Yo fui a ver a Kertesz porque quería dejar de ser fóbico a las
mujeres, entre otras cosas, entre las que estaban unos terribles
malestares que yo creía de origen psicosomático aunque se trataban de síntomas de mi depresión crónica no diagnosticada. Entre otras cosas yo era un heterosexual fóbico que a duras penas podía hablar de mis problemas personales. Kertesz no entendió nada de eso porque estaba en su mundo de pedos. El tipo una vez se me quejó de que yo trataba mal a las chicas del grupo de terapia en el que me había colocado pues, según
él, el neurótico se cura sólo. Pero el asunto era que la chicas quedaban traumatizadas al no poder hacer contaco conmigo y el culpable era yo. Era yo un simple neurótico???, o un terrible fóbico con el que tenía que tenerse un cuidado especial, después de un correcto y cuidadoso diagnóstico y pronóstico, y no un tratamieto para verduleros. Qué ojo clínico el de Kertesz!!!. Las chicas eran las que me trataban mal a mi con su presencia, dada mi especial patología. Eso no podía ser entendido ni por Kertesz ni por las chicas. Éstas eran el objeto fóbico de mi enfermedad mental, no el objeto de levante. Increíble, no???. Fue evidente, con el correr del tiempo, que los terapeutas de la década del ochenta, nada tenían que ver con mi patología ni yo podía tener ningun tipo de diálogo con ellos. Me las tenía que arreglar por mi cuenta.
Claudio Acuña
mailto:claudioacuna@yahoo.com
mujeres, entre otras cosas, entre las que estaban unos terribles
malestares que yo creía de origen psicosomático aunque se trataban de síntomas de mi depresión crónica no diagnosticada. Entre otras cosas yo era un heterosexual fóbico que a duras penas podía hablar de mis problemas personales. Kertesz no entendió nada de eso porque estaba en su mundo de pedos. El tipo una vez se me quejó de que yo trataba mal a las chicas del grupo de terapia en el que me había colocado pues, según
él, el neurótico se cura sólo. Pero el asunto era que la chicas quedaban traumatizadas al no poder hacer contaco conmigo y el culpable era yo. Era yo un simple neurótico???, o un terrible fóbico con el que tenía que tenerse un cuidado especial, después de un correcto y cuidadoso diagnóstico y pronóstico, y no un tratamieto para verduleros. Qué ojo clínico el de Kertesz!!!. Las chicas eran las que me trataban mal a mi con su presencia, dada mi especial patología. Eso no podía ser entendido ni por Kertesz ni por las chicas. Éstas eran el objeto fóbico de mi enfermedad mental, no el objeto de levante. Increíble, no???. Fue evidente, con el correr del tiempo, que los terapeutas de la década del ochenta, nada tenían que ver con mi patología ni yo podía tener ningun tipo de diálogo con ellos. Me las tenía que arreglar por mi cuenta.
Claudio Acuña
mailto:claudioacuna@yahoo.com