PAGINA 12 - AYER Y HOY

rianxeiro

Semilla
16 Junio 2007
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QUERIDOS AMIGOS:
¿leyeron estos artículos en Pagina 12 de ayer y hoy?
Me parece que vamos por un buen camino... Van los dos artículos, ya se que son largos pero me parece que tienen su importancia...

QUE LO DISFRUTEN Y COMENTEN

PAGINA 12 MARTES 19 DE JUNIO

“La orden es no perseguir más a los consumidores”

El ministro del Interior sostuvo ante Página/12 que las grandes bandas crecieron porque las fuerzas de seguridad se centraron en “perseguir perejiles”. Destacó que es necesario cambiar la ley de drogas y propuso volver a una política que despenalice al consumidor. Y admitió que “cuando voy al Norte coqueo”.

El ministro Aníbal Fernández explicó a Página/12 que los cambios a la ley de drogas los propondrá una comisión de expertos.
Subnotas


Por Cristian Alarcón
“Cuando voy al Norte, coqueo”, dice el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y confiesa su gusto por la hoja verde masticada para combatir el apunamiento en las alturas de Salta y Jujuy. No es inocente su revelación de la vida privada. Se aproxima así al mensaje que se propone dar tras haber dado un aparente giro de 180 grados en la política criminal que intenta ponerle un freno a la expansión del narcotráfico en el país. Tras lanzar los cambios con un discurso autocrítico en el que asumió el fracaso de la pelea contra el tráfico de drogas ante el Consejo de Seguridad reunido en pleno hace una semana, ahora revela ante Página/12: “Di la orden de no perseguir consumidores. Por perseguir perejiles las bandas crecieron a sus anchas y se volvieron lo que son”. Por primera vez, el ministro que controla las tres fuerzas de seguridad federales –Policía Federal, Gendarmería y Prefectura– acepta un diálogo abierto sobre una problemática que tras la aparición de la violencia narco en el corazón de la Capital se instaló en el centro de la agenda política.

–¿En qué cambiará lo que se llama lucha contra el narcotráfico?

–En primer lugar, al tema lo puse en la agenda a partir del 2005. Después firmamos un acuerdo con la Procuración General de la Nación para crear una unidad fiscal temática, la Ufidro, y armar un mapa criminal. Ese mapa nos permitió el primer diagnóstico hecho científicamente para cambiar, para mejorar y pensar políticas de corto, mediano y largo plazo en términos tecnológicos y de investigación regional e internacional. Hemos abierto la puerta a un pensamiento que no tenía la Argentina.

–¿Qué lo sorprendió de ese mapa?

–Del mapa sorprende que la evaluación es distinta a la que nosotros tenemos. La política nunca se calentó en este tipo de políticas específicas. La política nunca se preocupó por el narcotráfico. Siempre se preocupó de lo urgente y no por el largo plazo. Nadie se puso a pensar en la necesidad de tener una compilación de datos de política criminal. No hay política criminal. Sin eso no podemos darnos la oportunidad de pensar por ejemplo en la división entre las políticas represivas y las que deberían atender al adicto y no lo hacen.

–¿Por qué llegamos de esa manera hasta el 2005, cuando aparecieron las valijas de Southern Winds?

–Sí, sí, las valijas que son un dato más, debe haber habido otras valijas más también... Llegamos a este punto porque hace dieciocho años que tenemos una ley, la 23.737, y esa legislación lo único que nos demuestra es que la política criminal fracasó.

–¿Por qué fracasó?

–Entre otras razones porque persigue al perejil. Agarra al consumidor en flagrancia (de casualidad), y con cantidades mínimas. La ley demuestra que a la cárcel sólo van los adictos tenedores y los pequeños comerciantes. No hay otra razón. El error que comete el Estado al hacer esto implica costos. Una causa por tenencia cuesta quince mil pesos. Tener un adicto preso cuesta ¡cinco mil pesos al mes! Si se juntara toda esa masa de dinero que se está invirtiendo en este tipo de causas podríamos, sólo por poner un ejemplo, duplicar en eso el programa de VIH. Si analizamos las causas federales, nos damos cuenta de que el 45 por ciento es por ley de drogas. De ese 45 por ciento, el cinco por ciento, o sea el 2,5 por ciento de todo lo que circula en los juzgados federales, tiene condena: algo está fracasando. No tiene mucho sentido. El setenta por ciento de las cárceles de mujeres está abarrotado de mujeres pobres y con hijos por ser mulas. Todo esto que cuento tiene una contracara. Hace muchísimo que no tenemos causas con entrega vigilada. Que no se encuentran redes ni rutas de narcotráfico. Cuando se hacen grandes decomisos, que de hecho los hacemos, muy rara vez hay detenidos importantes.

–¿Hoy qué pasa cuando un policía le encuentra un porro a un joven en el bolsillo?

–Está comprendido dentro de la ley y hasta determinar que es un adicto tiene que dar un montón de explicaciones sobre su situación. A fines de los sesenta no se penalizaba la tenencia para el consumo, como lo hace Europa hoy. Hasta que López Rega le compró a (Richard) Nixon un mensaje duro que decía que tenías que castigar a las redes, las organizaciones, los lavadores, los que financian, los que comercian y también al adicto. El abanico, en lugar de ser redondo, va solo hacia un lado: el adicto. Como a todos los otros no los pueden tocar, se la ponen a éste (señala con el dedo el final de un abanico dibujado en el aire, sobre su escritorio de roble y cristal), se la ponen al adicto.

–¿Qué medidas acompañan la autocrítica?

–Lo primero que hicimos fue sacar doce resoluciones, entre ellas la designación de un comité científico. Buscamos gente con una inteligencia privilegiada, que tienen libertad para analizar y proponer cambios. La Argentina tiene que aportar cabeza en esto: ese comité tiene que aportar el pensamiento que no se usó para sancionar la ley 23.737. Es necesario cambiar esa ley. Es un despilfarro. Es un despropósito. A eso se les suman tareas que nos mandan, que nos atosigan los laboratorios con esta política gansa de la ley 23.737: por ejemplo, con los cromatógrafos cargados de cigarrillos de marihuana para ver si entran en el umbral o no. Un cromatógrafo que cuesta quince mil dólares.

–¿Cuál es la misión del comité científico?

–La responsabilidad del comité es estudiar desde los tratados internacionales por los que nunca nadie se preocupó hasta la legislación vigente sobre drogas. Con los países estamos revisando memorandos de entendimiento operativo, ministerio con ministerio. Fuerzas de seguridad con fuerzas de seguridad. Y ministerio público con ministerio público. Es para el entrecruzamiento, que es la política central, por lo tanto reveremos todos los tratados. Si la 23.737 demuestra un fracaso tengo que encontrar alternativas que me den nuevas formas. Y dentro de esas nuevas formas volver a esa política que despenalice al adicto.

–No siempre se penalizó el consumo.

–Argentina antes estuvo en la situación en la que está Europa, que no está penalizando al adicto. En 1973 se invita a adherir a esa política de los Estados Unidos del abanico que es desparejo y va directamente al adicto. Lo que está demostrado es que el único que está detenido es el perejil, es el adicto con tenencia flagrante mínima. Entonces aquí es donde hay algo que está mal: todos nuestros fondos están destinados a personal e insumos sólo para combatir al adicto. Con ese dinero que se gasta en eso se podría, por ejemplo, pagar el 39 por ciento del programa de asistencia alimentaria. Esa es la dimensión del problema. Ahora, no es mágico, que yo llame y diga “a partir mañana esto es así”. Pero se puede cambiar de política. Por un lado, desde la perspectiva de la reducción de daños, que se trabaje en salud, y en el Sedronar. Y nuestra política de combate del delito complejo. Porque la verdad es ésta, aunque sé que les dolerá a muchos. Hasta este cambio, las fuerzas trabajaron para hacer cartón pintado. Las estadísticas han sido eso, cartón pintado para justificar un trabajo inútil, la persecución del consumidor. Por eso di la orden de no perseguir consumidores. Por perseguir consumidores las bandas crecieron a sus anchas y se volvieron lo que son.

–¿Y cómo piensan llegar a las grandes organizaciones?

–Tenemos por primera vez un registro único de antecedentes de narcotráfico que va a entrecruzar unos con otros. ¿Por qué (la fiscal Mónica) Cuñarro hace semejante denuncia sobre los narcos del Bajo Flores? Porque tuvo la rara habilidad de agarrar un día una causa, después otra, y marcó el patrón. Encontró un patrón. Nosotros hoy no podemos confiarlo a la buena ventura, a la vocación, a la buena leche, a la esperanza en los buenos funcionarios que puede tener un país, como la fiscal Cuñarro. Tiene que formar parte de nuestra política. No hay modelos de inteligencia, uno los tiene que crear. Si hacemos como en este país, que invirtió todo en los sueldos, en los insumos y no invirtió en tecnología, estamos fritos. Porque el mundo dice que hay que cambiar. A los bifes lo dice. No va a pedir permiso. A cachetazos dice: “¡Papi, cambiá! Porque yo te agarro un aparatito como ése, aprieto un botón y te mandé 150 millones de dólares a un paraíso fiscal. Chau, ¡se terminó! ¿De qué me estás hablando? ¿Con qué querés combatir conmigo?”.

–En este último año, ¿qué noticias de lo narco en la Argentina le resultaron preocupantes?

–Nosotros veníamos ya informados por el mapa de la criminalidad y teníamos en claro lo que estaba pasando. Era un partido 98 a 0. Entonces todo era ganancia. Con tal de bajar los goles que nos estaban haciendo, todo era ganancia. Uno no se puede poner loco y creer que mañana es la solución. La solución es valerse de paciencia.

–¿Se imaginaba muertos del narcotráfico en pleno Once?

–Sí, me los imaginaba. Eso que tenemos respecto a otros países una diferencia atroz. Cuando encontramos el caso de la 1.11.14 no hay solamente muertos, sino otro tipo de cosas como el problema social severo, de urbanización, no atendido, un problema de trabajo no atendido que implicó que la gente se volcara a la venta de droga como una solución del empleo. Esto nos demostró que fracasamos con la inteligencia, el entrecruzamiento de datos, porque eso hubiera sido para saber. Las fuerzas de seguridad, no una fiscal que quiso investigar por su lado. Si hubiéramos tenido una base de datos, la fuerza se habría puesto a trabajar. Sin embargo, tuvimos que alguien de afuera se dio cuenta y lo denunció para que trabajáramos en consecuencia. Eso obligó a que las fuerzas dieran una vuelta copernicana para enderezar el carro y ponerlo de una forma que no tenía hasta ese momento. Esta es la gran diferencia que empezamos a ver. No sé si lo voy a disfrutar yo, en el sentido de contar con elementos para combatir el delito. Pero hay que pensar en el largo plazo en serio, porque si no, va a fracasar toda la vida la Argentina en esto.

–¿Qué le enseñó la trama narco que se conoció a partir de la masacre del Señor de los Milagros?

–Que hay muchas herramientas y uno no cuenta con ellas. Que no se trata de computadoras millonarias sino material humano capaz de cruzar información, incluso manualmente, para saber lo sucedido.

–¿Qué responsabilidad tienen los jefes policiales que manejaban las jurisdicciones donde se hicieron fuertes las bandas?

–Responsabilidad tienen. Porque si sos un profesional de la fuerza de seguridad te prepararon para estar al frente de ella. Ahora, ¿cuánta responsabilidad tienen? Una parte, nada más que una parte. La responsabilidad es política. Cuando empecé a gestar los cambios con un montón de gente que me asesoraba, me imaginaba el quilombo que se iba a armar cuando les dijera a ellos que tenían que cambiar, y que a partir de ahora cada uno asumiría una responsabilidad distinta. Me los imaginaba a todos acartonados cabresteando para no cambiar de posición. Encontré que algunos decían que por años esperaron que les dijeran esto. Entonces, ¿cuál es la responsabilidad de la fuerza? Y, es limitada. ¿Podría haber hecho algo más? Seguramente podría haber hecho algo más. Pero todo no es su responsabilidad, la política la conducen otros. Esa política bajaba de arriba: saquen, pongan, suban, bajen, pero de lejos. En los escritorios había manuales en colores y con power point que te contaban qué podría pasar con el delito, pero no se metían las manos en la mugre.

–¿Cómo reaccionan las fuerzas ante los cambios que anuncia?

–Las fuerzas estaban acostumbradas a su trabajo, y como yo no pido estadísticas, no pido redadas para que metan presos a cinco pibes por un porro, del otro lado encontrás que te dicen, por fin, esperé por años que me dijeran esto. Cuando yo empecé acá lo primero que ordené fue que me pasaran informes por escrito. Yo aprieto el Nextel y quiero saber qué está pasando en el momento en la calle. Me lo cuenta el jefe. No hablo con otro que no sea con el uno. O con el dos.

–¿Qué le dicen hoy del Once, Balvanera, Monserrat, Abasto?

–Nosotros tenemos mediciones permanentes. Y detectamos que hay violencia.

–Como dicen en Colombia: “se calentó el parche”.

–Bueno, si el parche está caliente, como usted dice, nuestra gente tiene que estar preparada para saber que el parche está caliente y actuar en consecuencia. Yo pregunto cómo está todo en el momento, no recibo informes especiales escritos para mí. Usted preguntaba cómo le llega el mensaje a la fuerza; bueno, ésta es una manera de que nosotros lo empecemos a hacer conocer públicamente. Es muy difícil hablar con todo el mundo, y que todo el mundo sepa el pensamiento real de este gobierno: dejar de cazar en el zoológico, digamos. Planteamos otra cosa y lo tratamos de hacer entender de la manera más clara: la calle está muy sucia, y se ensució porque todo el mundo hizo la fácil, se metió en el zoológico a cazar. Nadie iba adonde estaban las presas más difíciles. Ahora quiero complejidad: cómo hacemos entregas vigiladas, cómo encontramos las rutas de la droga, cómo infiltramos a las organizaciones en el centro o arriba, cómo logramos que se decomise pero también caigan los capos. Cómo frenamos los insumos químicos, o cómo relacionamos la sustancia decomisada con la sustancia de corte.

–¿Cómo evaluó que la PFA fuera desplazada de la investigación de las bandas peruanas por el juez Ballestero?

–O no le habrá gustado trabajar o por un preconcepto del magistrado que entendía que otra fuerza podría llevar mejor adelante esa tarea. A mí no me pone mal. No creo que eso sea un menosprecio de la fuerza.

–¿Por qué hay decomisos sin detenidos? ¿Cómo se escapan los narcos?

–Forma parte de lo que nosotros tenemos que cambiar. El fondo de todo es la inteligencia. Sin inteligencia, sin información, no se puede hacer nada. Y no es que hasta el día que yo me voy. Tiene que prepararse y nuestra cabeza está puesta en este sentido, la que imagine todo lo que pongamos a disposición del Estado cuando me vaya yo y siga quien quiera. Esto pasa así como pasa que no llegamos nunca a las capas medias de las organizaciones, y mucho menos llegamos a las cúpulas. No tenemos causas por precursores químicos, la clave de los laboratorios. Es imposible relacionar la sustancia secuestrada con la sustancia de corte. ¿Sabe qué patrón fenomenal que se tendría si pudiéramos relacionarlas? No se tiene. Con lo cual todo lo que se revea, y no todo es represión, también es una política de salud y recuperación del adicto que no tiene que depender del Ministerio del Interior. Nosotros debemos ocuparnos de una parte fuerte, que es la represión de la criminalidad compleja.

PAGINA 12 MIERCOLES 20 DE JUNIO

LOS EXPERTOS EXPLICAN COMO DEBE SER LA NUEVA POLITICA SOBRE DROGAS

Los ejes del combate al narcotráfico
Especialistas en la lucha contra el tráfico de drogas coincidieron con la decisión de no perseguir penalmente a los consumidores y expresaron cuáles deben ser las reformas en la materia: políticas de salud para atender a los consumidores y mayor énfasis en la investigación de las redes criminales que financian este delito.


Por Cristian Alarcón
Todo indica que la Argentina tomará un nuevo rumbo para enfrentar el problema de las drogas ilegales. A partir de las declaraciones que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, formuló a este diario, Página/12 consultó a tres de los miembros del comité científico que analiza reformas en la legislación y en las políticas de combate al narcotráfico: avalan la idea de despenalizar la tenencia para consumo, reprimida hoy con la cárcel por la ley 23.737. Tanto los expertos de reconocida trayectoria como la ONG Intercambios, que propone la reducción de daños como alternativa para abordar el tema, coinciden en avalar el discurso del ministro sobre la necesidad de que no se persiga a los consumidores y advierten sobre que ése es apenas un aspecto de las reformas por venir. Los especialistas marcan los ejes de la nueva política criminal del Gobierno. Diana Rossi, de la ONG Intercambios, advierte: “No necesariamente dejar de perseguir a los consumidores significa combatir las redes del narcotráfico. Se necesita una política muy profunda que supone compromisos con sectores políticos y económicos poderosos en el mundo para enfrentar el lavado de dinero, por ejemplo”.

El juez federal Roberto Falcone, uno de los primeros convocados a formar parte del flamante Comité Científico Asesor en materia de Represión del narcotráfico, celebró los anuncios de Fernández. “En primer lugar, por fin alguien lo dijo, estoy completamente de acuerdo”, sostuvo antes de explicar con detalle los anuncios oficiales. “Lo del ministro debe ser entendido en el sentido de no perseguir al consumidor en los ámbitos privados, esto es en conductas que no tienen trascendencia a terceros y que no importan una situación que impulsa al consumo colectivo de la droga o un peligro de difusión del vicio”, explicó. Esto indicaría que la “orden de no perseguir perejiles” no significa que la policía debería permitir por ejemplo que alguien fume marihuana en la calle. “Lo que dice es que la política de Estado va a ser perseguir el tráfico y no el consumo”, aclara Falcone.

“Realmente no me esperaba un discurso así en un ministro –dijo el sociólogo Alberto Calabrese, director de la maestría de Uso Indebido de Drogas de la UBA y miembro del Comité Científico–. Estamos de acuerdo con que hay cosas que deben ser dichas de una vez. Vamos a producir los documentos y las opiniones y vamos a expresarlo ante los medios o de la forma que se nos pida para respaldar esta toma de postura. Casi todos tenemos una trayectoria conocida y opiniones extendidas sobre el tema. Seguramente habrá recomendaciones en ese sentido, separar la paja del trigo.” Calabrese apunta a una visión del tema en la que las drogas son sobre todo mercancía cuyo consumo no sólo implica el uso de las mismas para lograr determinados estados, sino también “un valor de pertenencia a una sociedad”. “Cuando se hace un decomiso se dice cuánto costaría esa droga en la calle y no cuántas dosis menos se consumirán. Se ha difundido más el uso, y por lo tanto se hace más visible. Llega un punto en que el mismo sistema de represión se relaja. Las leyes tienen puntos de inflexión. En un país rebelde como éste, una norma puede caer por carencia de valor real”, opinó.

El Comité, que es coordinado por la fiscal Mónica Cuñarro, ex titular de la Ufidro, tuvo una primera reunión con el ministro del Interior en la que se expusieron algunas de las posibles reformas. “Una de las líneas trabajada es cuáles serían las posibles reformas que desde el punto de vista legislativo se deberían realizar”, admitió ante Página/12 la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal 26, Patricia Llerena. Para la penalista, que fue asesora para el Programa Mundial de Naciones Unidas contra el Blanqueo de Dinero, el cambio propuesto por el Gobierno se trata de “no considerar más al que tiene estupefacientes para consumo personal como un sujeto que puede ser sometido al sistema penal, sino que, en el marco de políticas criminales y de salud, desde un punto de vista sociológico, establecer otros criterios de prevención, reales, para ayudar a estas personas a superar su enfermedad”.

Como experta en los flujos ilegales que genera el muy rentable negocio transnacional del narcotráfico, Llerena sostiene que una de las ideas del Comite Asesor es “ver cómo se ejecutó la legislación al apuntar al delito complejo”. “Desde ese punto de vista, una de las cosas que se advierten es que no ha sido efectiva la aplicación de la ley en las investigaciones, sobre todo en las redes de financiación de estos delitos.” El juez Falcone piensa en la misma línea: “Es necesario enfrentar y combatir por ejemplo las redes que posibilitan el lavado de dinero”, dijo. “Hay que poner la política criminal en la dirección correcta y orientarla en la persecución del tráfico ilícito. Para eso, el consumidor, que es la víctima del pingüe negocio, no debe ser estigmatizado ni ingresado en el sistema de justicia penal”, lanzó.

–Concretamente, ¿qué tipo de cambios impulsarán? –se le preguntó a Falcone.

–Hay que hacer muchas modificaciones. Lo que ocurre es que no resulta prudente adelantar mi opinión. Debe discutirse en el Comité, pero por lo menos hay que plantearse lo siguiente: en principio tiene que haber una distinción entre drogas duras y blandas, porque el daño que ocasionan son diferentes. El deterioro que ocasiona en la salud psíquica no es lo mismo en la cocaína que en la marihuana, y se reprime con la misma cantidad de pena. Luego, teniendo en cuenta que el derecho penal está siendo utilizado para resolver problemas sociales al encerrar a un ser humano enfermo en la cárcel, me parece que los jueces tienen que tener mayores facultades en la dosificación de la pena. Hoy, todas las conductas tienen un mínimo de cuatro años de prisión.

Diana Rossi, coordinadora de Investigación de la Asociación Intercambios, consideró que “es necesario pensar qué pasa con la situación de los consumidores que siguen vinculados al sistema penal en este tránsito hacia una despenalización”.

–¿Para Intercambios este cambio estaba en el horizonte de lo posible?

–Este es un debate muy demorado. Estaba en nuestro horizonte político como institución no gubernamental, y estamos bien impresionados porque esto se pueda discutir hoy. Al comité científico han sido convocadas personas sumamente prestigiosas y reconocidas por su trayectoria académica. La expectativa es que se pase de documentar la situación, de la autocrítica, a un cambio efectivo.
 

Greenthumb

Semilla
10 Abril 2006
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interesante :eek: ... hace unos de dias iba armando x la calle con un amigo y en la esquina x donde estabamos pasando habia un rati cuando lo vimos ya era tarde me vio el churro en la mano recien armadito :D aunque mi reaccion fue rapida al ocultarlo se k lo vi y se hizo el boludo xDD....ayer me paso algo parecido se aparecio un civil x mi cuadra y me dijo k no fumara k en su calle no le cabia y no se k mas y nos dijo k nos vallaramos.... igual me hizo descartar una fasito k tenia aparte putooo :( :? ................Tendra algo k ver con esto???? :?


SAl2 gente dulces humos :D 8)
 

azoe_2h

Semilla
16 Enero 2007
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hola,amigos fumones jejejeje
paso a dejar mi humilde opinion
bueno en primer lugar no se confien tanto en lo q dicen,q una cosa son los proyectos d ley y otra son ya las leyes q se aplican desde una fecha,
no se confien q no estamos ni en españa ni en holanda.
bueno me voy salu2
paz
 

faserito

Semilla
25 Marzo 2007
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Hola , mi opinion es que tampoco hay que confiarse de la policia y de el fin de mes que cuando se cruzan hacen desastre .
Muy lindo lo del pagina y las declaraciones rimbombantes.
 

charlie1232

Semilla
9 Abril 2007
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Argentina
es verdad, no hay que confiarce...
pero lo mas importante está... q es la intención política...
ojalá al menos se despenalice para consumo personal, asi tenemos q dejar de meter las plantas bajo la cama :? !
 

rianxeiro

Semilla
16 Junio 2007
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Estoy en total acuerdo en que no hay que confiarse... pero parece un buen primer paso, que alguien haya instalado el tema... ayer vi que en TN van a hacer un programa especial sobre el tema, o sea que no es una noticia de un dia, hay que seguir luchando por la despenalizacion...
 

luchov

Semilla
31 Enero 2007
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Es ingenuo pensar que algo asi sea posible. Aca hay un mecanismo muy aceitado. Que compromete a las companias de servicios celulares, y al gobierno.
Desglosemos de a poco, al legalizar la marihuana, una gran cantidad de uniformados, se van a ver impedidos, de parar fumetas gilunes, sacarles coimas, y comprarse, el tan ansiado celular con camara y pantallita color. Lo cual disminuiria sensiblemente, la bajada de ringtones, especialmente el de 007, y la pantera rosa.
Un golpe tan sensible al mercado de telecomuncaciones, daria por resultado el colapso total de sistema, menos recaudacion impositiva del gobierno, insostenible situacion, que imposibilitaria la mantencion de planes sociales, con el cosiguiente levantamiento popular.
El delicado, ecosistema cana botonazo facho coimero, fumeta paparulo que fuma en la calle porque se piensa que es un vivo y se las sabe todas, y companias telefonicas que nos proveen de tan idispensables servicios (llamese ringtone y fondito de pantalla) nunca puede ser quebrado.
 
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