Desde mi punto de vista la planta cannabis es una "vía" un "camino" más que una simple planta, no es para mí un fin en sí
misma sino una puerta que permite acceder de una manera "moderada" a una dimensión de pensamiento diferente.
Al ser únicamente un medio y no un fin queda libre la posibilidad de que no sea la única planta o sustancia que puede permitirnos entrar a ese estado, los hongos por ejemplo son un medio más fuerte (uno que no se anda con medias tintas), me gusta pensar que la cannabis es un simulador de vuelo, te permite experimentar lo que se siente estar del otro lado de esa puerta pero te mantiene relativamente seguro, a diferencia de los hongos que es como subirte en un verdadero avión y salir a enfrentarte contra ese otro mundo, sin embargo, no deja de ser una ayuda que nos brinda la naturaleza para ir evolucionando nuestra conciencia y llegar a un punto en el que nosotros mismos somos capaces de lograr otros estados y de soportar estar en esos estados(lo cual no es cosa fácil). Ser consciente de esa "otra realidad" tiene una implicación muy fuerte para nuestra conciencia y más precisamente para nuestro ego, del otro lado de la puerta nuestro ego no existe, ni tampoco los egos de nuestra familia ni de nuestros amigos, sólo existe el "Todo" y es esto lo que para mucha gente significa un tremendo RETO.
¿Cómo se supera? Es muy sencillo en teoría, se supera con la simple aceptación, con la aceptación de la muerte se pierde el miedo a la muerte y a cambio obtenemos una gran felicidad y armonía que no tienen límites. Lo ideal sería llegar a ese estado de dicha por nuestra propia cuenta (y finalmente es la única forma de llegar), sin embargo, podemos ayudarnos de las plantas para utilizarlas a modo de "ruedas entrenadoras para la bicicleta".
Podemos darnos cuenta al leer la gran mayoría de personas que nos cuentas sus "malos viajes" con la cannabis u otras plantas que no es otra cosa más que el verse cara a cara con la muerte y la dificultad de enfrentarla que son invadidos por un gran pánico. El pánico es el eje rector de estos "malos viajes", pero en realidad se puede revalorizar estas experiencias y verlas no como algo malo sino como un reto, una oportunidad que nos da la vida de enfrentar la muerte con un gran realismo y conquistar por ende la autentica felicidad.Sólo hasta que somos realmente conscientes que podemos ganar algo mucho mayor a lo que podemos perder es que podemos alcanzar ese estado.
A continuación quiero contarles una experiencia que he tenido, lo que a mí me gusta llamar una experiencia de aprendizaje, sin embargo para que quienes estén interesados en leer esta experiencia me es imprescindible establecer los
antecedentes, los factores que rodean esta experiencia.
Mi experiencia con el cannabis había comenzado hace ya más de tres años antes de lo que voy a relatar y fue hasta entonces algo muy placentero. Trate siempre de mantener un consumo esporádico y serio.
Desde mi comienzo en el uso de cannabis (a los 23 años) no había tenido ninguna mala experiencia y sólo algún que otro
momento incomodo que no pasaba de "Sentir frio". A continuación el relato:
Me encontraba en el departamento que por entonces rentábamos mi novia y yo, era ya de noche y tenía planeado fumar después de tomar un baño de agua helada (lo cual me llena de fuerza). Durante el baño me mantuve debajo del agua y traté de relajarme hasta no sentir ninguna sensación de frio, habrán pasado unos 20 o 25 minutos cuando decidí salir.
En cuanto salí me sentí muy bien, lleno de fuerza física y de una gran calma espiritual (o calma mental), sentía que toda mi sangre fluía como debía ser y mi cerebro lo sentía más despierto que nunca.
Después de charlar por un rato con mi novia le comenté que iría al otro cuarto a fumar y a reflexionar. Estando ahí me
dispuse a encender el cigarro de cannabis y comencé rápidamente a sentir sus efectos.
Las primeras sensaciones fueron de tranquilidad, de relajamiento y mi mente fue poco a poco acercandose a un estado en el
que analizaba mi vida sin ningún tipo de apego a ella, habrían pasado unos 20 minutos cuando sentí un gran shock. El shock llegó a mí en forma de un pensamiento y sensación de peligro. Hasta ese momento yo había pensado muchas veces en mi propia muerte y la muerte de mi ego, era algo que tenía más aceptado que la mayoría de la gente... sin embargo, la prueba que estaba apunto de experimentar llegó por un flanco que tenía desprotegido. No fue el peligro a mi propia muerte lo que me llevó a comenzar la prueba con franca desventaja, fue el miedo a la muerte de mis seres queridos lo que me llevó a sumergirme en un pánico que me invadió todo mi ser.
Tan pronto como esa idea de peligro se apoderó de mí comencé a sentir como mi calor físico se extinguía, era como si mi
cuerpo hubiera muerto y dejara de emitir calor, como si pudiera experimentar aquel "frío de muerte" que experimenta un
cadáver. El miedo y el dolor que me provocaba ese frío fue brutal, me hizo desenfocar mi conciencia y sentirme totalmente
desnudo ante el infierno... un infierno helado.
Me levante con una gran urgencia de llegar junto a mi novia, entré a nuestro cuarto y traté de aparentar un simple frío, le pedí que simplemente me abrazara y pusiera sobre mí todas las frazadas que fueran posibles, así lo hizo rápidamente pero no creyó en mi actuación y notó que algo no estaba bien, me preguntó qué pasaba, yo le dije "no sé", "Sólo tengo mucho frío". Las frazadas no lograban extinguir el frío, ellas solo logran retener el calor que genera nuestro propio cuerpo, pero en el mio no había calor alguno, mi novia noto que mi piel estaba helada y que las frazadas no ayudaban así que me abrazó con todo su cuerpo. El calor humano era el único alivio, sentía la piel de ella como si estuviera hirviendo pero solo lograba menguar mi dolor donde se tocaban nuestras pieles. El tipo de miedo que sentía era peculiar, sentía que su vida estaba en peligro, que alguien entraría al apartamento a robarnos y que por alguna razón esa persona controlaba nuestro destino, sentía que estaba atrapado en las fauces del mismísimo demonio (no el demonio cristiano sino el simple "mal").
Para entonces un nuevo miedo surgió, quizás no tenía miedo a morir (al menos no tanto) pero me invadió el miedo a enloquecer, a quedarme en ese estado por el resto de mi vida. La labor que desempeñó mi novia fue de gran importancia, ella me tranquilizó y me cuidó con mucho amor y me hizo sentir mejor, sin embargo mi terror era tan real y basado en argumentos tan creíbles que "casi" logro convencerla de que todo eso en realidad podía ocurrir.
Así pase el resto de la madrugada, el pánico se transformó en simple miedo, el frío de muerte se transformó poco a poco en un simple frío, y con el primer rayo de luz del amanecer nació en mí una nueva esperanza, la de que quizá, a fin de cuentas, había una posibilidad de que todo estaría bien. Todo se fue aclarando y mejorando conforme comenzaba a aceptar ese estado, es la gran paradoja que nos rodea, cuando queremos algo, nos llega lo contrario y solo nos llega lo que queríamos cuando aceptamos tener eso contrario que se nos dio en primer lugar. Fue así que conforme lograba aceptar que no debía darme miedo el hecho de enloquecer sumado al hecho de que yo o cualquier persona amada pudiera morir llegaba a un estado de calma y aceptación que desaparecía el terror, de igual forma que la luz disipa la oscuridad.
Posterior a esta experiencia siento que he ganado mucho, siento que me ha enseñado mucho y me siento agradecido de haberla vivido, no tengo más miedo, aunque estoy consciente de que aun me falta mucho por aprender y mucho camino por recorrer. Después de aproximadamente 4 meses he vuelto a utilizar cannabis y he disfrutado bastante, porque estoy seguro que la cannabis es un medio y no un fin, y por lo tanto no es ella la que causa un buen o un "mal" viaje, somos nosotros los que decidimos a que puerto dirigirnos en este gran navío que es el cannabis. No es a ella a quien debemos temer sino lo que hay en nuestro interior, a lo que nos aferramos y lo que no aceptamos.
Solo me resta agradecer a quien se ha dado el tiempo de leer este mensaje y lo invito a no rendirse en el camino del autoconocimiento pues es el camino de la verdad y la felicidad. Les deseo a ustedes y a todos lo mejor.
Saludos.
misma sino una puerta que permite acceder de una manera "moderada" a una dimensión de pensamiento diferente.
Al ser únicamente un medio y no un fin queda libre la posibilidad de que no sea la única planta o sustancia que puede permitirnos entrar a ese estado, los hongos por ejemplo son un medio más fuerte (uno que no se anda con medias tintas), me gusta pensar que la cannabis es un simulador de vuelo, te permite experimentar lo que se siente estar del otro lado de esa puerta pero te mantiene relativamente seguro, a diferencia de los hongos que es como subirte en un verdadero avión y salir a enfrentarte contra ese otro mundo, sin embargo, no deja de ser una ayuda que nos brinda la naturaleza para ir evolucionando nuestra conciencia y llegar a un punto en el que nosotros mismos somos capaces de lograr otros estados y de soportar estar en esos estados(lo cual no es cosa fácil). Ser consciente de esa "otra realidad" tiene una implicación muy fuerte para nuestra conciencia y más precisamente para nuestro ego, del otro lado de la puerta nuestro ego no existe, ni tampoco los egos de nuestra familia ni de nuestros amigos, sólo existe el "Todo" y es esto lo que para mucha gente significa un tremendo RETO.
¿Cómo se supera? Es muy sencillo en teoría, se supera con la simple aceptación, con la aceptación de la muerte se pierde el miedo a la muerte y a cambio obtenemos una gran felicidad y armonía que no tienen límites. Lo ideal sería llegar a ese estado de dicha por nuestra propia cuenta (y finalmente es la única forma de llegar), sin embargo, podemos ayudarnos de las plantas para utilizarlas a modo de "ruedas entrenadoras para la bicicleta".
Podemos darnos cuenta al leer la gran mayoría de personas que nos cuentas sus "malos viajes" con la cannabis u otras plantas que no es otra cosa más que el verse cara a cara con la muerte y la dificultad de enfrentarla que son invadidos por un gran pánico. El pánico es el eje rector de estos "malos viajes", pero en realidad se puede revalorizar estas experiencias y verlas no como algo malo sino como un reto, una oportunidad que nos da la vida de enfrentar la muerte con un gran realismo y conquistar por ende la autentica felicidad.Sólo hasta que somos realmente conscientes que podemos ganar algo mucho mayor a lo que podemos perder es que podemos alcanzar ese estado.
A continuación quiero contarles una experiencia que he tenido, lo que a mí me gusta llamar una experiencia de aprendizaje, sin embargo para que quienes estén interesados en leer esta experiencia me es imprescindible establecer los
antecedentes, los factores que rodean esta experiencia.
Mi experiencia con el cannabis había comenzado hace ya más de tres años antes de lo que voy a relatar y fue hasta entonces algo muy placentero. Trate siempre de mantener un consumo esporádico y serio.
Desde mi comienzo en el uso de cannabis (a los 23 años) no había tenido ninguna mala experiencia y sólo algún que otro
momento incomodo que no pasaba de "Sentir frio". A continuación el relato:
Me encontraba en el departamento que por entonces rentábamos mi novia y yo, era ya de noche y tenía planeado fumar después de tomar un baño de agua helada (lo cual me llena de fuerza). Durante el baño me mantuve debajo del agua y traté de relajarme hasta no sentir ninguna sensación de frio, habrán pasado unos 20 o 25 minutos cuando decidí salir.
En cuanto salí me sentí muy bien, lleno de fuerza física y de una gran calma espiritual (o calma mental), sentía que toda mi sangre fluía como debía ser y mi cerebro lo sentía más despierto que nunca.
Después de charlar por un rato con mi novia le comenté que iría al otro cuarto a fumar y a reflexionar. Estando ahí me
dispuse a encender el cigarro de cannabis y comencé rápidamente a sentir sus efectos.
Las primeras sensaciones fueron de tranquilidad, de relajamiento y mi mente fue poco a poco acercandose a un estado en el
que analizaba mi vida sin ningún tipo de apego a ella, habrían pasado unos 20 minutos cuando sentí un gran shock. El shock llegó a mí en forma de un pensamiento y sensación de peligro. Hasta ese momento yo había pensado muchas veces en mi propia muerte y la muerte de mi ego, era algo que tenía más aceptado que la mayoría de la gente... sin embargo, la prueba que estaba apunto de experimentar llegó por un flanco que tenía desprotegido. No fue el peligro a mi propia muerte lo que me llevó a comenzar la prueba con franca desventaja, fue el miedo a la muerte de mis seres queridos lo que me llevó a sumergirme en un pánico que me invadió todo mi ser.
Tan pronto como esa idea de peligro se apoderó de mí comencé a sentir como mi calor físico se extinguía, era como si mi
cuerpo hubiera muerto y dejara de emitir calor, como si pudiera experimentar aquel "frío de muerte" que experimenta un
cadáver. El miedo y el dolor que me provocaba ese frío fue brutal, me hizo desenfocar mi conciencia y sentirme totalmente
desnudo ante el infierno... un infierno helado.
Me levante con una gran urgencia de llegar junto a mi novia, entré a nuestro cuarto y traté de aparentar un simple frío, le pedí que simplemente me abrazara y pusiera sobre mí todas las frazadas que fueran posibles, así lo hizo rápidamente pero no creyó en mi actuación y notó que algo no estaba bien, me preguntó qué pasaba, yo le dije "no sé", "Sólo tengo mucho frío". Las frazadas no lograban extinguir el frío, ellas solo logran retener el calor que genera nuestro propio cuerpo, pero en el mio no había calor alguno, mi novia noto que mi piel estaba helada y que las frazadas no ayudaban así que me abrazó con todo su cuerpo. El calor humano era el único alivio, sentía la piel de ella como si estuviera hirviendo pero solo lograba menguar mi dolor donde se tocaban nuestras pieles. El tipo de miedo que sentía era peculiar, sentía que su vida estaba en peligro, que alguien entraría al apartamento a robarnos y que por alguna razón esa persona controlaba nuestro destino, sentía que estaba atrapado en las fauces del mismísimo demonio (no el demonio cristiano sino el simple "mal").
Para entonces un nuevo miedo surgió, quizás no tenía miedo a morir (al menos no tanto) pero me invadió el miedo a enloquecer, a quedarme en ese estado por el resto de mi vida. La labor que desempeñó mi novia fue de gran importancia, ella me tranquilizó y me cuidó con mucho amor y me hizo sentir mejor, sin embargo mi terror era tan real y basado en argumentos tan creíbles que "casi" logro convencerla de que todo eso en realidad podía ocurrir.
Así pase el resto de la madrugada, el pánico se transformó en simple miedo, el frío de muerte se transformó poco a poco en un simple frío, y con el primer rayo de luz del amanecer nació en mí una nueva esperanza, la de que quizá, a fin de cuentas, había una posibilidad de que todo estaría bien. Todo se fue aclarando y mejorando conforme comenzaba a aceptar ese estado, es la gran paradoja que nos rodea, cuando queremos algo, nos llega lo contrario y solo nos llega lo que queríamos cuando aceptamos tener eso contrario que se nos dio en primer lugar. Fue así que conforme lograba aceptar que no debía darme miedo el hecho de enloquecer sumado al hecho de que yo o cualquier persona amada pudiera morir llegaba a un estado de calma y aceptación que desaparecía el terror, de igual forma que la luz disipa la oscuridad.
Posterior a esta experiencia siento que he ganado mucho, siento que me ha enseñado mucho y me siento agradecido de haberla vivido, no tengo más miedo, aunque estoy consciente de que aun me falta mucho por aprender y mucho camino por recorrer. Después de aproximadamente 4 meses he vuelto a utilizar cannabis y he disfrutado bastante, porque estoy seguro que la cannabis es un medio y no un fin, y por lo tanto no es ella la que causa un buen o un "mal" viaje, somos nosotros los que decidimos a que puerto dirigirnos en este gran navío que es el cannabis. No es a ella a quien debemos temer sino lo que hay en nuestro interior, a lo que nos aferramos y lo que no aceptamos.
Solo me resta agradecer a quien se ha dado el tiempo de leer este mensaje y lo invito a no rendirse en el camino del autoconocimiento pues es el camino de la verdad y la felicidad. Les deseo a ustedes y a todos lo mejor.
Saludos.