Bonita experiencia Cannabica

Saludos compadres ! y buenos humos :fumador2: , vereis, la experiencia que os voy a contar puede parecer una tonteria, un simple detalle sin importancia; pero yo creo que este tipo de detalles son los que dan unas pinceladas de color a la vida .

Vereis, no hace mucho en una de las visitas que solia hacer con mis colegas a nuestro "bosquecillo" de exterior nos ocurrio un detalle muy bonito, por lo menos a nosotros nos parecio asi, tal vez vosotros no le deis la menor importancia ... :wink:

Estabamos podando unas plantas, que tenian un buen tamaño (aprox 2'5-3 m) cuando uno de mis colegas se dio cuenta de que en una de las ramas bajas de una sensi skunk habia un petirrojo pequeñisimo (un pajaro) que ni se movia de donde se encontraba ... Mi colega estaba flipando . Mi otro compadre y yo ni nos habiamos enterado del asunto , asi que llamo nuestra atencion intentando hacer el menor ruido y nos acercamos . El pajarillo seguia alli, inmovil, como si estuviera observandonos .
Nos quedamos un buen rato mirandolo y sonriendo en silencio. Se fue .... y nosotros eramos un poco mas felices que antes gracias a el.



PD: A vuestra Salud seguire hicandome este porro de rhino :fumador2:
 

zarbel

Cogollito
25 Agosto 2004
4.609
16
43
38
Près de la France
www.erowid.org
Rastafar: Asistísteis a la representación de un bello actor, uno de tántos que nos pone en la escena el Creador; nosotros mismos somos parte de la representación, actores para otros espectadores, espectadores de otras representaciones. En el Monasterio de Leyre, en Navarra, cerca de mi casa, hay un camino y una fuente: la de San Virila.
San Virila era un monje que salió del monasterio a pasear por el camino, hacia la fuente. Al llegar, observó a un pajarillo que cantaba y se quedó escuchando su canto. De regreso al monasterio, le abrió la puerta un monje al que no conocía de nada, ni éste a aquél, así que pidió llamar al abad. Cuando llegó el abad, no era el abad del monasterio que él había dejado atrás esa mañana, y no le conocía, ni éste al monje; llegaron otros monjes y ninguno era conocido, sin embargo el monasterio era el mismo.
No tardaron mucho en saber lo que había ocurrido: el monje Virila había estado trescientos años escuchando el canto del pajarillo.
 
-