He estado cuatro veces en Cuba desde 1993. El verano pasado estuve allí
durante diez semanas, y mis actividades incluyeron entrevistas en
profundidad con profesores de universidad y líderes de los Consejos
Populares acerca del proceso político cubano. Además, hablé con muchas
personas diferentes a las que conocí de manera informal, a veces por
mediación de familias con las que estaba relacionado, y otras veces con la
gente que conocía cuando viajaba solo a La Habana. No me considero un
experto en Cuba. Yo me describiría como alguien que está bien informado
sobre los movimientos nacionales de liberación del Tercer Mundo, y que se
encuentra ahora en proceso de estudio del caso cubano. Mi impresión general
es que el gobierno revolucionario disfruta de un alto grado de legitimidad
entre el pueblo. De vez en cuando, encontré por casualidad a alguien que
estaba enajenado del sistema. En esos casos la desafección no tenía su
origen en el sistema político, sino en las dificultades económicas surgidas
durante el "período especial". La gran mayoría parecía apoyar el sistema y
estaba muy bien informada sobre las estructuras de la economía mundial y los
desafíos que Cuba debía afrontar. Muchos defendían el sistema con gran
entusiasmo y una fuerte convicción. Yo no había esperado nada de eso antes
de mi primer viaje, recordando mi visita a Tanzania en 1982, una época en
que muchos consideraban ya al "socialismo ujamaa" como un sueño desvanecido,
al menos según mis impresiones durante mi breve visita. Pero, para mi
sorpresa, encontré un gran apoyo al proyecto revolucionario entre la gente
de Cuba. No pude por menos que contrastar esta realidad con la de los
Estados Unidos, donde existe un extendido cinismo respecto a las
instituciones políticas y de otros tipos.
El sistema político cubano está basado en el fundamento de las
elecciones municipales. Cada vecindario urbano y cada pueblo y área rural
están organizados en una "circunscripción", compuesta generalmente por
1000-1500 votantes. La circunscripción se reúne con regularidad para
discutir los problemas del pueblo o del vecindario. Cada tres años, la
circunscripción convoca elecciones, en las que compiten de dos a ocho
candidatos. Los candidatos no son nominados por el Partido Comunista ni por
ninguna otra organización. Las nominaciones son hechas por cualquiera que
asista a las reuniones, que generalmente tienen una tasa de participación
del 85 al 95 %. Las personas nominadas pueden ser candidatas al gobierno sin
necesidad de estar afiliadas al partido. Los candidatos no realizan campañas
electorales propiamente dichas. Una biografía de una página de todos los
candidatos se distribuye ampliamente en el vecindario. Los candidatos
generalmente son conocidos por los votantes, ya que la circunscripción no es
habitualmente superior a los 1500 votantes. Si ningún candidato recibe el 50
% de los votos, se celebra una segunda vuelta. Los elegidos actúan como
delegados en los Consejos Populares, que son estructuras intermedias entre
la circunscripción y la Asamblea Municipal. Los elegidos también actúan
simultáneamente como delegados en la Asamblea Municipal. Los delegados
trabajan en los Consejos Populares y en las Asambleas Municipales de manera
voluntaria, sin recibir más pago que el correspondiente al empleo regular
que tenían antes.
Las Asambleas Municipales eligen a los presidentes del Municipio, que
supervisan varios ministerios, como los de salud y educación, dentro del
Municipio. Las Asambleas Municipales también eligen una comisión electoral,
que desarrolla una lista de candidatos a la Asamblea Provincial para su
ratificación por los votantes de la provincia. Las Asambleas Provinciales
tienen responsabilidades en la Provincia que son semejantes a las de la
Asamblea Municipal en el Municipio, incluyendo la elección de una comisión
electoral que elabora una lista de candidatos a la Asamblea Nacional para su
ratificación por los votantes de la nación. La Asamblea Nacional es el poder
legislativo, y como tal elabora las leyes. También elige al Presidente del
Consejo de Estado, que a su vez nombra a un gabinete y forma un gobierno. El
Presidente del Consejo de Estado es actualmente Fidel Castro, una posición
para la que ha sido reelegido desde 1975, creo, cuando fue aprobada la
Constitución.
El papel del Partido Comunista en el proceso político es muy diferente
de lo que yo había pensado antes. El Partido Comunista Cubano no es un
partido electoral. No propone ni apoya a los candidatos al gobierno. Tampoco
hace leyes ni elige al jefe del estado. Estos papeles son desempeñados por
la Asamblea Nacional, que es elegida por el pueblo, y para la cual no se
requiere la afiliación al Partido Comunista. La mayor parte de los miembros
de las asambleas nacionales, provinciales y municipales son miembros del
Partido Comunista, pero muchos no lo son, y los delegados y diputados que
son miembros del partido no son seleccionados por el partido, sino por el
pueblo a través del proceso electoral. El partido no está abierto a
cualquiera que desee entrar. Aproximadamente el quince por ciento de los
adultos son miembros del partido. Los miembros son seleccionados por el
partido en un cuidadoso proceso que incluye entrevistas con compañeros de
trabajo y vecinos. Los seleccionados son considerados ciudadanos ejemplares.
Son seleccionados porque son vistos como partidarios fuertes de la
revolución; como trabajadores duros y productivos; como gente que es
apreciada y respetada por sus compañeros de trabajo y sus vecinos; como
gente que ha desempeñado puestos de mando en varias organizaciones de masas
de mujeres, estudiantes, trabajadores y agricultores; como gente que se toma
en serio sus responsabilidades como esposos/as y miembros y padres de
familia ; y como gente que lleva vidas "morales", evitando el consumo
excesivo de alcohol y las relaciones extramaritales que son consideradas
escandalosas. El partido es visto como la vanguardia de la revolución. Da
recomendaciones acerca del futuro desarrollo de la revolución, y critica las
tendencias que considera contrarrevolucionarias. Tiene una enorme influencia
en Cuba, pero su autoridad es moral y no legal. El partido no hace leyes ni
elige al presidente. Estas tareas son realizadas por la Asamblea nacional,
que es elegida por el pueblo.
Antes de viajar a Cuba, yo había oído que el Partido Comunista cubano
es el único partido político y que, en las elecciones nacionales, a los
votantes simplemente se les presenta una lista de candidatos, en vez de dos
o más candidatos y/o partidos políticos a elegir. Estas dos observaciones
son correctas. Pero tomadas de manera descontextualizada dan una impresión
muy engañosa. Implican que el Partido Comunista Cubano elabora la lista, lo
que de hecho no hace. Ya que los fabricantes de la lista son nombrados por
los que son elegidos, la ratificación de la lista por los votantes es
simplemente el paso final de un proceso que comienza con los votantes. La
razón que se da para utilizar una lista en esta fase, en vez de presentar
distintas opciones de candidatos, es que la elaboración de la lista asegura
que todos los sectores sociales (mujeres, trabajadores, agricultores,
estudiantes, representantes de importantes agencias de servicios sociales de
la jurisdicción, etc.) estén representados.
Como antes indiqué, los cubanos tienden a defender con entusiasmo su
sistema. Señalan que los miembros elegidos para las asambleas no son
políticos profesionales que deben confiar en la recaudación de fondos para
ser elegidos, como ocurre en los Estados Unidos. Además, lo anterior evita
el conflicto excesivo entre los partidos políticos, que se produce a
expensas del bien común. Como ha observado mi buen amigo el Profesor Guzmán,
"éste es un sistema que evita los absurdos y las distorsiones de la
democracia burguesa". Y la inmensa mayoría de los cubanos parecen creer en
él. Pienso que tiene sentido. También pienso que el sistema político de los
Estados Unidos está experimentando una profunda crisis de legitimación, por
lo que no me inclino a recomendárselo a los cubanos. Me parece que los
cubanos han desarrollado un sistema cuidadosamente diseñado para asegurar
que los individuos ricos no tengan mayor voz que los individuos de la clase
obrera, y por tanto es un sistema más avanzado que el de los EEUU en cuanto
a la protección de los derechos políticos de los ciudadanos.
Aunque yo no haya tenido aún la experiencia, supongo que sería posible
encontrar a un cubano que se sienta alienado y que pueda decir que "el
Partido Comunista lo controla todo". Esto es cierto en buena medida, porque
una mayoría de los elegidos son miembros del Partido Comunista, y cuanto más
alto se sube más probablemente sea así. Sin embargo, la selección del mando
está basada en las elecciones municipales. El Partido Comunista ocupa una
posición de autoridad en las instituciones políticas porque la gente lo
apoya. Nuestra hipotética persona alienada expresa en realidad su
frustración por el hecho del amplio apoyo popular al Partido Comunista. El
mecanismo para destituir a los miembros del Partido Comunista de los puestos
de autoridad en el gobierno funciona de manera impecable, y su único
fundamento es la voluntad y el sentimiento popular.
Resulta irónico que, mientras muchos occidentales asumen que Cuba es
menos protectora de los derechos políticos que los países capitalistas, de
hecho los cubanos están desarrollando un sistema deliberadamente diseñado
para asegurar que el derecho de la gente a votar no sea manipulado en un
proceso controlado por los ricos, y por lo tanto es un sistema más protector
de los derechos políticos que el occidental. Muchos occidentales aceptan la
misma clase de falsa presuposición respecto al asunto de la libertad de la
prensa. Veamos el caso de los periódicos. Muchos occidentales piensan que el
Estado cubano controla los periódicos. De hecho, el Estado prohíbe la
propiedad privada de los periódicos. Los diversos periódicos son manejados
por distintas organizaciones: el Partido Comunista, las federaciones de
asociaciones de trabajadores, la federación de asociaciones de agricultores,
la federación de asociaciones de estudiantes, etc. En los Estados Unidos,
los periódicos son poseídos por grandes corporaciones privadas. En Cuba,
sin embargo, no se permite que los que tienen recursos financieros para
hacerlo creen su propio periódico. Ésta es una restricción al derecho de
propiedad, una restricción impuesta por el bien común, en particular para
asegurar que la gente tenga voz y que los ricos no tengan una voz
desproporcionada para su número. Prohibiendo la propiedad privada de los
periódicos, el sistema asegura que los diversos periódicos estén controlados
por las distintas organizaciones de masas. Así pues, el sistema cubano lleva
el principio de la libertad de prensa a un nivel mucho más avanzado de que
lo que ocurre bajo el capitalismo, asegurándose de que todos los ciudadanos
ejercen este derecho por igual, y evitando una situación en la que los ricos
ejercen la libertad de prensa, pero los trabajadores la poseen sólo como un
derecho abstracto.
Así pues, el proyecto revolucionario cubano tiene muchos beneficios, no
sólo en el área de los derechos sociales y económicos, sino también en el
área de los derechos civiles y políticos. A causa de estos logros, el
sistema disfruta de un amplio apoyo popular, a pesar de las dificultades
causadas por la oposición estadounidense y por el derrumbe de la Unión
Soviética. Analizando las instituciones que los cubanos han estado
desarrollando durante los últimos cuarenta años, podemos decir que responden
a los desafíos presentes y sobreviven en un mundo de postguerra fría. La
fuerza y la vitalidad de estas instituciones son dignas de nuestra
investigación, ya que Cuba representa un caso importantísimo para que
podamos entender cómo los estados periféricos y semiperiféricos pueden
superar la herencia del subdesarrollo.
Para aquellos de nosotros que estamos situados a la izquierda, los
grandes logros de Cuba representan la plena culminación de nuestras
esperanzas. El proyecto revolucionario cubano merece nuestro apoyo activo y
comprometido.
Charles McKelvey - Traducido al español por N_Yezhov
Publicado en Global Times, julio/agosto de 1998
http://www.quaylargo.com/Productions/McCelvey.html