha detectado un cambio en la tendencia del consumo?
-Viene por épocas. Por ejemplo, una droga que en España no está siendo un problema, pero sí para nosotros en la frontera de México, son los inhalantes. Es una de las drogas más extraordinariamente dañinas para el cerebro y además provocan un daño irreversible. Lo grave es que están por todos lados, en nuestras propias casas podemos encontrarlas. Por otra parte, es verdad que ha disminuido el consumo de ciertas drogas, en ciertas edades, pero existen otras que los muchachos empiezan a experimentar mucho más jóvenes. Es muy preocupante.
-Existen grupos que piden la legalización de determinadas drogas, alegando que así tendrían menos atractivo para los jóvenes y harían desaparecer los problemas derivados del tráfico, como la delincuencia. ¿Qué opina al respecto?
-Estamos completamente opuestos a la legalización de ninguna droga. Además, se ha demostrado que el consumo sube cuando se legaliza, porque la droga está ahí, al alcance de todos, no tienes ni que ir a la esquina a buscarla.
-Recientemente se ha creado la Red Nacional de Científicos Hispanos contra el Abuso de las Drogas, en el seno del NIDA. ¿Cuál es su objetivo?
-Se pretende acelerar los conocimientos sobre drogas en comunidades hispanas en EE.UU. a través de la ciencia, y también entrenar y tutelar a jóvenes que están interesados en la ciencia, porque nosotros necesitamos reemplazarnos. Yo misma me debería haber retirado hace tiempo, pero necesitamos que la gente que viene detrás esté formada. Además, otro objetivo es tener una red donde la ciencia básica facilite la comunicación entre las distintas ciencias, porque en el consumo de drogas influyen muchos aspectos del ser humano, su entorno social, familiar, escolar, de personalidad, y es importante que todos ellos hablen.
-¿Es optimista sobre si la ciencia podrá poner freno a los efectos del abuso de las drogas?
-Soy optimista porque la ciencia va avanzando, vamos a saber mucho más sobre cómo funciona el cerebro y podremos hacer programas que tendrán mejores resultados. Pero soy pesimista porque es un problema que nunca va a desaparecer, está aquí para siempre. Es como cuando vas al aeropuerto: tienes que pasar por detectores de metales que pueden reducir el peligro, pero el riesgo siempre existirá. Siempre van a querer destruirte.
ABC
Ana Anders:«Está demostrado que el consumo aumenta
Lleva años investigando sobre los efectos de las drogas en el cerebro para conseguir tratamientos más efectivos. Anders, considerada una de las mayores expertas del mundo en drogas, ha participado en Valencia en unas jornadas organizadas dentro de la Semana de la Ciencia y la Tecnología, donde calificó la adicción como «una enfermedad crónica, recurrente y tratable»
-¿Hay información sobre el efecto de la droga en el cerebro?
- La comunidad científica debe abrirse a la sociedad y hacer comprensibles sus investigaciones sobre los efectos de las drogas, porque cuando la percepción del daño baja, el consumo sube. Por eso es muy importante que enviemos constantemente mensajes del daño que provocan las drogas, ya que existe la percepción de que algunas no son dañinas. La ciencia ha demostrado que los daños que provocan en el cerebro son muy importantes, incluso algunos son irreversibles.
-¿Existen drogas menos malas?
-No, todas son dañinas, porque todas son adictivas. Existe la creencia en los jóvenes de que la marihuana no es mala, pero lo cierto es que es extremadamente dañina: es muy adictiva, provoca daños en la memoria y en el juicio para tomar decisiones.
-¿Cuáles son las líneas actuales de investigación sobre las drogas?
-Se han identificado las partes del cerebro a las que afecta cada una de las drogas, de forma que se puedan diseñar tratamientos que rompan con la adicción. Ahora estamos investigando por qué existe gente que prueba una vez una droga y se hace adicto, mientras que otros las pueden tomar sólo como diversión sin tener nunca una adicción. Queremos saber por qué ocurre esto, queremos conocer más sobre por qué el cerebro responde en unos individuos de una manera y en otros de otra. Nosotros decimos que la adicción es una enfermedad del cerebro, que es crónica, recurrente y tratable.
-¿Cómo se comporta el cerebro de un adicto?
-Todavía no sabemos exactamente qué influye en la adicción y por qué unos pueden dejarlas de tomar para siempre y otros recaen constantemente; no es que no quieran dejar las drogas, es que no pueden. Dicen que el cerebro es la última frontera, y es cierto.
-¿Existe suficiente apoyo público para la investigación sobre drogas?
-En EE.UU. la investigación que se lleva a cabo en el Instituto no está politizada, igual que ocurre con otros que investigan sobre el alcohol o el cáncer, pero, por supuesto, cuando hay otros problemas que tienen prioridad para la sociedad, como es el caso del terrorismo o el bioterrorismo, éstos son los que salen en la prensa.
-¿Es sensible el Gobierno de EE.UU. a la investigación sobre droga?
-El presupuesto que tenemos se ha mantenido, y es que los políticos, que son los que te dan el dinero, son personas que tienen familia. Dime una sola familia que no esté afectada por un problema con las drogas de un hijo, un sobrino o la mujer o el marido... Cuando te toca de cerca tiendes a dar más.
-¿Existe diferencia entre la política de EE.UU. y la que se aplica en Europa respecto a la investigación y prevención de las drogas?
-Lo que existe es mucha colaboración. Por ejemplo, nuestro instituto colabora con Rusia, Holanda, Alemania y ahora con España. Esta es la riqueza que nos ofrece la ciencia. Aquí tienen científicos fantásticos, pero lo tienen como un secreto, son bastante humildes, no se dan propaganda y no salen en la prensa, pero se hacen trabajos maravillosos en España.
-¿Se ha detectado un cambio en la tendencia del consumo?
-Viene por épocas. Por ejemplo, una droga que en España no está siendo un problema, pero sí para nosotros en la frontera de México, son los inhalantes. Es una de las drogas más extraordinariamente dañinas para el cerebro y además provocan un daño irreversible. Lo grave es que están por todos lados, en nuestras propias casas podemos encontrarlas. Por otra parte, es verdad que ha disminuido el consumo de ciertas drogas, en ciertas edades, pero existen otras que los muchachos empiezan a experimentar mucho más jóvenes. Es muy preocupante.
-Existen grupos que piden la legalización de determinadas drogas, alegando que así tendrían menos atractivo para los jóvenes y harían desaparecer los problemas derivados del tráfico, como la delincuencia. ¿Qué opina al respecto?
-Estamos completamente opuestos a la legalización de ninguna droga. Además, se ha demostrado que el consumo sube cuando se legaliza, porque la droga está ahí, al alcance de todos, no tienes ni que ir a la esquina a buscarla.
-Recientemente se ha creado la Red Nacional de Científicos Hispanos contra el Abuso de las Drogas, en el seno del NIDA. ¿Cuál es su objetivo?
-Se pretende acelerar los conocimientos sobre drogas en comunidades hispanas en EE.UU. a través de la ciencia, y también entrenar y tutelar a jóvenes que están interesados en la ciencia, porque nosotros necesitamos reemplazarnos. Yo misma me debería haber retirado hace tiempo, pero necesitamos que la gente que viene detrás esté formada. Además, otro objetivo es tener una red donde la ciencia básica facilite la comunicación entre las distintas ciencias, porque en el consumo de drogas influyen muchos aspectos del ser humano, su entorno social, familiar, escolar, de personalidad, y es importante que todos ellos hablen.
-¿Es optimista sobre si la ciencia podrá poner freno a los efectos del abuso de las drogas?
-Soy optimista porque la ciencia va avanzando, vamos a saber mucho más sobre cómo funciona el cerebro y podremos hacer programas que tendrán mejores resultados. Pero soy pesimista porque es un problema que nunca va a desaparecer, está aquí para siempre. Es como cuando vas al aeropuerto: tienes que pasar por detectores de metales que pueden reducir el peligro, pero el riesgo siempre existirá. Siempre van a querer destruirte.
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