La marihuana es una planta muy sensible a la falta de agua y puede morirse facilmente cuando se ve sometida a un estrés hídrico elevado durante unas horas. La marihuana necesita un riego frecuente. Habrá que regarla a diario en verano, incluso varias veces siempre que las condiciones ambientales sean secas y especialmente con altas temperaturas y con viento que es uno de los factores que más reseca el terreno.
Es bueno comprobar la humedad del terreno con un higrómetro o, su defecto, introducir el dedo en el substrato y comprobar que este mantiene cierto grado de humedad ( Algún grano de tierra se queda pegado al dedo) . En caso contrario, volveremos a regarla.
Aunque esta planta necesita mucha agua. tampoco le gusta que quedar estancada, lo que produciría la podredumbre de sus las raíces. Es conveniente, pues, que el terreno presente un drenaje adecuado y que el agua sobrante del riego no quede acumulada en el recipiente situado debajo del tiesto.
El aspecto de las plantas puede indicarnos algunos de los problemas relacionados con el riego:
- Si aparecen marchitas y dobladas es porque les falta humedad. Conviene en este caso regarlas para que se recuperen.
- Cuando la planta presenta hojas descoloridas y que se orientan hacia el suelo, es señal de que la estamos regando demasiado. Lo más prudente es dejar de regar de momento y, posteriormente, distanciar la frecuencia de riego.