Te diré mi sensación: Subes corriendo una colina, y al llear a la cima tienes un hacha con la que hacer astillas de un tronco, que tienes luego que hacer una pila y echártelo a las espaldas, y luego bajarlo y se está haciendo de noche, y llegas sudorosa y agotada. Bien, el opio es como cuando después de toda esa faena, te sientas en un sillón muy cómodo y te quitan las botas y te ponen pantuflas y un chocolate caliente y te dicen "te quiero, bombón", pero prolongao durante las suficientes horas como para que hasta le cojas tirria a eso.
Independientemente de tu voluntad, estás en paz contigo misma, todo tiene justificación, sientes un fuerte cosquiyeo que no llega a ser picor y que cuando frotas se va dejando una sensación placentera, y repetitiva, si te pones mucho puedes dejar la nariz pelada.
No sientes los elementos en exceso, el frío extremo es agradable y el calor agobiante placentero, aunque tu cuerpo sufra las consecuencias, tu cerebro no te alerta.
Al ser un veneno, tu cuerpo tiende a rechazarlo de la mejor manera que sabe, vomitando y deshidratándose a velocidades paranormales, con lo que la ingesta de agua y la vomitona casi inmediata pueden, no siempre y depende del metabolismo y la cantidad ingerida, repetirse, haciendo de tan escatológica reacción algo siniestramente placentero y provocando una lavativa de facto, ya que en farmacopea se utilizaba principalmente como diurético. Fueron los árabes, creo, quienes la usaban como anestésico.
Tras las primeras tomas, los efectos remiten y el metabolismo se habitúa con celeridad insospechada, la práctica totalidad de los adictos pasa por un periodo de negación similar al del alcohol, genéticamente una predisposición idéntica, pero esto es solo a mi juicio y no tengo más base que la observación repetida durante los felices 80's. Pero por otro lado, quienes lo estudian, no tienen esa perspectiva, por eso la doy por válida. Opiniong
Es muy pesada la primera vez y muy peligrosa la segunda. Y en realidad, Azumi, no te pierdes nada por no probarlo. De hecho, haz lo de subir a la colina y cortar la leña o similar, ga-ran-ti-za-do que es idéntico. Salut.