Tahgossando dijo:
Creo que el ser humano adulto tiene la capacidad para no encasillarse en ninguna de estas etiquetas, que lo único que hacen es limitar al individuo.
Efectivamente, no estamos encasillados en ninguna etiqueta, por eso se dice "tiende a...".
El nacimiento de un nuevo ser humano da lugar a la aparición de una persona totalmente distinta a todas las que han vivido antes y a las que vivirán después de ella. Y esto pasa con absolutamente todos los millones de seres humanos que han puesto su pie en nuestro mundo desde el inicio de la historia y con los que lo harán hasta el final de la misma Estas condiciones únicas hacen que todos seamos distintos aunque podamos compartir algunas características de similitud. Una imagen gráfica que ejemplifica estas afirmaciones es la de una isla. Podemos imaginar a todos los seres humanos como islas dispersas en el archipiélago de la vida. Y desde esas islas debemos construir nuestras relaciones, nuestros “puentes” hacia los demás. Así es que con este bagaje de condiciones naturales iniciamos nuestro viaje por la vida, llevando en nuestra “mochila” las características básicas de nuestro temperamento,
aquellas que recibimos al momento de nuestra concepción. Pero no alcanza sólo con ello.
Hay un primer aspecto que marca una diferencia adicional a la que deviene del simple temperamento y es la relacionada con el aspecto del sexo de las personas. Sin hacer ninguna valoración acerca de si un sexo es mejor que el otro – que de hecho no lo es, ya que ambos son complementarios y no contradictorios – es importante puntualizar que, hablando en términos generales, las características del varón ponen el acento en ciertas condiciones particulares del ser humano y las de la mujer en otras. A título de ejemplo podemos decir que el varón suele ser físicamente más fuerte que la mujer, pero la resistencia al dolor y la abnegación de ella suele ser más acentuada que la de él. En cuanto a la fijación de atención, el varón es más universal y la mujer más detallista; sin embargo, la mujer tiene concentración difusa (puede atender varias cosas al mismo tiempo) mientras que el varón tiene atención unívoca (se concentra en cada cosa que hace). Estas características de los sexos están relacionadas con la conformación del cerebro femenino y masculino y que los hace distintos y complementarios. Así es que a las diferencias de temperamento podemos agregar ahora las diferencias de sexo.
Conforme avanzamos en la conformación de nuestra propia historia, vamos añadiendo peso y calidad a nuestra carga. Por una parte, tenemos nuestra experiencia de vida. Los acontecimientos que vivimos van marcando y moldeando nuestro temperamento y así se va forjando nuestro carácter. Los buenos y los malos momentos – y especialmente estos últimos – son auxiliares valiosos de nuestra formación como personas. A medida que incorporamos experiencia de vida vamos acentuando o modificando nuestro modo de pensar, sentir y ver la realidad. Tan así es este proceso de aprendizaje que hay quienes sostienen que si a dos hermanos mellizos y gemelos, genéticamente idénticos, se los separara instantes después del nacimiento y a uno de ellos se lo colocara en el seno de una familia que le brindara toda su atención y afecto mientras que al otro se lo ubicara con padres que lo maltrataran física e intelectualmente, con el correr de los años tendríamos dos personas distintas por haberse modificado de este modo los rasgos de personalidad que los identificaban.
Por otra parte aparece el aspecto de la educación formal o informal, que se suma al modelaje de la personalidad. Características básicas del temperamento, experiencia de vida, educación formal o informal. ¿Cómo manejar esta realidad cambiante que afecta a cada uno de nosotros? ¿Y cómo construir nuestras relaciones con los demás? No es una tarea fácil, pero forma parte del desafío que la vida nos pone por delante en esta encrucijada espacio-temporal en que transcurre nuestra existencia y en la que debemos dejar impresa nuestra huella.
Porque lo que nosotros no hagamos, nadie lo hará por nosotros.
Existen cinco pasos que constituyen lo que se ha dado en llamar la Dinámica del Conocimiento. Ellos son:
o Conocerme
o Conocer a los demás
o Conocerme a través de los demás
o Permitir a los demás conocerme
o Ayudar a los demás a conocerse
Ahí está la ventana de Johari (John Luft y Harry Igham), el análisis FODA y los caracteres humanos básicos, que es de lo que trata lo que he puesto sobre caracterología, con sus propiedades constitutivas y suplementarias, que dan como resultado los prototipos caracterológicos básicos.
El motivo de haber puesto esto no es, pues, encasillar a nadie y ni que se sienta encasillado, sino dar a conocer sobre el tema, pues supongo que todos saben buscar por internet si les interesa el tema, para ampliar y conocer sobre estas cosas. Es decir, doy a conocer la existencia de algo para que, a quien interese, pueda ampliar y conocer sobre ello, al igual que puse en su día sobre autoconocimiento basado en Ellis y en Auger o sobre el Eneagrama (menuda matada de copiar a mano que me pegué al poner todo aquello).
Yo, personalmente, soy una mezcla y tengo tendencias a ser más o menos nervioso (lo soy y mucho por propia naturaleza, muy inquieto), pero está en nuestra mano modificar las tendencias.
Y no se es mejor o peor por tener una tendencia u otra, la humanidad es el resultado de gentes de todas las épocas, culturas, edades, sexos, capacidades y clases sociales. Cosa distinta es que uno prefiera ser millonario, guapo, inteligente y afortunado, pero eso queda para algunos pocos, ahí está Mario Conde. :roll:
De todas las virtudes posibles, me quedo con la bondad y con la generosidad: amaos los unos a los otros.