Se estaban dispersando. Se acababan de abrir los huevos. Si os fijais, algunos tienen la tapa del huevo pegado a la cara. La naturaleza es increible. Y sobre todo la armonia con la que colocan los huevos.
Me empece a rallar en cuanto empezaron a copular unos con los otros en una orgia sin frenesí, encima de la hoja, mientras la mordian. Vamos, que he coguido el soplete y me he hecho una parrillita de coleoptero. Lo siento por pacha mama, pero debo proteger a mis plantas, ya les queda poco, y compensare a la natura, disfrutando de los frutos que me da. VIVA LA NATURALEZA!!!
xx.