copio y pego:
1. Etapa Vegetativa - luz "azul" para unas hojas sanas (rango: 400-500nm; ideal: 460nm).
Durante la etapa vegetativa se recomienda concentrar la luz en las hojas tanto como sea posible, y asegurarse de que las plantas sean compactas, que no se estiren demasiado, y que desarrollen tallos fuertes. Para lograr estos objetivos, los cultivadores de interior suelen usar durante las primeras semanas lámparas de halogenuros metálicos, tubos fluorescentes o bombillas de bajo consumo (CFL), y luces T5/T8 de banda azul. Cuando el cannabis crece de forma silvestre, el ángulo del sol en primavera deja pasar más ondas "azules" a la atmósfera, una señal para que las plantas de cannabis desarrollen hojas grandes, fuertes y sanas.
2. Período de Floración - luz "roja" para unos cogollos enormes (rango: 620-780nm; ideal: 660nm).
Cuando las plantas de cannabis comienzan su período de floración, se pueden obtener mayores rendimientos exponiéndolas a un espectro lumínico con montones de ondas "rojas", que estimulan el desarrollo de los cogollos. La tasa de fotosíntesis llega a su punto álgido cuando se somete a las plantas a unas longitudes de onda "rojas" de 660nm, aunque un descubrimiento de la NASA indica que las ondas "verdes", que no están muy relacionadas con la fotosíntesis, también pueden tener un efecto en cómo crecen las plantas. Ver una planta de cannabis como una simple fábrica de fotosíntesis es, por consiguiente, un poco apresurado. Pero por el momento, la mejor forma de imitar el ángulo del sol de finales de verano/comienzos de otoño, es elegir una luz con un alto grado de "rojo" en su espectro.