En la modestia con que se pueda decir algo de un hombre que nos ha dejado hace poco más de veinticuatro horas, deciros que acaba de irse uno de los hombres más grandes de nuestro tiempo, un hombre que fue capaz de hacer algo imposible: derribar el telón de acero y dar libertad a los europeos del centro y del este de Europa. Todo ello sin incitar a la violencia, sin insultar a nadie, simplemente hablando de la dignidad del hombre. Nos ha dicho que no temamos a Cristo y que nos entreguemos a El, creo que ha muerto un santo. Ser un santo no es nada fácil, porque no basta con no haber pecado, es necesario haber sufrido y que haya testimonios de hechos sobrenaturales por su intervención. Es un Papa al que le hemos criticado mucho (a mí personalmente no me gustaba su forma de ser con la gente y su ideología tan tradicional), sobre todo cuando tuvo su confrontación con el sector más progresista (casi marxista) de la Iglesia. Juan Pablo II acabó con el modelo marxista, se abrieron las fronteras, se levantaron las alfombras y se vio que en esos regímenes los únicos que vivían bien eran los dirigentes, el pueblo pasaba su tiempo guardando colas en todas partes a cambio de una relativa estabilidad económica, dentro de la pobreza y de la escasez. La finalización del marxismo como sistema de gobierno hizo posible el poder controlar a los grupos filomarxistas dentro de la Iglesia, terminando en la práctica con ellos.
El tiempo lo dirá y la historia le pondrá en su lugar, pero se nos ha ido un hombre del que, casi con seguridad, podemos afirmar sin riesgo de error que evitó la tercera guerra mundial, pues el sistema comunista no soportaba más la carrera que sostenía con Estados Unidos y con el mundo occidental. El sistema comunista fue posible en un sistema básico de reconstrucción y crecimiento inicial, pero el sistema fallaba por la inexistencia de algo tan básico como es el mercado libre y competitivo; sin mercado no hay progreso y las naciones se estancan, retroceden y mueren. Es muy probable que, antes de morir como nación, la URSS hubiese sacado su inmenso arsenal militar para morir matando o para ganar a la desesperada la tercera guerra mundial.
De todo esto China aprendió la lección y adoptó un sistema de comunismo dirigido en un mercado libre, es decir, no hay libertad ni democracia pero el mercado es libre, un chino puede enriquecerse en China, si quiere. De todos modos, China continúa sufriendo las consecuencias del comunismo maoísta y son millones y millones los chinos que todos los años van del mundo empobrecido y rural a las grandes ciudades industriales; el gobierno chino ve con buenos ojos la emigración al extranjero de los chinos, muchos de ellos volverán a China ricos y con dinero para invertir, exactamente tal y como está sucediendo ahora.
Se ha ido un hombre esencial, luz del mundo y de sus dirigentes, ruego por él y porque la Iglesia logre encontrar a otro Papa que sea capaz de proseguir el camino de la paz y unión entre los pueblos que inició el fallecido Juan Pablo II. No tengo pena por él, ahora realmente es cuando ha nacido a la verdadera vida. Que ruegue por nosotros, humildes foreros.
El tiempo lo dirá y la historia le pondrá en su lugar, pero se nos ha ido un hombre del que, casi con seguridad, podemos afirmar sin riesgo de error que evitó la tercera guerra mundial, pues el sistema comunista no soportaba más la carrera que sostenía con Estados Unidos y con el mundo occidental. El sistema comunista fue posible en un sistema básico de reconstrucción y crecimiento inicial, pero el sistema fallaba por la inexistencia de algo tan básico como es el mercado libre y competitivo; sin mercado no hay progreso y las naciones se estancan, retroceden y mueren. Es muy probable que, antes de morir como nación, la URSS hubiese sacado su inmenso arsenal militar para morir matando o para ganar a la desesperada la tercera guerra mundial.
De todo esto China aprendió la lección y adoptó un sistema de comunismo dirigido en un mercado libre, es decir, no hay libertad ni democracia pero el mercado es libre, un chino puede enriquecerse en China, si quiere. De todos modos, China continúa sufriendo las consecuencias del comunismo maoísta y son millones y millones los chinos que todos los años van del mundo empobrecido y rural a las grandes ciudades industriales; el gobierno chino ve con buenos ojos la emigración al extranjero de los chinos, muchos de ellos volverán a China ricos y con dinero para invertir, exactamente tal y como está sucediendo ahora.
Se ha ido un hombre esencial, luz del mundo y de sus dirigentes, ruego por él y porque la Iglesia logre encontrar a otro Papa que sea capaz de proseguir el camino de la paz y unión entre los pueblos que inició el fallecido Juan Pablo II. No tengo pena por él, ahora realmente es cuando ha nacido a la verdadera vida. Que ruegue por nosotros, humildes foreros.