Clarin 03/10/2004
SEGUNDA JORNADA DEL FESTIVAL QUILMES ROCK
A puro reggae en campo, popular y platea
El festival en Ferro confirmó la enorme popularidad de ese ritmo en Buenos Aires.
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Nicolás Artusi.
mailto:nartusi@clarin.com
Si es cierto que rock y peinado van de la mano, la alta concentración de dreadlocks, rastas y trenzas por metro cuadrado, aun con los oídos tapados, permitió deducir ayer: es el día del reggae y
otras yerbas.
La segunda jornada del festival Quilmes Rock, en el estadio de Ferro, terminó a la medianoche con asistencia casi perfecta: unas 25.000 personas que bailaron al ritmo del Caribe.
Campo, popular y platea: antes del atardecer, el clima en la cancha de Caballito era de precalentamiento. Muchos estaban tirados en el pasto, pero se pusieron de pie con los primeros acordes de La Mosca, que entona el escenario para las atracciones principales: Los Cafres, una de las bandas más convocantes del reggae argentino, la tropical Mimi Maura, la asociación lícita de Todos tus Muertos con los Auténticos Decadentes y la primera agrupación internacional que se presenta en este festival: ya se puede de finir de "míticos" a los Wailers, los músicos que acompañaron a Bob Marley y que pusieron una etiqueta en el principal producto de Jamaica: "Reggae For Export".
Y después sí: saltos y rebotes,
humaredas y encendedores en alto frente al escenario principal de esta segunda noche, que confirma la enorme popularidad del reggae en Buenos Aires: entradas se agotaron para los profetas del Caribe. También ya casi se agotaron los tickets para la noche 5, la del domingo que viene, cuando la Bersuit interpretará a su modo los dilemas de la argentinidad.
Existe espíritu de ritual y evento histórico en el festival rockero más importante del país. ¿Números? Tres noches por tres fines de semana, igual: nueve jornadas, donde tocarán 160 bandas. Cuando haya terminado octubre se habrán vendido más de 150.000 entradas. Si existe algo parecido a un corpus del rock, está acá: desde los grupitos púberes que huelen a espíritu adolescente hasta las megabandas del rock
"-chabón" que cantan los temas de la épica barrial.
Todo empezó el viernes a la noche, cuando dos históricos del rock nacional se decidieron a compartir escenario (al menos en un tema): Luis Alberto Spinetta y Fito Páez. "Que la paz de la música que hemos hecho se refleje en nuestros corazones en una ciudad convulsionada. Con amor y paz", fue el mensaje de autoayuda que, con vocación new age, eligió Spinetta para presentarse, mientras Fito prefirió el sarcasmo criollo ante unos breves inconvenientes de sonido: "Bienvenidos a la Argentina, no se asusten". Antes de eso, el grupo de pop evangélico Rescate bendijo el festival con bengalas.
Cuando la música no resulta estímulo suficiente, los que quieren rebotar prueban en la kermese de deportes extremos, donde da vértigo aquel "bungie jumping" en el que cuatro brazos hacen de suspensores sobre unos colchones inflables. ¿Mareos? "El festival está buenísimo, lástima que tenemos sed", se queja Sebastián, rastafari porteño y
abstemio por obligación en este Quilmes Rock donde, paradojas de la legalidad, no se vende cerveza.