Pues, sobre esta última pregunta, yo diría que en Amsterdam habría que probar en julio un viaje por los canales, en barco, bien fumado, concentrado en la belleza, en la luz, en el cielo, en la suerte de estar disfrutando de eso. Claro, habrá quien dirá que lo que es la hostia es comerse un tripi en Amsterdam, pero bueno, sobre gustos...