Sexo y Cannabis es como el cigarrillo y el café o las galletas y la leche. Una de esas combinaciones perfectas.
Pero aunque sea una de esas combinaciones tan placenteras, hay que tener cuidado con el abuso, porque como muchos sabemos, la adicción que causa es psicológica, oséase de hábitos, y esto puede llevar a que no se pueda tener sexo sin haber fumado antes o que se sienta que no estuvo tan bueno por no haber estado pacheco.
Nomás pa'visarles, yo sí les voy a contar una experiencia, no tan a detalle ni mucho menos con lenguaje desagradable,pero sí quizás subida de tono, por si aquí hay de esas personas "sensibles" con estos temas para que no lean más allá de aquí.
Fumar antes del sexo es una de las mil maneras que hay para hacer que el sexo no caiga en la rutina, pero cuidadito con convertir la rutina en quemar y coger solamente.
De mis mejores experiencias ha sido fumar en un motel con mi novia. Esperando no llegar a sonar vulgar, les contaré algunas de las sensaciones que experimenté.
Al principio del colocón estábamos tiradísimos en la cama, sin poder movernos casi. Platicábamos y nos reíamos de todo, después nos quedábamos callados y eso nos daba mas risa aún. Se fueron las risas pero llegaron los abrazos y los besos. Terminamos en posición de cuchara y ella no dejaba de mover su cadera, y yo no dejaba de prenderme.
Posteriormente sugerí irnos al jacuzzi y a echarnos otro pipo. Y boom... No hay cosa más relajante que eso (ni excitante). Toqueteos por ahí, toqueteos por allá. Las sensaciones eran más placenteras, el repertorio musical era el indicado, todo sucedía lentamente y no había otra cosa en qué pensar más que en las cosas que mi pareja me hacía, qué delicia. En una de esas, a mi novia se le ocurre jugar con uno de esos chorros de hidromasaje... y bueh... ya se imaginarán... Según ella consiguió 5 orgasmos y no lo dudo, no se despegaba de ahí ni dejaba de gemir.
Salimos de ahí y yo, literalmente, tenía hambre de vagina, como si me estuviera dando el moncho. Y no es que quiera sonar desagradable, sino que no encuentro palabras más exactas que describan esa sensación. Jamás había sentido tantas ganas de hacer sexo oral. Estaba tan desinhibido y caliente que no podía pensar en otra cosa. Y con ese fueron 6.
Ya para el mero acto, el efecto de la marihuana había disminuido lo suficiente para poder concentrarme en lo que hacía y desempeñarme como era debido. Duré mucho más de que lo que suelo durar y lo mismo puedo decir de las sensaciones. Todo fue maravilloso.
Sexo intenso, diferente, divertido y muy duradero es lo que puedo resumir de esa experiencia. Sin embargo no hay que dejar que la marihuana haga todo el trabajo, uno también debe ponerse creativo y aprovechar sus efectos.
Realmente lo recomiendo mucho para quienes no lo han experimentado y ojalá se convenzan y se animen, vale mucho la pena.
Saludos.