Articulo de el Peridocio de Catalunya de Hoy.
Cientos de plantas de marihuana asoman en los balcones de BCN
El auge de tiendas especializadas y el verano sin calor multiplican las cosechas domésticas
Las plantas de exterior fueron sembradas en mayo y las hojas se recogerán el próximo mes
Barcelona no es Jamaica, pero cada vez más balcones y terrazas atesoran un culto a la marihuana que se traduce en flamantes plantas a punto para la recolecta. El extraño clima que ha acompañado al verano, menos caluroso de lo habitual, ha mejorado los resultados y ha adelantado una cosecha que comienza estos días y se prolongará a lo largo del próximo mes.
El singular paisaje que se divisa desde muchos terrados y en el caso de los más atrevidos, desde la calle, obedece a un auge de la cultura del cannabis, que no tiene edad. Así, mientras otras drogas son conocidas por sus efectos tóxicos, la marihuana está asociada también a usos terapéuticos y es legal en algunos países. Las revistas especializadas centradas en su cultivo y propiedades, así como la aparición de tiendas de cultivo o grow shops --totalmente legales puesto que venden semillas que no contienen todavía la sustancia no permitida en España (THC)-- han potenciado el consumo a través del cultivo doméstico.
CIUDAD TOLERANTE Adel, al mando de la tienda Bio-Tecnic, especialistas en semillas, fertilizantes, medios de riego y demás mecanismos relacionados con el tema, confirma un creciente interés por parte del cultivo casero. "La gente cada vez está mejor informada", asegura en su negocio, que se limita a artilugios, libros y elementos de "jardinería" relacionados con el cannabis.
"Barcelona es una ciudad abierta, tolerante", comenta un fumador habitual de maría que asegura no haber tenido ningún problema jamás con el vecindario. "No molesta a nadie y la cantidad es claramente para consumo propio", por ello, y aunque el cultivo de la planta hembra, que después se fuma, es ilegal, "los jueces no suelen autorizar un registro por cuatro macetas", zanja.
CAMUFLAJE Y las macetas son visibles estos días en cualquier distrito, muchas veces camufladas entre ficus y otras plantas ornamentales. "El mal tiempo de este verano ha hecho que suelten más resinas y sean mejores", cuenta un horticultor del Eixample, que ha logrado plantas hembras en 15 de los 36 intentos de este año. En otro grow shop de una cadena nacional, cuyo vendedor prefiere permanecer en el anonimato dado que ofertan otros productos todavía confusamente regulados (esporas de hongos, vitaminas inteligentes y demás), certifican una especial afición en Barcelona, "más conectada con Amsterdam --donde es legal-- y otras corrientes europeas".
Tambien hay un par de fotos
Cientos de plantas de marihuana asoman en los balcones de BCN
El auge de tiendas especializadas y el verano sin calor multiplican las cosechas domésticas
Las plantas de exterior fueron sembradas en mayo y las hojas se recogerán el próximo mes
Barcelona no es Jamaica, pero cada vez más balcones y terrazas atesoran un culto a la marihuana que se traduce en flamantes plantas a punto para la recolecta. El extraño clima que ha acompañado al verano, menos caluroso de lo habitual, ha mejorado los resultados y ha adelantado una cosecha que comienza estos días y se prolongará a lo largo del próximo mes.
El singular paisaje que se divisa desde muchos terrados y en el caso de los más atrevidos, desde la calle, obedece a un auge de la cultura del cannabis, que no tiene edad. Así, mientras otras drogas son conocidas por sus efectos tóxicos, la marihuana está asociada también a usos terapéuticos y es legal en algunos países. Las revistas especializadas centradas en su cultivo y propiedades, así como la aparición de tiendas de cultivo o grow shops --totalmente legales puesto que venden semillas que no contienen todavía la sustancia no permitida en España (THC)-- han potenciado el consumo a través del cultivo doméstico.
CIUDAD TOLERANTE Adel, al mando de la tienda Bio-Tecnic, especialistas en semillas, fertilizantes, medios de riego y demás mecanismos relacionados con el tema, confirma un creciente interés por parte del cultivo casero. "La gente cada vez está mejor informada", asegura en su negocio, que se limita a artilugios, libros y elementos de "jardinería" relacionados con el cannabis.
"Barcelona es una ciudad abierta, tolerante", comenta un fumador habitual de maría que asegura no haber tenido ningún problema jamás con el vecindario. "No molesta a nadie y la cantidad es claramente para consumo propio", por ello, y aunque el cultivo de la planta hembra, que después se fuma, es ilegal, "los jueces no suelen autorizar un registro por cuatro macetas", zanja.
CAMUFLAJE Y las macetas son visibles estos días en cualquier distrito, muchas veces camufladas entre ficus y otras plantas ornamentales. "El mal tiempo de este verano ha hecho que suelten más resinas y sean mejores", cuenta un horticultor del Eixample, que ha logrado plantas hembras en 15 de los 36 intentos de este año. En otro grow shop de una cadena nacional, cuyo vendedor prefiere permanecer en el anonimato dado que ofertan otros productos todavía confusamente regulados (esporas de hongos, vitaminas inteligentes y demás), certifican una especial afición en Barcelona, "más conectada con Amsterdam --donde es legal-- y otras corrientes europeas".
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