La Represion Del Gobierno Como Rspuesta Al Autocultivo

astragtc

Semilla
2 Mayo 2009
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LA REPRESIÓN COMO RESPUESTA

Durante el verano pasado, las autoridades, coordinadas por el Plan Nacional sobre Drogas 2009-2016, han desencadenado una ofensiva sin precedentes contra los cultivadores de cáñamo para uso personal (autocultivo). Decenas, probablemente cientos de personas en todo el estado, han sido detenidas durante estos meses estivales por el terrible crimen de tener plantas de cáñamo en su casa o en sus propiedades. La cacería de cultivadores se completa con una campaña de acoso a las tiendas que venden material de cultivo (grow-shops). Junto a todo esto, continúa el ascenso imparable de las multas por tenencia ilícita, batiéndose de nuevo este año el record de sanciones.

Todos estos factores parecen indicar que nos encontramos antes un intento de las autoridades de incrementar la represión contra los consumidores de cannabis, especialmente contra aquellos que eligen el autocultivo como alternativa a las adulteraciones y los altos precios que ofrece el mercado negro. Ésta es la respuesta que dan las autoridades al incremento del consumo de cannabis, en general, y al aumento de consumidores que plantan marihuana para su autoconsumo, en particular. Mientras las encuestas muestran que los índices de percepción de riesgo están en mínimos históricos, especialmente entre las generaciones más jóvenes, las autoridades responden con la fuerza para, según Gonzalo Robles, “evitar una sensación de impunidad”. En realidad, quieren terminar con una sensación de normalidad, que es la que se respira ahora mismo en nuestras calles.

OFENSIVA CONTRA EL CULTIVO DE MARIHUANA

Este verano no ha habido semana en la que no se publicasen varias noticias sobre la detención de cultivadores de marihuana con unos enormes alijos de droga (6 plantas en unas veces, otras 10...). Eso no es del todo nuevo, y en parte la profusión de casos se explica por el crecimiento del número de consumidores que han decidido dejar de adquirir cannabis en el mercado negro. Lo que sí es nuevo es que se llegue a situaciones tan absurdas como que cinco chicos cántabros que cultivaban seis plantas de cáñamo puedan ir a la cárcel por un inexistente delito de tráfico de drogas. O que las delaciones a cargo de vecinos que arreglan así sus disputas sea el método con el que “trabajan” las fuerzas policiales. Hasta este año, los fiscales antidroga actuaban cuando los informes policiales de las incautaciones de plantaciones caseras revelaban un gran número de plantas. Sin embargo ahora, para sorpresa incluso de los propios agentes que participan en las redadas, los fiscales actúan sistemáticamente contra todos los plantadores, que son detenidos, fichados e imputados por un posible delito contra la salud pública.

Además, a la hora de pesar las plantas, muchos agentes no tienen en cuenta que los machos (un 30-50% de la producción) no son psicoactivos, ni parecen saber que lo que se consumen son las hojas y los cogollos (y no el tallo, las ramas o la raíz), ni que la planta se consume seca (durante el proceso de secado pierde entre el 60 y el 75% de su peso). Tampoco se tiene en cuenta que las plantas hembras no son psicoactivas hasta el mes de septiembre, cuando ya está avanzado el proceso de floración. El resultado de tanta chapuza es una indefensión tal, que la simple presencia del abogado del cultivador durante el proceso de secado puede reducir el peso del alijo en unos cuantos kilos.

La inmensa mayoría de los procesos abiertos por autocultivo se archivan sin llegar a juicio, dado que se les acusa de un delito inexistente (tráfico de drogas, pero en realidad, el presunto objeto del tráfico crece en una maceta, por lo que no se produce ningún delito concreto, en todo caso una falta por tenencia ilícita de cannabis –siempre y cuando la aprensión se produzca cuando la planta esté madura y tenga THC, dado que en caso contrario, no sería una droga). A pesar de que, salvo excepciones, todo suele terminar bien, el cultivador pasa un par de meses con abogados, pendientes de ir a declarar, con los consiguientes malos ratos para ellos y sus familias (con el consiguiente despilfarro de recursos económicos y humanos por parte del Ministerio de Justicia). De todos modos, nos preguntamos si la expresión reducción de daños tiene algún significado para Gonzalo Robles y su Plan Nacional sobre Drogas. No quieren que nadie cultive, prefieren que todo el mundo compre chocolate de dudosa calidad y a precio de oro a las mafias. ¿Por qué?

Estas incautaciones de plantaciones caseras afectan especialmente a un colectivo ya de por sí suficientemente castigado, como es el de los enfermos de un buen número de males (SIDA, cáncer, artritis, glaucoma, etc.) que alivian sus padecimientos con el cannabis. Si ya es deleznable quitarle las plantas a un consumidor para que se vaya a algún parque a financiar a las mafias, resulta mucho más ruin cortarle a un enfermo el abastecimiento estable que tanto necesita y que es tan difícil de conseguir (recordemos que para determinadas enfermedades no vale cualquier variedad de cáñamo, sino la conocida como Ruderalis).

Si un consumidor se molesta en plantar es por dejar de comprar en el mercado negro un hachís adulterado y caro (hasta 6 €/gramo) para consumir una sustancia mucho menos dañina, cultivada por él mismo y que a la larga sale bastante más barata. Además, deja de financiar con su dinero a las mafias del mercado negro, actitud que debería valorarse positivamente y, por qué no, ser alentada oficialmente como parte de un programa más amplio que tenga como perspectiva la reducción de daños, y no la represión de las libertades individuales. Y mucho ojo con los medios que a puesto el gobierno para descubrir plantaciones en balcones,terrazas,campos,ya que el gobierno a puesto medios aereos tales como helicopteros y avionetas para realizar fotos aereas de cualquier plantacion,asi que cuidado gente,espero que os ayude.
 
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