Pues por aquí ya ha empezado a helar. Esta madrugada la temperatura rondaba los cero grados, y hoy ha salido un día soleado y con viento nornoreste NNE, especialidad de la casa, que por estas tierras es conocido como "matacabras", con lo que si la temperatura es de unos dos grados pero con viento intenso de noreste (proviene de Europa central), la caída de moco es automática.
Muchas veces he pensado que no es de extrañar que los árabes no se estableciesen por estos pagos, porque hoy en día, con las calefacciones y aislantes y buenas ropas, y todo eso, se pasa frío glacial; ¡qué no pasarían aquellos pobres árabes cuando intentaron quedarse por aquí!
Seguro que dijeron: "por aquí, no, mejor por alá", y se fueron para el sur y para levante, que la cosa era más llevadera.
Yo creo que podemos hacer un campeonato de ciudades heladoras, pero teniendo en cuenta que Pamplona esta sólo a 400 metros de altura, porque si tuviésemos la altura de Vitoria (525), Avila (1.128), Burgos (860), Soria (1.055) o Teruel (915), íbamos de record, con toda seguridad y sin rival posible. Hay que pensar que, cada 150 metros la temperatura desciende un grado, más o menos, y estamos en un valle de los Pirineos, con cumbres cercanas a los dos mil metros muy cerquita de aquí, en latitud 43º norte.
Otras que cascan son León, Palencia, Lérida, Gerona, Granada..., en general todas las ciudades del centro de España son muy agradecidas con el frío del invierno y lo acogen con amor.
Esta mañana me ha llamado uno de San Sebastián y me ha comentado que hacía un frío que pelaba, que estaban a siete grados, y me pregunta -¿Y en Pamplona tenéis frío?-, y le contesto, "pues estamos a dos grados" (eran las once de la mañana) y no se puede llevar boina porque sale volando.
Así que, excepto las zonas marítimas de levante y sur de España, el cultivo de invierno en exterior se hace poco menos que imposible, y eso que aún no han comenzado las nieves, si bien hace unos días ya cayó nieve en Pamplona.