Sí, el abuso produce efectos secundarios, sobre todo el tabaco y el alcohol los producen espantosos. Enfermos terminales por cáncer provocado por el tabaco son cada vez más frecuentes, y suelen morir por causa de la metástasis, siendo frecuentes el cáncer de vejiga en los hombres, en que interviene decisivamente el tabaco. La gente fuma tabaco, venden tabaco y todos sabemos que mata, pero no metemos en la cárcel ni a quien lo vende ni a quien lo fuma.
Son miles, todos los años, los que se estrellan con el coche por causa del alcohol; miles los muertos y miles los heridos, muchos de ellos sujetos a una silla de ruedas de por vida, víctimas de una tetraplejia; venden alcohol, beben alcohol, se asisten diariamente a víctimas causadas directa o indirectamente por el alcohol, pero nadie persigue al alcohol, ni a quien lo vende. Por el contrario, América nos vendió su tabaco durante décadas, Escocia su whisqui y Francia sus vinos, por no hablar del toro de Osborne, símbolo patrio y emblema de brandis.
¿Y la marihuana, a cuántos ha matado y a cuántos ha enfermado?
Nadie lo sabe, pero está perseguida, ¿y nadie se pregunta el porqué?
Porque la marihuana desarrolla el sentido del yo, del individuo, de la trascendental pregunta de ¿Quién soy? Un pueblo no puede gobernarse fácilmente si no está compuestos por borregos, sino por hombres libres y que se saben libres, no de ésos que son libres de boquilla pero no se atreven a hacer nada que pueda llamar la atención.
La marihuana no es algo de ahora, se remonta a la Antigüedad y al consumo comunitario por los escitas, que lo aspiraban de inmensas hogueras. Los antiguos vivían mucho más en contacto con la naturaleza que nosotros, y sabían qué sustancias eran buenas y cuáles no, estando entre ellas la marihuana.
La marihuana, junto con el opio, son las dos sustancias naturales más utilizadas desde la Antigüedad, y los vinos especiados y mezclados con marihuana u opio, tomados por egipcios, babilonios, caldeos y sumerios.
Desde el principio el hombre tuvo un íntimo contacto con la naturaleza.
Ya en el Génesis se dice que Yaveh dijo a Adán y a Eva en el Edén: "Os doy toda hierba que existe sobre toda la faz de la tierra", no excluye ninguna, ni siquiera el opio. Han servido para alegrar espíritus, para inspirar obras de arte, para curar enfermos, calmar dolores y aliviar en la muerte. Y me pregunto: ¿Y pese a todo ello, están perseguidas? Sí, porque son monopolio del Estado. Y me pregunto: ¿Y por qué son monopolio del Estado? Porque nos quieren tibios y enfermos, se nos domina mejor, es más fácil gobernar.
Pensando en todo esto, no hay quien se masturbe, evidentemente, porque se siente uno como preso, como esclavo, como sujeto de prohibiciones que uno no ha aceptado. Yo no voto a un político para que me prohíba cosas o me trate como a un delincuente, yo le voto para que me trate bien y haga cosas en interés de todos.
Pensándolo bien, podría haberme masturbado en vez de fumarme un canuto, pero si así hubiese actuado, no hubiera escrito estas líneas y reflejado un pensamiento que creo nos tiene por lo menos que hacer pensar en ello: ¿Porqué se guarda el Estado el monopolio de plantar cannabis o autorizar a hacerlo a otros? El motivo real ya lo he dado antes, pero el Estado arguye: "salud pública, interés general, bien común"
que son palabras llenas de letras pero carentes de contenido.
Salud pública sería la salud de todos, y se supone que el Estado se ocuparía de nosotros y nos procuraría una buena sanidad y prevención.
Pero hace décadas que se suprimió de los colegios públicos la asignatura que se llamaba "Urbanidad", y que puntuaba para notas como cualquiera otra asignatura. En las clases de urbanidad se enseñaba a los niños a ir limpios y aseados, y no había libro de texto de la época que no contuviera consejos para ir limpio; incluso, con frecuencia, se solía decir: no es excusa ser pobre para no ir limpio. Y me pregunto, ¿no es más importante enseñar urbanidad para la salud públida que el prohibir la marihuana? ¿En qué afecta la marihuana a la salud pública? ¿No es cierto que es peor para el organismo emborracharse que estar bajo los efectos del cannabis? Incluso es mejor para la salud pública que la gente fume algo y no beba nada, ni tome café. Es evidente que por salud pública no es, el Estado no nos cuida tanto, no hila tan fino.
Interés general es una palabra inexistente, por su propia esencia. Si el interés no es de alguien concreto, no es interés, es otra cosa, sería idea o concepto, pero no interés. Creo que quiere decir algo así como "lo que convendría a la mayoría", expresándose de modo mucho más correcto lo que quieren decir. Pero, ¿Por qué conviene a la mayoría no fumar marihuana, ni siquiera a nadie? ¿Quién ha expresado ese concepto y en qué se basa? ¿Hay alguna razón que no sea la salud pública, esa hipócrita razón que oculta las verdaderas carencias del sistema actual de salud, con esperas de hasta seis meses para una resonancia magnética o inicio del programa de rehabilitación. Como desconozco razón alguna que lleve a prohibir la marihuana porque no conviene a nadie, deshecho así mismo este segundo motivo que suele alegar el Estado para justificar la prohibición de la marihuana.
Y sobre el bien común, ¿qué decir? Significa "lo que es de todos" en una tierra en que cada cual intenta tener más de lo que tiene. Cuando uno va a buscar su parte de bien común para llevársela, se encuentra con que no existe, es de otro. Pues si es de otro, no es mío, luego ya no es común, es de los demás, es de otros pero mío no, no es mi bien común.
Luego ese bien común no existe, es mentira, y la razón que alegan para prohibirme fumar marihuana, falsa.
Con tres razones falsas pretende el Estado legitimar su monopolio de cultivo y tráfico de cannabis, negándome el derecho de curarme cuando estoy enfermo con esa hierba, alegrarme cuando estoy triste, con esa hierba, dejarme libre con ella, pues no perjudico a nadie.
Y en tanto no perjudico a nadie, nadie tiene derecho a perjudicarme a mí, y no otra cosa que perjuicio me causa el no permitirme calmar mi dolor con hierba de cannabis, el no dejarme alegrar mi alma con el cannabis, sentirme más cerca de Dios, con el cannabis. Ese Estado se ha tomado atribuciones sobre mí que no estoy dispuesto a tolerar, porque yo no soy su esclavo, ni voy a renunciar a mi libertad de decidir por unas cuantas botellas de vino encarecido por los impuestos del Estado; ni voy a emponzoñar mis pulmones con tabacos compuestos de sustancias prohibidas y aditivas, encarecidos por los impuestos del Estado.
Me gusta fumar, pero sólo tabaco habano puro y marihuana, soy un sibarita, sólo me gusta lo bueno.
Con el sexo, me pasa lo mismo, soy un sibarita, sólo me gusta lo bueno, por eso no me masturbo, sólo fumo y elijo lo bueno.
